Nostalgia de invierno.

Capítulo 4.

Hola!Muchas gracias a todas las personitas que leen.Por dos capítulos más nos apegaremos al punto de vista de Mafuyu, incluyendo este capítulo, espero que les guste.

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Sus piernas envolviendo las mías; con las rodillas y los muslos rozándose, en un suave tacto. Dulce y familiar "Este es un C" Su pecho contra mi espalda; con un intenso traquetear golpeando hasta mi garganta "Este es un Am" Sus manos envolviéndome con la excusa de llegar hacia la guitarra "Este es un G7" Su nuca sobre mi hombro, con su cabello cosquilleando entre mis mejillas. Torpe y ansioso, lo saboreé.

Uenoyama había pasado toda una semana tratando de enseñarme los diferentes acordes de la guitarra para que pudiese mejorar. La distancia entre nosotros había sido reemplazada por comodidad, sus fricciones se habían convertido en refugio ante la ausencia del rubio, y mis ojos de manera egoísta lo habían empezado a buscar a él. Lo estaba evitando; abandonado enfermo y en cama, sus mensajes habían sido ignorados luego de nuestro último encuentro en la escuela, pero él tendría que volver. Mis propias crónicas de una muerte anunciada, la gritaría entre las calles para que alguien me detuviese. Ni con el disparo lo hicieron.

"Concéntrate" Su voz sobre mi oreja me provocó un escalofrío "Aún no logras hacerlo bien" Los dos nos encontrábamos sentados en el suelo del salón de música. Todo el cuerpo de Uenoyama estaba acunando el mío. Atrapado y encerrado, entre mis mentiras y mi ignorancia.

"La teoría es difícil" Me quejé, dando vuelta mi rostro para quedar cerca de él. Sus manos apretaron con fuerza las mías sobre el mástil de la guitarra.

"Lo sé" Poniendo mis dedos en una posición diferente "Pero no te la enseñaría sino te creyera capaz" Sus labios eran bonitos y olían a menta "Ahora, imagina que esta cuerda es 1" Él volvió a acomodar mi mano sobre la guitarra "Entonces esta es 2, 3, 4, 5 y 6"

"Lo entiendo" Me gustaba pensar que lo hacía. Patrañas.

"Entonces, este acorde parte con 3" Con un delicado movimiento el instrumento produjo un sonido armónico y bello. No pude esconder la emoción. En una mirada y un latir.

"Eso" Su sonrisa fue de orgullo con pintas de arrogancia "Por fin lo hice" Sus ojos resplandecientes, hubo calor y estática en ese abrazo. Me ocultaría dentro de mi bufanda.

"Te dije que con más practica mejorarías" La guitarra fue dejada a un lado, sin embargo, nosotros no cambiamos de posición "Has estado trabajando duro estos días" Mis mensajes perdidos y las llamadas silenciadas en el celular me pesaron en el corazón, en el alma. Yuki.

"Te lo prometí" Y me excusé con él.

Aquella tarde que él me encontró con Uenoyama sus brazos no me dejaron ir; la manera en que esa tarde él me sostuvo, con miedo, con temor, como si me fuese a romper. La forma en que esos ojos de nieve me miraron; ilusos y ególatras, acongojados, pero con pasión. No lo pude olvidar, y supe que había algo mal en mí para ver ilusiones donde él no había creado más que amistad. Me dije que necesitaba tiempo para volver a nuestra normalidad, no obstante, los latidos no hacían más que intensificarse, y había dolor con culpa cada vez que lo evitaba. Era evidente y patético, pero me dolía estar con él. Yuki era amargo. Punzante. Triste.

"Estas haciendo esa expresión otra vez" Las manos del más alto se acomodaron sobre mi vientre, en un abrazo.

"¿Qué haces?" Cuando nuestros rostros se encontraron otra vez.

"Tú" Sus dedos delinearon mis facciones, un espasmo se apoderó de cada músculo de mi cuerpo, su aroma fue masculino pero dulce, su tacto puro veneno "Pareciera que estas a punto de llorar" Aquí vamos otra vez "No me gusta cuando pones esa clase de expresión" Sintiendo química y estática.