Hola y muchas gracias a la personita que entro a leer este capítulo!Esta fanficter no los puede dejar en paz y anda molestanto con dos capítulos la misma semana, si sé, pero me voy a tierra sin internet esta noche y no habrá actualización hasta la semana del 25, así que preferi subir dos esta semana en lugar de nada.Sin más que decir, tenemos a Uenoyama de regreso.Muchas gracias por leer!Espero que les guste.
----------------------------------------------------------------
¿Cuánto tiempo es para siempre?
Mi mente era caos y desastre, la paciencia una virtud de la que sospechaba carecer. Era una fría mañana de invierno; una cualquiera esperando por él. Cada día lo hacía. Una vida lo quería. Todas las necesarias para amarlo un poco más. Mis ojos se posaron sobre el callejón cerca de la casa de Mafuyu; era una catástrofe de latas de cerveza vacías, chorreadas, y basura, mi atención divago hacia los pasos perdidos entre la nieve para regresar a él. Mis manos juguetearon ansiosas en el aire. Que él se quedase en mi casa, ir a diario con él a clase, ir a citas, tocar en la misma banda, eran cosas insignificantes y carentes de sentido. Mis manos estaban sudorosas y la bufanda mullida. Lo eran, no obstante, aquellos detalles eran responsables de una palpitante y obscura codicia. El amor conllevaba emociones de posesión y ambición. No lo quería presionar, sin embargo, necesitaba más de él. Más de nosotros dos. Estar enamorado era un sentimiento extraño; el querer recolectar mi mundo para ofrecérselo a él y aun así saber que no sería suficiente; que nunca nada lo sería por el precio de su sonrisa, el querer tratar para ser lastimado, el poseer esos ojos para perderme entre ellos. Solo caminar. Era extraño. Y yo estaba maldito en aquel amor. Estaba perdido.
"Uenoyama" Pero ya no podía hacer nada "Hoy pasaste un poco más temprano" Estaba jodido a causa de él y aquello, ¿Para qué negarlo? Lo amaba.
"Sí" Me fascinaba mi novio "Supongo que me puse un poco ansioso con los exámenes" Cuando alcé el rostro, el tiempo fue congelado "Mafuyu" Solo me lo arrebataron de las manos, de unas trémulas y heridas "¿Estás bien?" Mis palmas acunaron sus mejillas; sus ojos estaban rojos e hinchados, su rostro ojeroso y delgado, sus labios resecos, con una bufanda él lo trató de cubrir para fracasar. Aquella descorazonada y despechada expresión. La conocía bien.
"Estoy bien" Sin confianza no hay amor.
"Te lo estoy preguntando enserio" Sin amor no queda nada, no obstante, él me sonrió, de manera forzada y destrozada. Un poco más "Yo" El primer día de verano era codicioso y quería ser especial "Te ves realmente cansado" Estaba obsesionado con aquello. Ser especial. Como si aquello significase algo "¿Seguro estas bien?" Pero lo hacía.
"No te preocupes" Mafuyu mentía "Debí haberme quedado repasando hasta muy tarde" Su mano me fue extendida de manera cobarde aquella mañana. Con unos ojos bonitos repletos de hipocresía y un amor tan magullado que ya no se podía salvar.
"No tienes por qué estresarte" Más cobarde fui yo al ser incapaz de preguntar. La respuesta no era deseada en realidad "De seguro te ira bien" Solo lo pateamos debajo de la alfombra. Un día. Una vida. Muchas más.
Y supe que le pasaba algo. Fue la primera señal. Lo supe pero ignorarlo era más sencillo.
¿Cuánto tiempo es para siempre?
Mafuyu fue incapaz de mirarme el resto del camino; su rostro se encontraba pálido y su cuerpo tembloroso, su mente ida, y su boca tiritona. Desecho y herido, con una cuerda rota entre las manos; la escondía por vergüenza y orgullo. La escondía de mí y yo lo odiaba. Codicia. Una negra y pesada. En el instante en que yo lo había descuidado alguien más lo había apagado y roto. Y fue injusto. Fue tan injusto que me quemó la piel. Dentro de mi estómago las mariposas y la primavera se habían empezado a marchitar; a podrirse. Ayer estaba buscando un anillo junto a Akihiko con la idea de mantenerlo atado; ayer era el rey del mundo entre esos delgados brazos, entre sus besos y los roces de su piel. Y hoy, ¿Qué era hoy? Nadie más que el hombre que había fracasado para amar. Sin confianza. Sin amor. No había nada. Llegamos a la escuela sin que él se pudiese levantar; el castaño tan solo se dejó caer a mi lado en la mesa, su respiración parecía agotada y aquellas lindas facciones demacradas y desgastadas. Y lo supe pero no dije nada, ¡Lo supe pero no hice nada!
ESTÁS LEYENDO
Nostalgia de invierno.
Fanfiction|| Finalizada || ¿No era natural para ellos dos? Ante la cercanía de su relación, de sus abrazos, caricias y bondad Mafuyu terminó enamorado de su amigo de la infancia Yuki. Al no querer involucrarlo con rumores extraños y con acoso de sus compañer...