Capítulo 16.

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Hola mis bonitos lectores!

Bueno, ¿Porque esta mujer se demoro dos semanas en escribir el capítulo? No fue porque regrese a la triste vida universitaria, fue porque este capítulo lo tenía pensado desde antes de que la historia naciera, así que fue dificil y quedo un poco más largo.


Debo advertir que una escena puede ser un poco sensible.Este capítulo lo narra Mafuyu.Muchas gracias a quien lee!


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Tantas canciones como estrellas eran las que le podría dedicar para decirle lo mucho que lo amaba.

Un solo amor. Un beso. Un abrazo. Una noche de pasión. Hace un par de meses mi vida carecía de ritmos y acordes, la fuerza de mi voz era débil y trémula; lo único que salía de ella eran gritos mudos y jadeos despechados, mis manos no servían para otra cosa más que temblar. Cobarde. Pequeño e insignificante. Bastaron un par de meses para que él se hundiera en lo más profundo y arrancará aquella tristeza. Uenoyama era un arma letal que me conducía hacia la locura. Cada día eran diferentes las cosas que aprendía de él, cada tarde más enamorado, cada noche más ansioso y deseoso. Aquellos ojos azules habían tomado mi corazón para convertirlo en un desastre y asegurarse de que no pudiese pensar o respirar otra cosa que no fuera él. Me estaba ahogando en esos sentimientos y lo único que quería hacer era cantarlos para él.

Cantar mucho más.

Negué con la cabeza saliendo de mi casa, una tonta risa fue mi respuesta al verlo ahí de pie, esperando por mí, sus manos se encontraban en los bolsillos de su chaqueta, sus ojos se abrieron con expectación al vislumbrarme. Hubo vergüenza entre nosotros dos. La mañana era agradable, el clima abrasador, el aire sabía a electricidad. Me acerqué a él, él me extendió su mano sin decir nada, no obstante, algo sería redundante al leerlo en esa mirada. Su cara decía que yo le gustaba mucho.

"¿No me vas a dar un beso de buenos días?" Sus mejillas se encendieron de manera violenta ante mis palabras, él frenó sus pasos sin haberlos empezado en primer lugar.

"Te gusta agarrarme con la guardia baja" Aunque sus cejas estaban tensas, una pequeña sonrisa había nacido en él, él me tomó de los hombros, cerca, pude sentir mi palpitar a cada centímetro que entre nosotros pereció. Mortífero y letal.

"Eres fácil de molestar, Itaya fue quien" La calidez de sus labios fue paralizante. Cerré los ojos, elevándome en la punta de mis pies para ser besado y callado por él.

Sus manos se habían acomodado sobre mi cintura, el peso de mi cuerpo lo había dejado entre sus brazos, sus movimientos fueron dulces, lentos y suaves, pude sentir todo mi rostro arder y cosquillear. Hubo una insoportable electricidad desde mi estómago hacia mi garganta, me aferré a sus cabellos, bajando con lentitud hacia su cuello. Era un sabor mortal y venenoso. Estaba embriagado en los labios de aquel guitarrista, era un coctel de juventud, inexperiencia y pasión. Una sonrisa victoriosa fue la que se dibujó entre las facciones de mi novio cuando nos separamos, en el reflejo de esos profundos ojos vi la clase de expresión que tenía y entendí su satisfacción. Mi cara decía lo mucho que lo amaba. Ni siquiera lo intentaba disimular. Estaba tan enamorado.

"¿Qué fue lo que Itaya dijo de mí?" Rodeé los ojos, su brazo se había acomodado sobre mis hombros, mi palma se había deslizado hacia su cintura.

"Él dijo que eres fácil de molestar" Él tiró de mi mejilla de manera suave, me llevé la mano hacia la boca, vestigios de chispas y cosquillas aún quedaban a causa de aquel beso. Era un desastre.

Nostalgia de invierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora