Nostalgia de invierno.

Capítulo 15.

Hola mis bonitos lectores!Iba a subir el capítulo ayer, pero a mi universidad en plena revuelta social se le ocurrio subir el arancel, así que estuve en tramites a morir XD, saliendo de eso, tengo que anunciar que esta historia va a tener alrededor de 20 capítulos, bueno siempre lo digo y terminan siendo más, pero para que se hagan una idea.En el capítulo de hoy seguimos con Uenoyama.Espero que les guste.Un millón de gracias por tomarse el tiempo y leer!

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Él me hizo pensar que era mío.

Mis manos se encontraban aferradas a su cintura, nuestras piernas entrelazadas debajo de las sabanas, sus cabellos sobre mi nariz, su respiración estaba sobre mi pecho; tan caliente que me había derretido el corazón. Él estaba desnudo entre mis brazos, completamente expuesto y vulnerable. Pequeñas marcas en la piel de Mafuyu eran evidencia de lo que había ocurrido la noche anterior; eran moradas, brillantes y posesivas. Tragué con dificultad, acercándolo un poco más. Sentir tanto. Amar tanto. Caer tan bajo. La cabeza la había perdido desde el instante en que lo conocí. Sus palmas se encontraban sobre mi espalda, estaban frías y eran pequeñas; el roce fue mortal. Eléctrico. Las horas se deslizaron entre mis dedos al mirarlo aquella mañana, los rayos del amanecer se habían colado dentro de la habitación para besar sus pestañas, él se removió, cerca, mi palpitar fue descontrolado. Cuando nuestros ojos se encontraron el palpitar de él también lo fue. Pensé que él era mío al estarlo abrazando. Lo quise creer de esa manera porque yo era de él.

"Buenos días" Una repentina e infantil vergüenza fue la que nació entre nosotros dos. Entre mis palabras. Teníamos una sonrisa nerviosa y apenada. Mafuyu era hermoso con esa expresión adormilada.

"Buenos días" El rostro de mi novio se escondió dentro de mi pecho, sus mejillas se habían teñido de escarlata y su cuerpo había empezado a tiritar, mis brazos lo sostuvieron. Siempre lo sostendrían.

"¿Te sientes bien?" Aquella expresión se intensificó ante mi pregunta, su piel estaba cálida y era suave, era mortal. Su aroma era adictivo y él era precioso "¿No te duele nada?" Sí, Mafuyu Sato acababa de despertar; él tenía el cabello convertido en un desastre, los ojos y los labios hinchados, el cuerpo repleto de marcas y aún así se las había arreglado para ser la imagen más hermosa que había contemplado jamás.

"Estoy bien" Sus ojos significaron todo al encontrarse con los míos entre la complicidad de las sabanas "Yo" Nuestras manos se habían enlazado "Me siento feliz por lo que pasó anoche" Un intenso calor arremetió en contra de mi cara y mi vida.

"Yo también" Me falto aire dentro de esa habitación, él acarició mi rostro, con lentitud. Sentí las chispas "Hoy deberíamos saltarnos las clases para ir a una cita" La codicia era grande y mis palabras imprudentes. Me había vuelto así por él.

Ritsuka Uenoyama había enloquecido de amor.

"¿No tienes un trabajo que entregar mañana?" Me mordí el labio, esquivando su mirada.

"No" Mafuyu tiró ligeramente de mi mejilla para captar mi atención, él se encontraba arriba mío, con sus piernas sobre mi cadera, con su nariz rozando la mía y nuestros pechos en sincronía "Eso es para la siguiente semana" Él encajaba conmigo con una impresionante naturalidad. Como si hubiese estado destinado.

"Eres un pésimo mentiroso" ¿No era pretencioso el pensar que estábamos destinados? "Pero te puedo ayudar a terminarlo" No obstante, lo quería pensar de esa manera. Le acaricié la cabeza, había una agradable y caliente tensión en el aire. Podía sentir mis latidos entre mis palmas y mi cabeza, tenía la mente repleta de él.

"Aceptare esa ayuda" Él me sonrió antes de levantarse de la cama, el colchón crujió. No pude quitar mi mirada del cuerpo de Mafuyu; sensual y tentador. El rostro me calcinó al haber sido descubierto. Estaba tan enamorado "¿Vas a tomar un baño?" Aunque mis palabras pretendían seguridad el tartamudeo entre ellas me delató.