Hola mis hermosos lectores!Su gato escritor les desea una feliz navidad, la mía ha sido algo extraña, pero espero que la esten pasando con personas que aman.Este capítulo quedo un poco más largo de lo usual, y lo narra Uenoyama. Espero que les guste y gracias por leer!
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Parpadeé bajo los primeros rayos del sol, con los ojos pesados y la boca seca. La cama se encontraba mullida, el colchón crujió cuando me moví; cuando un peso extra se deslizó entre sabanas de lavanda y una inexistentes cordura. Miré hacia abajo para perder la respiración; solo olvidarla. Entre mis brazos, cerca de mi pecho, se encontraba el castaño dormitando con una linda expresión. La mañana beso sus pestañas; eran largas y curvas, sus labios tentadores y se encontraban hinchados. Un golpe de vergüenza azotó mi rostro ante los recuerdos de la noche anterior, me llevé la mano hacia la boca; estaba inflamada como la de él. Sonreí de manera tonta, sosteniéndolo entre mis palmas.
Su cabello cambiaba de tonalidad en contraste con los rayos del sol; era castaño, era naranja, era rosa, era salmón. Mi nuca se posó sobre este, era esponjoso y estaba despeinado, él olía bien y su cuerpo era pequeño. El corazón delator fue convocado en aquella habitación cuando él se restregó en contra de mi piel. Suspiré, completamente estúpido y enamorado. Acariciando con las yemas de mis dedos la punta de su nariz, deseando poder despertar de esa manera todos los días. Grabándolo ante la certeza de que el invierno le pertenecía a la nieve, no a la luz.
"Uenoyama" Su voz fue adormilada y lenta, sus ojos se abrieron con torpeza "Buenos días" Y basto esa sonrisa para caer otra vez. Con un disparo al corazón.
"Buenos días" Él se removió entre las sabanas, con pereza "Oye" Aunque el gesto fue lindo la rutina era potente "No te duermas otra vez, tenemos ensayo" El más bajo me ignoró dándose vueltas entre las cobijas para enseñarme la espalda.
"Solo un rato más" Lo traté de regresar a su posición original en vano.
"Haru se enfadará si llegamos tarde" En un intento para que me obedeciera, lo empecé a mover de la cintura "El estudio que arrendamos hoy es más caro" Resbalándome entre la seda de su pijama para atraparlo bajo el colchón. Mi rostro enrojeció; con una mano sobre la cama y la otra entre su espalda, él me miró, no nos pudimos separar más.
"Yo" Hubieron nervios entre sus facciones, su respiración se aceleró bajo mi agarre "Entiendo" Él miró mis labios, tragando, ansioso "Entonces me levantaré" Cuando él se inclinó; cerca, tan cerca que lo saboreé.
"Mafuyu" El nombrado me miró, expectante y asustado. La tensión fue tangible en la habitación y en el sudor de mis manos.
"¿Sí?"
"Quiero besarte" Balbuceé hipnotizado por él "Yo" Arrepentido por mi imprudencia. Akihiko tenía razón, no era más que un virgen hambriento y necesitado.
"Uenoyama" El más bajo me sonrió, inclinándose sobre la cama, los resortes del colchón crujieron otra vez, sus manos sobre mi cuello, entre las hebras más cortas de mi cabello "No me lo tienes que decir cada vez que lo quieras hacer" Mis latidos se convirtieron en un potente resonar sobre mis oídos y mi cabeza. Mis ansias en apetito, mi temor en recelo. Me acerqué a él.
"Si tú dices que está bien" Para acunar sus mejillas entre mis manos y acabar con la agonizante distancia entre nosotros dos. Tan seductor.
Besarlo era una satisfacción mortífera. Dulce, caliente, placentero. El corazón me retumbó haciendo eco en cada músculo de mi cuerpo, la sangre me erupcionó al tenerlo entre mis brazos; de movimientos lentos, de respiración perdida. Mafuyu era una adicción en la que yo había caído. Sus brazos rodearon mi cuello dejando que el mundo entre nosotros se esfumase. Pero quería más de él. Demandante y posesivo. De amor torpe e impulsivo. Me incliné mucho más cerca.
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Nostalgia de invierno.
Fanfiction|| Finalizada || ¿No era natural para ellos dos? Ante la cercanía de su relación, de sus abrazos, caricias y bondad Mafuyu terminó enamorado de su amigo de la infancia Yuki. Al no querer involucrarlo con rumores extraños y con acoso de sus compañer...