Capítulo 2.

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Hola! Muchas gracias a las personas que se han detenido en esta historia.Espero que sea de su agrado <3El capítulo es narrado por nuestro Mafuyu.

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No era más que un simple esclavo de aquella mirada; apasionada y melancólica, altanera, venenosa y galante. No era más que un seguidor de las palabras de aquel hombre; tragándome sus mentiras como pastillas contra el insomnio y la ansiedad. Rogando por un último aliento de vida, arrodillándome a los pies de su altar, confesando mis pecados para ser atravesado por la puñalada de su rechazo. Muerto por sobredosis de amor; loco por sus ojos y necesitado de su sonrisa.

Suspiré, apoyando mi rostro sobre mi mano, vislumbrando los primeros rayos de amanecer a través de la sucia ventana del salón de clases. Habían conversaciones sin sentido de fondo y risas de eco, olor a plumón y libros recién comprados. Me había prometido superarlo una vez que pasase por aquella confesión, no obstante, me era imposible detener el desenfrenado palpitar de mi corazón. Porque cada vez que esas varoniles y grandes manos me abrazaban, se entrelazaban de manera inocente y juguetona, que esos labios pronunciaban mi nombre, cada vez que esos ojos me buscaban yo quería más.

Quería besarlo otra vez. En un roce, en un tacto, en un aletear.

"Luces desanimado" Hiiragi tomó asiento al frente mío, dejando su mochila en el respaldo de la silla "¿Es porque Yuki no vendrá?" Me encogí de hombros con una sonrisa de cortesía. Amarga y superficial.

"Le dije que era mala idea comer tanto pollo frito en aquel lugar" Suspiré recordando la terquedad del rubio e insistencia por comprar el balde más grande "Pero nunca me escucha" Su rostro manchado en salsa, y sus manos atascadas entre servilletas y huesos "De todas formas lucía lindo" Mi rostro enrojeció al haber dejado escapar un pensamiento. Transparente y tonto.

¿Cómo lo había logrado ocultar?

"No digas cosas asquerosas de tan temprano" Me regañó; con el entrecejo tensó y una vena a punto de estallar "Es Yuki del que estamos hablando, el hombre que pensó que podía cocinar huevos en el microondas" Reí al recordar como estos explotaron y se rebalsaron en aquel experimento.

"No es bueno con las tareas del hogar" El más bajo chasqueó la lengua, fastidiado.

"Con razón te trata como una pequeña esposa" Hubo molestia enlazada a las palabras de mi amigo; una que se rompió al darme una linda expresión "Las cosas entre ustedes dos" Él jugueteó con el borde de su silla; repasándola una y otra vez con sus dedos. Abriendo y dejando escapar silencio incontables veces.

"Puedes preguntar" No era digno de esa amabilidad.

"¿Las cosas entre ustedes están bien?" Una mirada seria y preocupada; a él no le gustaba admitirlo, sin embargo, tenía una bella personalidad "La última vez los vi dándose las manos camino a casa"

"Supongo que las cosas volvieron a ser normales" Aquel tímido roce de labios; eléctrico, inocente, ligero, aquella sensación intoxicando cada uno de mis sentidos. Sus manos sobre mi cintura, las mías rodeando su cuello; acariciándolo, su respiración contra mi nariz, y su palpitar entre mis memorias. El rostro me estalló entre vergüenza y descaro "Hiiragi" ¿Normales? "Yo" Ya no lo serían jamás.

"¿Qué fue lo que hiciste?" El ruido del salón se volvió lejano e irreal.

"Yo" Adicto, prohibido y venenoso "Lo besé"

"¿Qué?" El de raíces negras tuvo que contener un grito con ambas manos, se lo tragó "¿Cómo eso puede ser normal?" No lo pude mirar, ni pude retirar mi mano de mis labios.

"Sé que se lo dije y que me lo prometí" Presionando en contra de ellos con hambre y egoísmo. Nos había roto y traicionado "Pero no creo que podamos volver a ser amigos" Un creyente cuya iglesia él mismo quemó. Lo lamentaba.

Nostalgia de invierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora