MALDITO DESTINO - 錯誤 - KOOKMIN (Terminada)

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—¿Que hizo? ¿Cómo te fue?

Wonho lo bombardeó de preguntas apenas lo vió llegar al colegio y pasar por la puerta.

Él iba feliz, pero el Alfa a su lado estaba enojado. Había sentido el aroma de Jimin mezclado con el de Jeon y como no, si tuvo que haber dormido con él y, de paso el conejo mutante había dejado una mancha morada en el cuello del Omega. Eso lo había hecho enojar más.

—No hizo nada, me fue bien Wonho, se portó... Bien.

Abrió su casillero y guardó sus libros, tenía libre esta primera hora ya que su profesor de Historia estaba de viaje a un congreso en México, pues había escrito un artículo y estaba nominado a unos premios que eran de suma importancia.

—¿Y esto?

El Alfa hizo que girara su cabeza dejando expuesto su cuello y por ende la mancha morada.

—¡Ay! Me dolió Hoseok... Solo es un chupetón.

Murmuró sonrojado.

—¿Eso hizo? ¿Para ti es poco? ¿Solo un chupetón? ¡Se sobrepasó contigo!

A esta hora todos estaban en clases, así que nadie estaba afuera excepto los compañeros de Jimin. Suponía él.

—Pues si, no fue a mayores, quiero decir... M-Me tocó pero ¡Porque te tengo que dar explicaciones Lee Hoseok!.

—¿Y tu lo dejaste? ¡Jimin! ¡Eres mío! Él no te merece ¡No puede tocarte!

—Lo dejé y ¡Qué! No soy tuyo, ¡¿Acaso tú si me mereces?! ¡Te recuerdo que te has estado portando horrible conmigo estos días Wonho! No eres más que mi amigo, si fueras mi pareja te daría explicaciones.

«Si a Jeongguk no le das explicaciones, menos le vas a dar a Wonho»

Suspiró intentado calmarse cuando terminó de hablar.

—La profesora de Artes visuales va a tu salón.

Murmuró mirando el suelo y con las manos en ambos lados de su cintura en forma de jarra, esperando que el mayor desapareciera de su vista.

Wonho asintió con una mueca y no se fue si no hasta que Jimin alzó su goteos lo miró y en eso el Alfa aprovechó de robarle un corto beso.

—Lee Hoseok...

Advirtió en voz baja, cualquiera los podría ver ahora perfectamente.

El Alfa se fue con una pequeña sonrisa en su rostro, Jimin no se lo había negado.

—Disculpa.

Una pelinegra de tez blanca, delgada y tierna se acercó a él tímidamente. Tenía un agradable aroma a flores silvestres, uno que lo hizo sonreír.

—Hola, dime.

Murmuró nervioso, ella pudo haber visto ese beso.

—Soy Lee JiEun, y ví lo que hizo ese chico. ¿Estás bien?

Y lo hizo ¡Lo vió!

—A-Ah... Si, si estoy bien. Soy Park Jimin.

—No deberías dejar que te grite y te robe un beso, eres el próximo líder de la manada y el Omega de Jeongguk, ese chico te debe respeto.

—Lo sé pero... Es-.

—Olvidalo.

Dijo ella sonriendo y Jimin la volvió a mirar.

—¿Estudias aquí?

—Si, voy en el último año.

—Oh vas con Jeonggukkie.