MALDITO DESTINO - 錯誤 - KOOKMIN (Terminada)

«Eᴘɪ́ʟᴏɢᴏ»

[Capítulo largo porque es el epílogo :'c]

—¡Nooo! ¡No no no Alfa gordo!

Gritó Jimin.

Diablos, solo quería probar un poco de esa deliciosa ensalada rusa. No la había probado, pero por un demonio que de lejos se veía muy bien.

—¡Solo es un poquito! Vamos amor~

—No no, dije no y no es no.

—Ni ni, diji ni y ni is ni.

Lo imité tomándolo por la cintura.

—Macaco sin huevos.

Murmuró sonriendo.

—Ahora si pudiste decirlo ¿Pero te desquitas a mitad de noche buena? Me parece una falta de respeto.

—Tsk, me puedo desquitar más tarde...

Susurró mirándome a los ojos mientras sus manos se pasearon por mi pecho.

—Y de una mejor forma.

—¡Estás jugando sucio!

Metí el dedo en la ensalada rusa y luego puse mi dedo sobre su pequeña nariz, bajando hasta su labio inferior.

Lamentablemente, su boca atrapó mi dedo.

—Jimin...

Susurré.

Sin dejar de mirarme a los ojos, lamió mi dedo con más ahínco. Peeero, Minhyuk nos hizo separar.

—Aiñn.

Balbuceó en el suelo.

—Owww, ¿También quieres? Pues tendrás que esperar hasta que tú papilla de espinaca esté lista campeón.

Solté a Jimin luego de lamer su nariz y sus labios quitando la mayonesa, y me acerqué a nuestro hijo para tomarlo en brazos.

—Añin.

—No nada que añin, la espinaca te hará fuerte, como Popeye. Créeme Hyukie, te lo dice tu Appa Jeongguk.

—¿Ippi?

Sip, Minhyuk sabía decir Ippi y Appa, claramente Ippi era Jimin y Appa era yo. Sumamente tierno.

—Bueno pues... Digamos que Ippi Jimin no comió espinaca y se quedó enano ¿Ves? Por eso debes comer.

—Ippi nano.

Una mueca se formó en su pequeño rostro y se escondió en mi cuello.

—Dime amor, ¿Ippi enano sin fuerza puede hacer esto?

Con su mano hecha puño, golpeó mi abdomen y luego con su rodilla, golpeó la parte de atrás de mi rodilla. Como sabrán, me hizo caer al suelo, dE RODILLAS y agarró mi cabello con fuerza. Todo esto ocurrió sin que soltara a Minhyuk.

—Uy, te prefiero rudo en la cama, ahí te ves más sexy.

Apretó mi cabello y luego me soltó para tomar a Minhyuk en brazos.

—Appa lebil.

—Enano, tienes un año y ya puedes casi hablar.

—Añin.

—No añin, mejor vamos con la familia.

—Siii mejor, ese golpe no tenía nada que ver con lo que estaba hablando con nuestro hijo.

Murmuré siguiéndolo por detrás.

Giró su rostro y me mostró una mueca enojada que me hizo asustar.