VEINTICUATRO

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K Y L I E

Cuatro y media de la madrugadas y la puerta de la casa de mi madre estaba sonando a más no poder, ¿a quien se le ocurre venir a las cuatro pasadas de la mañana?

Me levanté de la cama y me puse mis pantuflas y camine hasta el sofá de mi habitación en busca de la bata para así abrir la puerta yo misma, ¿por qué? Porque en casa de mi madre no está nadie todas se fueron y las empleadas tienen esos días libres ya que no quería a nadie pendiente de mí.

Baje de las escaleras aún con la puerta sonando por quién sea la persona que esté del otro lado de la puerta. Me apresure a bajar lo más rápido que podía y así terminar con el sonido.

Abrí la puerta y claro ¿como no se me ocurrió? Benito Martínez a las cuatro de la mañana tocando la puerta sin importar quienes estuvieran dentro.

— ¿Que carajos haces acá a las cuatro y media? —le pregunto y Benito sin responder y sin pedir permiso entra a mi casa.

Esta borracho me di cuenta por el olor a alcohol y su forma de caminar me di cuenta, ¡¿Acaso manejo borracho?!

— ¡¿Manejaste en este estado Martínez?! —le grito.

Se giró para mí dirección quedando en el inicio de la escaleras y frunció el ceño.— Shhh. —susurra masajeando sus sienes.— Por favor.

— ¿Manejaste borracho, Benito? —le pregunto con más calma.

Él solo asiente haciéndome respirar hondo. ¡Es un irresponsable!

— Te voy a preparar un café —continúe hablando y camino en dirección a la cocina.—, espérame en la sala y te sientas en el sofá hasta que vuelva.

Prepare dos tazas de café y volví a la sala donde se supone que tiene que estar Benito pero no, él no se encuentra en la sala dejé los cafés en la mesa ratona y me dirigí al baño que está en el primer piso para asegurarme si él seguía acá.

Tal vez tuve que ir mientras yo seguía preparando los cafés.

Cuando llegue al baño toque la puerta y no abría ni mucho menos decía algo así que la abrí. Después de todo conozco todo de él, cuando entre no había nada más que oscuridad lo que quiere decir que él no estaba así que salí y fui al segundo piso de la casa en dirección al baño.

— ¿Ben? —lo llame mientras toque la puerta. No respondió.

Quise entrar al baño pero estaba con llave así que eso significaba que estaba dentro.

— Ocupado. —responde.

— Soy yo. Kylie. —le digo para saber si con eso me abre la puerta. Aunque eso era bastante obvio, solo somos él y yo.

Pero en lugar de abrir la puerta se escuchó la llave del grifo abrirse y no sé si es del lavamanos o de la bañera.

— Está ocupado.

— Bien —digo.— te espero en la sala.

Cuando estaba por irme la puerta del baño se abrió dejándome ver a Benito sin su remera y sus pantalones desabrochados dejándome ver el elástico de sus boxers y parte del boxers color negro.

— Quédate aquí. —me ordena mirándome.

— ¿Estabas por darte una ducha? —pregunte para cambiar de tema.

Él asiente.— Y quería pedirte un favor por eso te pedí que te quedarás.

— ¿Aparte de usar mi baño sin mi permiso? —pregunte en broma y él asintió.— Dime.

Menor de edad. - Benylie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora