one ! el encuentro

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me sentía vacía. sentía que mi cuerpo no tenía vida. exhausta, la único que oía era mi propia respiración.

tenía muchas cosas para hacer pero a la vez esas cosas no valían nada. de pronto mi cuerpo no se sentía lo suficientemente fuerte como para poder siquiera mover un dedo.

─ qué horrible día...

el timbre me sacó de mis pensamientos llevandome a mi triste realidad. tuve que salir de allí y fui a los pasillos colmados de personas y les seguí la corriente ignorando los constantes empujones que recibía.

hasta que ví a alguien.

un chico pelinegro de ojos oscuros y yo cruzamos miradas. era encantador, incluso para mí; una persona que no buscaba "chicos lindos". un destello pasó por sus ojos y me llamó la atención. no recordaba su nombre al ser nuevo de hace poco pero sabía que era uno de esos populares.

entonces ¿por qué sentí que tenía algo especial? por esos tres segundos me sentí viva otra vez.

─ ¿qué mierda.. ─no pude continuar la frase ya que ethan, uno de los populares o los estúpidos, como les quieran decir, me empujó haciendo que caiga al piso.

─ fíjate por donde vas, inútil ─dijo y luego rió con sus amigos volviendo a patearme ya en el suelo. yo fruncí el ceño y me levanté, sacudiendo mi ropa. les dí una última mirada mientras estaban distraídos y me retiré del lugar.

si supieran que les falla el cerebro... mentalmente, si era posible, suspiré.

decidí tomar mi almuerzo y sentarme en las gradas del patio. era tan calmo ahí que mi propia voz interior se escuchaba claramente. el calor hacía que mis piernas se peguen a la madera del banco y el silencio abundaba por toda la cancha de futbol. me agradaba.

las comisuras de mis labios se curvaron hacia arriba formando una sonrisa sin dientes. no era de sonreír mucho, a menos que sea falsamente. mis únicas sonrisas verdaderas eran esta hora y en este lugar, o escuchando música en mi casa.

necesito amigos que me paguen la terapia.

de un momento a otro el viento comenzó a soplar. la brisa acariciaba mi rostro mietras yo consumía mi comida y los cabellos que tenía fuera de mi cola de caballo me estorbaban la vista.

al terminar comenzé a tararear una linda melodía. era la que mi padre me cantaba todas las noches antes de morir. como una canción de cuna.

mi madre nunca estaba presente en mi casa ya que trabaja las veinticuatro horas en el hospital. por eso no había nada interesante en mi vida.

ella me amaba por más de no estar en casa. y yo la admiraba por todas las vidas que salva pero, definitivamente no me sentía cómoda con ella. no sentía la confianza que debería sentir con un familiar que se supone que debería ser cercana a mí.

el molesto ruido del maldito timbre de nuevo interrumpió mis pensamientos y me ví obligada a volver a clases. pero, el salón estaba del otro lado de la escuela y los pasillos estaban vacíos.

ya es tarde

empezé a correr atravesando la escuela, no estaba en las condiciones físicas para hacerlo pero se trataba de llegar a tiempo a mí clase.

─ ¿por que la tardanza, señorita shindell? ─me preguntó el profesor al verme llegar al salón. llamándome por mí apellido, cosa que detestaba con todo mi ser.

─ olvidé mis libros ─me excusé.

─ que no se vuelva a repetir ─dijo él mirando al pizarrón. yo asentí con la cabeza y me fui a sentar. cuando dí la espalda rodé los ojos.

─ ¿qué te pasa? ─dijo katherine, mi insoportable compañera de banco <por no decir que de por sí todos mis compañeros lo eran>. era la chupamedias de los profesores, la niña buena que lo que tenía de buena también lo tenía de molesta.

─ cierra la boca por un momento ¿sí? ─le contesté de manera serena.

el resto de la clase pasó aburrida y normalmente.

─ bueno, para finalizar tenemos un proyecto ─anunció en profesor. malditos proyectos en grupo, siempre era yo la que lo hacía todo.

levanté la mano.

─ ¿puedo hacerlo sola? ─pregunté esperanzada de recibir una respuesta positiva.

─ claro, después de todo son impares y tus calificaciones no suelen bajar del ocho ─me dedicó una cada sonrisa a lo que yo sonreí también. ㅤㅤㅤ uno, compañeros de curso cero.

cuando oí al timbre sonar una vez más, me di cuenta de lo rápido que el tiempo pasaba.

salí de ahí y volví a adentrarme en los estúpidos pasillos. en ese momento, sentí cómo alguien apoyó en mí como si quisiera que caiga pero yo me corrí a la derecha y esa persona calló al suelo.

─ ni lo pienses, ethan ─rodé los ojos suponiendo que era él y seguí con mi camino.

ㅤㅤㅤ shindell... la desafortunada con una vida que es una completa mierda.

luego de terminar la última clase, caminé por los pasillos estrechos de esa escuela por milésima vez en el día. a esta hora ya el olor a sudor nos perseguía a todos y me desagradaba de una forma inimaginable.

otra razón para odiar mi vida, era el hecho de tener poca capacidad física. era mala en los deportes en general. aunque en cuanto a lo sentimental, era raro hacerme reír o llorar a menos que toquen temas que realmente eran hirientes o sucedan cosas que me pongan muy contenta. o al menos, eso creía. me faltaban las amistades necesarias para comprobarlo.

aún así, sabía que era más fácil para mí expresar cansancio, desagrado, enojo o irritación.

finalmente terminé mi recorrido en la puerta de salida. debía repasar mi lista de cosas para hacer.

comprar toallitas femeninas

• hacer las tareas, las de la semana y
la de hoy.

• estudiar para los exámenes de mañana y pasado mañana.

• hacer las compras y la comida.

me subí a mi bicicleta y comenzé a pedalear a casa.

en el camino escuchaba música para ahogar mis pensamientos y motivarme a ir más rápido. canciones por lo general muy calmadas como prom dress o training wheels.

llegué a casa y entré mi bicicleta en el garage para después entrar y buscar algo de dinero para cada cosa que debía comprar.

salí caminando hasta la farmacia que está a la vuelta de mi casa y compré mis toallitas femeninas. más tarde volví a mi casa y me dispuse a torturarme haciendo tareas y el trabajo.

sumándole después tener que hacer la comida.

disfrutaba de estar sola y pacificamente pero a veces me apenaba no tener a nadie. y no hablo solo el sentido de amigos. tambien quería que mamá esté aquí pero desde que papá murió el dinero no fue suficiente y ella tienía que estar el doble de horas en el hospital.

suspiré perdiendo las ganas de hacer ya nada, quería tan solo algunas personas que me entendieran o que me aceptaran. casi todo el instituto me conocía pero aún así a nadie parecía interesarle acercarse a mí.

negué con la cabeza alejando esos pensamientos y comenzé con la tarea de geografía. esta me resultó inesperadamente más fácil de lo que había pensado y al cabo de unos veinte minutos ya había terminado. pronto seguí con la de lengua y no tardó mucho ya que rápidamente llegó el turno de matemática.

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escribiendo esto por milésima vez aunq jamás me convenció y nunca lo hará. la vdd diría que lo hago por aburrimiento pero si soy sincera tengo tareas que hacer. odio la secundaria, no la recomiendo uwu.

── with love, azure

ғuiste túㅤ!!ㅤғinn ᴡolfhɑrd ʏ ᴛú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora