three ! nuevos "amigos"

429 37 17
                                    

ahora estaba en detención por "grosera" y "desubicada".

maldita maestra que no tiene nada más que hacer en su vida más que joder la de otros.

ví a otra chica dos asientos a mi derecha. ella también me vió e inició la conversación.

─ ¿y tú? ¿por que estás aquí? ─me preguntó.

─ por "grosera" y "desubicada"... en otras palabras los maestros me odian y exageran todo ¿y tú? ─pregunté también.

ella rió y se dispuso a responder─: se ve que al profesor no le gustan mucho las arañas.. ─dijo en lo que rodó los ojos─. soy sadie.

ㅤㅤㅤ ─le sonreí levemente tratando de hacer mí mayor intento para causar una buena impresión. algo raro en mí, justamente porque era raro que alguien me cayera bien.

─ señorita sadie sink ─llamó el director.

y claro, a ella la llama por su nombre..

─ deséame suerte ─susurró de forma casi inaudible antes de irse.

ahora me tocaba a mí esperar.

en unos minutos después sadie salió de la sala completamente enojada─: institución ridícula, nadie sabe lo que es diversión.

─ ¿qué pasó? ─pregunté confundida.

─ después te cuento ─alcanzó a inclinarse hacia mí para decirme esto y se retiró con el ceño fruncido.

─ señorita shindell ─me llamó el director y entré a la sala.

era de paredes blancas y muebles marrones de madera oscura. básico. aburrido. tal y como un director.

─ ¿a qué se debe este comportamiento? ─me preguntó.

─ a que...─estaba por contestar que la maestra era una mujer insoportable y que me odiaba pero luego me acordé de la situación en la que estaba y proseguí─. a que todos mis compañeros estaban hablando y con sus celulares y la maestra me culpó a mí que estaba dibujando de que no estaba prestando atención.

─ pero es verdad que no prestaba atención ─me dijo el muy maldito a lo que yo arrugué la nariz.

─ sí, sí, sí, ¿cuál es mi castigo? ─dije apresuradamente tratando de adelantar las cosas.

─ tendrás que ayudar a la administradora de la obra escolar, millie bobby brown, con sadie sink ─me dijo.

─ okay ─con tan solo eso me fuí de la sala cerrando la puerta a mis espaldas.

tenía ganas de mandar todo a la mierda. pero en ese momento un chico pasó corriendo a mi lado y lo reconocí al instante.

─ ¿finn? ─inconscientemente lo llamé y una leve sonrisa volvió a dibujarse en mis labios.

─ ¿eh? ─al voltearse se encontro conmigo─. ven ─susurró.

me tomó de la muñeca y corrimos hacia la salida... ¿se estaba escapando?

salimos y el aire fresco hizo que mi pelo suelto se mueva al compás del viento.

─ ¿por qué no salimos a tomar un helado? Tendremos más oportunidad de hablar ─dijo él mientras sonreía. esto se veía muy causal como para ser desconocidos y menores de edad que recién habían escapado de la escuela.

─ de acuerdo ─tan casual como él se dirigió a mí, se la devolví. aún sostenía mi muñeca así que carraspeé para que se diera cuenta.

─ ¿qué? ¡ah! sí, lo siento ─dijo primero mirando a mi muñeca y luego soltandola.

─ no te preocupes ─me encogí de hombros.

yo tomé mi bici y él fue caminando a la par mía.

(...)

en la heladería empezamos a hablar sobre nuestras vidas. aunque yo no contaba nada. solo hacía respuestas simples y que podían tomarse como secas.

─ y por eso estoy aquí ¿tú? ─me preguntó.

─ nada en especial, vivo aquí desde pequeña ─respondí brevemente, restándole importancia a mi historia.

─ ¿sólo eso? cuéntame más de tí, de tu vida, de todo ─dijo el insistiendo cual niño pequeño.

─ dije que no es nada. no actúes infatil ─dije ya algo irritada. tal vez simplemente no me salía hacerme la interesante si abría la boca acerca de mí. debía mantener un perfil misterioso, tal vez eso me salvaría de que él se aleje.

─ yo sé que eres la marginada de la escuela o que no te gusta que los demás se metan en tu vida pero por eso es que fui a hablarte, quiero ser tu amigo y poder ayudarte en todo lo que pueda ─volvió a insistir.

─ no tengo ningún interés en contarlo, mi vida es ridícula y sin sentido muchas veces.

─ ¡mi vida debe de ser aún más irrelevante que la tuya!

─ si te cuento tan solo pido que no te burles ¿okay? ─suspiré mirándolo.

─ lo prometo ─sonrió levemente, lo que me dió la confianza suficiente para contarle más.

─ mi padre murió cuando yo tenía 13 años ─solté comenzando a hablar y él se me quedó mirando esperando escuchar más─. mi madre trabaja las veinticuatro horas del día y parece que vivo prácticamente sola ─continué, lo que datos random parecían comenzó a tomar forma de desahogo mientras la velocidad en la que hablaba aumentaba como si me estuviera ahogandoncon mis palabras─. me cuesta hacer amistades, me da miedo que me rechacen, disfruto de tener la tarea hecha pero solo es una excusa para no estar en un silencio sepulcral que me quiera hacer llorar, me estreso muy a menudo, y por cosas pequeñas, no me gusta que saquen el tema de mi vida y tampoco me gusta acercarme mucho a los demás porque tengo miedo que descubran lo vacía que realmente soy, solo expreso mi ira y nada más que ira e irritación ya que nunca se me dió bien eso de manejar mis sentimientos.

terminando de decir esto último, mi voz ya se había alzazo un poco de la desesperación. en ese momento caí en cuenta de que me había expuesto a mí misma y quedé helada en el lugar. tan helada como el helado que estábamos tomando; el que por cierto, ya se estaba por derretir en cualquier momento.

él se acercó a mí y me abrazó sin emitir ningún sonido ni palabra. me sentí protegida por un momento, como todas aquellas veces en las que había imaginado encontrar a una persona con la que ya no tendría que esconder mis sentimientos bajo mi piel. era mi primer amigo en años, y por fin me sentía especial.

era ridículo, por lo que yo me sentí estúpida por tomarmelo tan en serio.

no puede existir una persona así.

cuando me separé quedamos a muy poca distancia y esto me dió oportunidad de  observarlo mejor; tenía facciones muy suaves y bonitas. labios gruesos pero no tanto y sus ojos eran oscuros. estaba segura de que sotenían una enorme profundidad. su piel era pálida pero con algunas adorables pecas que en cualquier otra situación me gustaría contar. rebeldes rulos de su oscura cabellera caían sobre su rostro.

es lindo, sin lugar a dudas.

al darme cuenta de lo cerca que estabamos me separé con una mueca.

no me gustaba estar cerca de cualquier chico o chica, o simplemente de cualquier persona. digamos que no era lo ideal.

tampoco soy antisocial. Solo soy rara y creo que él lo sabe pero...

¿cómo le caigo bien siendo rara?
¿le caigo bien?
¿me caigo bien a mí misma?

de la última creo que la respuesta es un rotundo no. pero las demás aún penetraban mi cabeza con taladros.

─ ¿te sientes bien? ─me preguntó mirándome fijamente. me ví obligada a regresar a la realidad, algo que detestaba.

ay que dulce... no, no me siento bien, pedazo imbécil ¿acaso no me oíste desahogarme? se supone que sí ya que estabas conmigo.

─ no... me voy a casa ─me dí la vuelta y caminé a la salida─. pero gracias ─dije y retomé el paso.

llegué a mi bicicleta y comenzé a pedalear hacia mi casa.

ғuiste túㅤ!!ㅤғinn ᴡolfhɑrd ʏ ᴛú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora