El Secreto Del Manicomio. (Secretos #2)

Capítulo 10. "Muerta"

-¿Qué hacemos ahora? - les pregunto a los chicos.

-Tal vez solo es el viento, no recuerdo haber cerrado la puerta. - dice Jessica.

Miro a Dandy que se está poniendo sus tenis. Lleva solamente una camisa blanca, y un short.

-¿Y tú a dónde vas? - le pregunto.

-¿Acaso no escuchaste el maldito grito? ¡Necesito ir a ver que sucede! - me grita y sale corriendo de la habitación.

-Vamos. - me dice Jessica y yo también salgo de la habitación, solo que sin tenis. El pasillo está a oscuras.

Mierda. En lugar en verdad asusta.

Espero a Jessica en las escaleras y ambos comenzamos a bajar.

Ella me toma la mano para no caerse y aunque este no es el momento, me sonrojo.

En la planta baja, yo comienzo a golpear todas las puertas de la izquierda y Jessica las puertas de la derecha. Tenemos que despertar a todos.

Jessica y yo salimos a la recepción y vemos que la puerta que da para las habitaciones de los pacientes está abierta. Dandy fue por ese lugar.

-¡Hija! - escucho atrás de mí y veo a un señor de ¿50 años? Alto, un poco canoso, de cabello castaño y ojos cafés. Es el cocinero del lugar, el padre de Jessica.

Los empleados comienzan a llegar a la recepción junto al director del lugar.

Yo comienzo a correr hacia las habitaciones de los pacientes.

Recorro el primer piso y no veo nada en absoluto.

Subo las escaleras y la primera habitación es la que está abierta, la  habitación 201. Es la habitación de Kimberly.

La puerta está abierta pero no entro, no quiero ver.

¿Está muerta? ¿Mi sueño tiene algo que ver con esto?

Escucho varias pisadas y voces atrás de mi. Volteo a ver, es Jessica junto a su padre, Diego, el Director, Gonzalo y varios empleados mas.

Varios de ellos comienzan a entrar a la habitación, Jessica, Diego y yo nos quedamos afuera.

Después de varios minutos sale Gonzalo, mi supervisor.

-Hubo otro ataque. - dice y yo enseguida pienso en Carlos.

-Mi hermano... - digo y sin importar, comienzo a correr a las escaleras, subo hasta llegar al tercer piso.

-¡Alejandro! - escucho la voz de Diego.

-¡Espera! - también escucho a Jessica. Camino hasta la segunda puerta del pasillo y allí me detengo para esperarlos. ¿Qué puedo hacer si no tengo las llaves de la habitación?

Cuando llegan Diego y Jessica, ambos se ven nerviosos y poco enojados.

-¿Qué te pasa? - me pregunta Diego.

-Carlos. Quiero ver si está bien. - le confieso mirándolo a sus ojos amarillos.

-Yo iré a verlo, tú quedate aquí con Jess. - me dice y veo que ella asiente y me pone la mano en el hombro.

-Él está bien, Alejandro. Estoy segura. - me dice.

Después de varios minutos, Diego regresa y me mira un poco mas tranquilo.

-Está todo en orden. - me dice y yo suspiro.

-Lo siento Diego, es que... - comienzo a hablar pero una voz me interrumpe. Es el Director.

Está en las escaleras.

-Ustedes tres, revisen el piso 4, nos vamos a dividir entre todos para buscar a el asesino. - dice mientras nos apunta.

-Claro, señor. - dice Diego y el director se va.

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Los tres subimos al cuarto piso para verificar si todo está en orden.

Nos dividimos las 20 habitaciones.

Diego va a verificar de la habitación 400 a la 407, Jessica de la habitación 407 a la 414 y yo las últimas.

Diego me entrega las 6 llaves y comienzo a caminar.

Verifico la 415, el paciente está dormido y el baño vacío.

Verifico la 416, el paciente está despierto pero no hace preguntas, está igual de drogado que todos los demás. Y el baño está vacío.

El paciente de la habitación 417 está dormido y el baño igualmente está vacío. No creo encontrar a el asesino en estas habitaciones.

Meto la llave con el número 418 en la siguiente habitación y abro la puerta.

Cuando abro la puerta no mido mi fuerza y tiro a un paciente que estaba recargado en ella.

-¡Lo siento! Lo siento. - digo mientras entro a la habitación y enciendo el foco.

Hay dos camas, en una de ellas está un paciente de cabello blanco y gafas.

El paciente del suelo se comienza a levantar, cuando se pone de pie me voltea a ver y me quedo con la boca abierta.

-Hola. - es lo único que dice.

-Sebastian. ¡¿Qué demonios estás haciendo en este lugar?! - le grito y él hace una mueca.

Ahora no solamente mi hermano está en peligro, también mi mejor amigo.