Capítulo 14. "Hermano Gemelo"

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Días después.

La tormenta sigue, y aún no han encontrado al Hombre Cerdo, el asesino del lugar.

A todos los empleados nos asignaron varias habitaciones que tenemos que supervisar todo el día.

Darle de comer a los pacientes, darles su medicinas, limpiar la habitación, etc.

A mi me tocaron las mismas de la vez anterior, de la 414 a la 420, a Jessica de la 407 a la 713 y a Diego de la 400 a la 407.

Gracias a Dios me tocaron esas, porque puedo ver como están mis amigos.

Sebastian me habla muy poco, pero me habla y eso es bueno.

A Juan lo miro un poco extraño, pero está encerrado con un paciente, ¿Qué espero?

Gracias a Gonzalo, el señor que me dijo que hacer mi primer día en en lugar, me dejo visitar a Carlos después de 2 semanas de estar aquí.

No tengo idea de que me espera, ya que las veces que he venido a visitarlo siempre se queda en silencio.

Abro la puerta de su habitación y entro poco a poco.

Carlos está sentado en su cama, escucho un leve sonido de llanto así que cierro la puerta al pasar.

-¿Carlos? - pregunto y el sonido se deja de escuchar. Él me voltea a ver, su cabello está lleno de canas, tiene ojeras y sus ojos parecen apagados, como si estuviera muerto.

-¿Por qué estás vestido de esa manera? - me pregunta y yo me quedo de pie, hace demasiado tiempo que no escuchaba su voz.

-Ahora trabajo aquí. - le confieso y comienzo a caminar hacia él.

Tomo la silla de su escritorio y la pongo frente a él.

Me siento y Carlos hace una mueca.

-¿Quieres morir? - me pregunta.

-Lo hice por ti.

-No debiste, Alejandro. Sabes lo de el asesino, podría ser yo, y aún así viniste arriesgando tu trasero. - me dice un poco serio.

-¿Entonces tú eres el asesino? - le pregunto y el niega con la cabeza.

-Bueno fuera, al menos él está afuera de esta habitación. - me dice con una sonrisa falsa.

-Tienes que tener cuidado, Carlos. - le aconsejo y él se comienza a reir falsamente.

-No me digas eso a mí, yo estoy aquí porque no puedo salir, Alejandro. Tú tienes una vida por delante, no puedes estar en este maldito lugar y preocuparte por mi. No quiero eso para ti.

Yo estoy mal, estoy enfermo y por eso estoy aquí. Tú debes tener cuidado. A la primera oportunidad que tengas, sal de este maldito lugar. - me dice y yo comienzo a llorar en silencio mientras miro al piso. Levanto la cabeza y lo miro.

-Eres mi hermano... No puedo dejarte en este lugar. Te amo, Carlos, y no quiero que estés aquí. - le digo mientras las lágrimas recorren mis mejillas.

Carlos se pone de pie y me hace señas para que yo haga lo mismo.

Me paro frente a él y me doy cuenta de lo diferentes que somos físicamente. En realidad ya no parecemos gemelos.

-Promete que a la primera oportunidad que tengas, te vas a ir de este lugar a vivir tu vida. No quiero que te pongas en peligro y vayas a buscar a ese asesino. - me dice y yo me quedo en silencio.

-¡Prometelo! - me dice un poco fuerte, él también está llorando.

-Lo prometo. - digo y Carlos me abraza. Yo hago lo mismo.

Suspiro mientras lo abrazo.

-Te quiero, Alejandro. - me dice mientras me suelta y yo asiento.

-Y yo a ti, hermano.

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Ya terminó mi turno pero necesito decirles a Sebastian y a Juan lo que acaba de suceder con Carlos, ellos son mis amigos y creo que tienen derecho a saberlo.

Abro la habitación 418, donde se encuentra Sebastian, cuando abro la puerta, su compañero Axel está dormido, Sebastian está a acostado en su cama.

-Tienes que venir. - le digo y él frunce el ceño, no puedo hacer lo que haré pero no importa, ellos lo merecen.

Abro la puerta para que Sebastian salga.

Cuando sale, de nuevo la cierro y él me mira un poco confundido.

-¿Qué sucede Alejandro? No puedo estar aquí. - me dice y yo asiento. Caminamos un poco hasta la habitación 220 y abro la puerta poco a poco.

Hago que Sebastian entre y después lo hago yo.

-¡Juan! - dice Sebastian un poco fuerte, yo me doy la vuelta y veo el compañero de Juan está dormido.

Juan está de pie, abrazando y besando a Sebastian, ambos están llorando mientras se abrazan. Se dicen cosas como "Te amo" o "No te separes de mi".

Yo sonrio y comienzo a caminar a la cama. Me siento en una orilla y ambos me voltean a ver, están felices, lo sé.

-Justo como en los viejos tiempos. ¿No? - pregunto con una media sonrisa.

-Sí. Solo que ya no estamos en la preparatoria, sino en un manicomio, tu hermano no es el asesino, sino alguien que está mucho más loco. Pero si, como en los viejos tiempos. - dice Sebastian, extrañaba sus comentarios sarcasticos.

-Ven aquí. - dice Juan haciendome una seña con su cabeza para que me una a su abrazo.

Me pongo de pie lentamente y camino hacia ellos.

Los tres nos abrazamos demasiado fuerte, los quiero tanto.

Ellos también son mis hermanos.

-Los quiero chicos. - digo y ambos susurran "Yo también."

Nos quedamos así varios segundos hasta que alguien abre la puerta de la habitación.

-¿Qué está pasando aquí? - pregunta y los tres nos separamos.

Mierda.

El Secreto Del Manicomio. (Secretos #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora