El Secreto Del Manicomio. (Secretos #2)

Capítulo 19. "Encuentro"

-Los estaba esperando. - dice Diego enojado, entrando a la habitación. Camina hasta el frente y yo me vuelvo a meter cerrando la puerta.

Mira a Sebastian y a Juan con una expresión confusa.

-Sabía que estarían aquí, ustedes tres nunca se separan. - dice mientras me señala a mí y a mis amigos.

-Diego, puedo explicarlo... - comienzo pero él niega con la cabeza.

-¿Qué demonios estaban pensando en venir aquí? ¡Muy apenas salieron vivos de la matanza de Carlos! - nos grita, creo que está sacando su frustración.

-No fue planeado. - comenta Sebastian.

-¿Saben qué? Mañana voy a hablar con el director para que los deje salir de este lugar. - dice mientras se acaricia las sienes con sus dedos.

-Diego... - comienza Jessica.

-Tú y Alejandro pueden irse a dormir ahora a su habitación. Yo voy a llevar a Sebastian y Juan a las suyas. - dice Diego y yo me acerco para darle mis llaves. Me mira con una mueca y yo volteo a ver al piso.

Me doy la vuelta y miro a mis amigos,que tienen la misma expresión de un niño cuando es castigado por sus padres. No les digo nada, solo me limito a abrir la puerta y a salir al lado de Jessica.

Cuando Jessica sale, ambos regresamos a la recepción tomados de la mano, sin decir nada. Me alegra tener a una amiga conmigo, pero en verdad espero que en un futuro sea algo más que mi amiga.

Entramos al pasillo de las habitaciones, la energía de nuevo está parpadeando.

Subimos las escaleras a paso lento, llegamos a nuestra habitación, abro la puerta y entro junto a Jessica. Ambos llevamos puesta nuestra pijama así que solamente nos quitamos los tenis.

Cuando caminamos hacia la litera, nos quedamos de pie en silencio.

Es ahora o nunca, Alejandro.

Me comienzo a acercar a ella poco a poco, la tomo por la cintura con una mano y con la otra le acaricio la mejilla.

-Eres tan... Hermosa. - le digo y de la nada la comienzo a besar. Sus labios con los míos.

Y lo mejor es que, ella corresponde mi beso.

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Narrado Por Sebastian.

¿Es verdad lo que leí en el expediente de Axel?

Él me mintió, su expediente describre todos los hechos por los que fue culpable, él asesinó a más de 2 docenas de chicos de su universidad, a unos los quemó, a otros los hechó el ácido, y a los demás les cortó la cabeza estando vivos. Me mintió para no sentirse solo, me mintió para tener un amigo. En verdad me duele, Axel no es el chico que conocí, el asesinó a demasiadas personas, está enfermo pero... Es mi amigo.

Juan, Diego y yo subimos al tercer piso de las habitaciones de los pacientes. Ninguno de los tres hablamos, menos yo. También encontré un mapa, un mapa del manicomio de hace 30 años. Lo guardé en mi bolsillo, mañana ( o mejor dicho, hoy ) se lo voy a enseñar a Alejandro.

-En verdad, son unos tontos. - dice Diego mientras subimos al cuarto piso. Ya en el pasillo, los tres lo vemos. Al fondo está un hombre robusto, con botas negras, pantalones azules, una camiseta blanca y una máscara de cerdo. Lleva puesto un cinto con jeringas llenas de un líquido verde. Una bolsa con un bulto y el piso está repleto de sangre.

Mi habitación. Mi habitación está abierta y de allí sale la sangre.

Oh no, Axel.

-¡¡¡MALDITO!!! - le grito y comienzo a correr hacia él, el asesino hace lo mismo y ambos caemos cuando le doy una patada en el pecho.

Él se levanta primero y me encaja una jeringa en el brazo.

Me comienza a arder y me la quito rápidamente.

En eso veo correr a Diego y hace lo mismo que yo, tira a el asesino de una patada.

-¡¡¡CORRE SEBASTIAN!!! ¡¡¡CORRE!!! - me grita y yo hago lo que me pide. Comienzo a correr hacia Juan que está de pie en las escaleras. Volteo por última vez, y veo a el asesino sacar una navaja de su bolsillo trasero y lo encaja en el cuello de Diego. Él solo grita.

-¡Corre, Sebastian! - me grita Juan mientras me toma de la mano y ambos comenzamos a correr por las escaleras.

Corremos lo más rápido posible hasta llegar a la recepción, después entramos a las habitaciones de los empleados. Cuando corremos por el pasillo todo comienza a dar vueltas, siento que voy a desmayarme en cualquier momento. En el primer escalón de las escaleras me tropiezo y caigo.

-Juan... - le digo y él se agacha. Está sudando y su respiración está acelerada.

-Solamente falta poco, Sebas. Sé que puedes. Tenemos que llegar con Alejandro.

-El asesino... - comienzo a decir, es él, el director es el asesino. En el mapa está marcado el sótano en su oficina. Las botas negras son las mismas que vi ese día. Necesito decirle a Juan pero ya es tarde.

Todo se vuelve oscuro y me pierdo en el vacío.