Pudiera comenzar como la clásica historia de amor, pero al ir avanzando nos damos cuenta cómo puede haber amores que se desgastan y hay corazones rotos en un millón de pedazos (el mío), algunas veces te dan las gracias de la forma más despreciable que pudiera existir. O como lo cantaría Marc Anthony "Te di mi corazón en un pañuelo y recibí sus restos en un trapo viejo".
A veces escuchas de forma irónica "si no te quieres divorciar pues no te cases", yo nunca piensas entrar en una estadística de separación, nunca te imaginas estar en una situación de duelo, la realidad es que no sabes la grandeza de la empresa que emprendes, una de las más grandes de la vida. Nadie está preparado para lo que viene.
Los protagonistas de esta historia, Fernanda y Alejandro. Dos personas que se supone se conocían hace más de trece años, y que nunca imaginarían se pudiera terminar todo de la forma más desleal, sin mirarse siquiera a los ojos, y apenas cruzando palabra alguna. Cuando juras que alguien es el gran amor de la vida de la historia de alguien.
La intención de este escrito no es ser una víctima más del amor, si no aprender de este dolor tan grande y profundo. Asimilarlo y no perder la esperanza de algún día amar y que te amen de un modo natural, profundo y libre, de una forma en que se podamos merecer.
Para esos millones de corazones rotos, porque a veces ese corazón es el que te guía para hacer las cosas.
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ADIÓS, FUE UN GUSTO
RomanceFernanda enamorada de Alejandro no se da cuenta que las cosas ya no son como antes. Sin muchas explicaciones él decide terminar la relación dejando muchas dudas y un corazón roto.