Duelo

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"Te amé, amé cada momento a tu lado, cada experiencia.

Pero también sufrí, lloré por ti lo que nunca lloré por nadie"

WALTER RISO

Dicen que el duelo tiene varias etapas: La negación, la irá, negociación, depresión y aceptación.

Creo que primero entré en negación justo a la semana para ser exacta, le juraba que todo iba a ser diferente que podríamos juntos vencer todo, que nos habíamos casado para estar juntos y que sólo era un obstáculo, que por favor pensara y meditara las cosas, que no nos podía estar pasando eso, que era una etapa, que yo lo amaba y que realmente quería estar con él, que por favor me escuchara. Me dijo que ojalá eso lo hubiera realizado y dicho antes, que ahora no servía para nada, y que lo perdonará por dejarme de querer, que se sentía muy mal por eso, ¿Perdonarlo, en serio? ¿O era una broma de mal gusto? Sabía que por el momento no podía perdonarlo por romperme el corazón de esa manera.

También dijo que no podía olvidar, no podía dejar atrás el pasado, yo no daba crédito de cuánto resentimiento, enojo y falta de confianza me tenía.

¿Y saben qué hice a pesar de todo?, Tratar de recuperarlo de una forma desesperada, así como lo había hecho años antes. Creo que ahora estaba en la etapa de negación. El día que me dijo ya no te quiero yo no quería dormir sola y le pedí dormir en la que había sido nuestra cama de nuevo, quería estar a su lado sentirme tranquila, Alejandro dijo que nunca me había corrido del cuarto que yo estaba en el otro porque yo quería, pero después de todo lo que implica el ya no quiero estar contigo, ¿cómo quería que siguiera en el mismo espacio?.

Llegaba su cumpleaños, así que decidí invitarlo a cenar, y platicar como antes, estando allí sentados le preguntaba sobre sus sobrinos, sobre su trabajo, su familia, pero lamentablemente ya no había reacción alguna, lo noté porque apenas contestaba y la verdad parecía que estaba allí obligado. Pero decidí seguir insistiendo.

No podía irse y dejarme de querer así nada más. No podía creer que 13 años se fueran a la mierda tan fácil.

Esto no acaba aquí, o eso pensaba, así que el 14 de febrero le llevé un globo gigante y le dejé unos dulces en el comedor con un recado. Me dio las gracias por los regalos y después me dijo que me invitaba a cenar. Me sentí ilusionada otra vez, con muchísimas esperanzas de que recapacitara justo el día del Amor. Fuimos a un lugar donde solíamos ir seguido a cenar algo sencillo, y obviamente le pregunté de su vida nuevamente, que había pasado de nuevo, me contestaba de forma cortante, pero tranquilo, yo no quería ver lo que realmente era.

Al día siguiente, le pregunté, el por qué de la invitación, y me dio una respuesta que no esperaba, que acabó de darme en toda la madre. Su respuesta fue: porque se sentía comprometido conmigo ya que me había estado portando muy bien con él en esos días y le daba pena y se sentía culpable de que yo me esforzara cuando ya no me quería, en pocas palabras la invitación fue por "lástima", me acabó de destruir, así que le dije que nunca pensé que la persona que más quería me fuera a humillar de esa manera, y le solicité que a partir de ese momento no me hablara más que para lo necesario. Y así fue. Esa actitud infortunada que tuvo conmigo no se le desea a nadie. No se puede jugar con los sentimiento así nada más, lo peor es que si no le hubiera preguntado, nunca hubiera dicho nada, ahora era yo la que sabía que no podía seguir soportando ésta situación. Además de que me había confesado que lo de la separación ya lo tenía pensado desde Noviembre, y él me lo dijo la primera semana de Febrero de forma oficial, es algo que aún me cuesta trabajo entender y perdonar.

Y luego tuve una mala broma del destino un primo mío se casaba la misma fecha de aniversario de nosotros, el que hubiera sido el cuarto, tuve que ir, obligado, pero me sentía fatal, toda polvo. Y tenía que fingir esa emoción y felicidad por él, pero me la pasé en ratos. Ese mismo fin de semana la avisé a la familia mi separación definitiva. Trataron de animarme y trataron de decirme el lado positivo de las cosas. Claro que en ese momento no ves, ni escuchas nada.

ADIÓS, FUE UN GUSTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora