Capitulo 1-.

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Querido diario:

Hoy me he despertado a las cinco y media de la mañana. Mis parpados no querían abrirse y estoy segura de que mi pelo estaba hecho un desastre. Me senté al borde de mi cama, me tambaleaba de un lado a otro. Debo de despertar. Era lo único que me repetía. Intentaba ponerme de pie pero el sueño tomaba parte de mi mente. Quiero seguir durmiendo. Mi cama se ve tan cómoda. No. No. Tengo que llegar temprano a la preparatoria. Esta pelea conmigo misma siguió por creo que 10 minutos. Al final el diablillo en mi mente que me decía que regresara a la cama ganó. No supe cuánto tiempo me quede dormida pero sentí que fue el mejor sueño de toda mi vida. Hasta que una mano se posó en mi hombro y me movía de un lado a otro. Esto me hizo estremecerme y me levante de un salto. Mi madre con cara también adormilada me decía que se me hacía tarde para ir a la escuela. Vi la hora y ya eran las seis y media. ¿Apoco me había quedado dormida una hora? Al final no supe cómo me las arregle pero me bañe, me cambie, me peine y salí corriendo de mi casa a las seis cincuenta.  Después de eso tome el autobús y por poco lo pierdo.  Al llegar a la escuela mis mejores amigos me esperaban en mi casillero. -¿Qué rayos te paso?- me dijo Raven. –Te ves horrible- me dijo Dylan. –Muchísimas gracias, para esos son los amigos- fue lo único que pude contestarles. Raven y Dylan han sido mis amigos desde que teníamos once años. Creo que nunca me podría enfadar con ellos, es algo inevitable. Este tipo de discusiones siempre terminan siendo una broma y terminamos yendo al cine juntos. A los pocos cinco segundos la campana de la escuela sonó dándonos la señal que debíamos de entrar a clases. Entre a clase de matemáticas avanzadas. Una de las clases más aburridas. Trataba una y otra vez de entender la explicación que daba el maestro. Un señor chaparro, medio corpulento, viejo y con unos lentes en forma de círculos que se posaban sobre sus ojos. El viejito era tan irritante y sabía que solo yo y tal vez dos o tres personas más le poníamos atención. Ya que pequeños cuchicheos de muchachas describiendo como iba a ser su vestido para el baile llegaban a mis oídos. Al parecer todos estaban emocionados por eso. Yo no le encontraba sentido a su entusiasmo. Lo único que sabía era que no quería invitar a nadie porque iba a ir con Dylan y Raven. Por cierto el baile es el clásico Sadie Hawkings en donde las chicas invitan. Así que toda la responsabilidad caía en los hombros de las mujeres.  La horrible clase de mate termino, luego tuve física(que odio), luego tuve geografía( que odio), luego clase de educación física (que odio),luego una materia que tiene algo que ver con nuestro autoestima o es un tipo de orientación, pero la verdad es que el hombre habla y habla y habla y es seguro que nadie le hace caso. Luego tuve química, que de hecho es de las que menos odio. Pero es claro que mi interés por esta materia solo empezó después de hacerme adicta a Breaking Bad. Con mis amigos bromeamos  que si le ponemos atención a esa clase, podremos ser unos grandes cocineros de metanfetaminas, así como Walter White. La idea no suena tan mal, con tal de hacerme rica, me convertiría en la sucesora de Heisenberg. Después de horas de aburrimiento llego mi clase favorita: literatura. Aparte de que el maestro de literatura Mr. Robinson es alto, guapo, con unos ojos color miel, es muy buena onda y es el sueño de cualquier chica, eso no tiene nada que ver con mi gran interés en la literatura. Desde que tenía unos ocho años y leí mi primer libro (El mago de Oz), soñaba con ser una escritora. Sigo con esa meta de que algún día veré mi libro a través de los aparadores de una biblioteca. Espero que tenga una pequeña etiqueta que afirme que es un    ‘‘Best Seller’’.Las personas se acercaran a las tiendas y preguntaran si todavía lo tienen. O las personas lo verán por curiosidad en los estantes de cualquier biblioteca, lo tomaran entre sus manos, analizaran la portada, le darán la vuelta, leerán la sinopsis y sé que lo compraran. Puede que estoy alucinando demasiado y me moriré de hambre por seguir mis sueños. Esto es lo que siempre me dice mi padre y después me dice que debería de ponerle atención a ciencias o a biología, para que después me convierta en una gran doctora. Ja. Es lo que digo en mi interior con un toque de sarcasmo cada vez que escucho estas palabras. Creo que solo estoy deambulando por mis pensamientos y me estoy alejando del punto central de este escrito. Tengo en mucho que pensar y no logro poner mis ideas en orden. La escuela termino a las dos de la tarde, como siempre. Salí de ella con los brazos entrelazados  con mis amigos. Durante todo el camino hablamos de tonterías y digamos que eran chistes locales o chistes entre nosotros que la mayoría de los que asisten en mi escuela se nos quedan viendo muy feo. Pero es que la verdad a nosotros ya no nos importa lo que los demás piensen de nosotros. Caminamos hasta llegar a la casa de Dylan. Uno menos y quedan dos. A veces es conveniente que solo nos quedemos las dos chicas, así podremos hablar de ‘’cosas de mujeres’’. Creo que así le llaman cuando las mujeres se quejan de cuando sangran por sus malditas vaginas por una semana cada maldito mes por la mayor parte de su vida. No entiendo la necesidad de las mujeres de tener hijos. Si apenas puedo con los malditos cólicos y  a veces siento que me estoy muriendo. Siento que alguien agarra mis trompas de Falopio y las estruja con todas sus fuerzas. Aunque a Dylan no le importa que hablemos de esas cosas y a nosotras no nos importa hablarlas enfrente de él. De hecho a él le fascina escuchar estas cosas porque eso le recuerda lo afortunado que es de ser un hombre. En fin, llegamos a mi casa, me despedí de Raven, ya que ella vive a unas cuadras más adelante, y entré a mi casa. Todo el resto del día fue igual que los demás. Comí, le ayude a mi mamá a hacer todo el aseo, bueno no le ayude a hacer todo, bueno tal vez ayude un poco, bueno tal vez nada más lave los platos y me encerré en mi cuarto. La monotonía la encuentro demasiado aburrida.. Entonces fue cuando se me ocurrió hacer lo que me había sugerido mi psicólogo. Escribir un diario. No tengo la menor idea de cómo escribir uno pero bueno hare el intento. ¿En verdad esto es un diario?

Dear Friend|Dane Dehaan fanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora