Dear Friend|Dane Dehaan fanfiction

Capitulo 2-.

Querido diario:

Volví a leer lo que escribí hace cuatro días y me siento como una completa tonta. Nadie me quiere explicar cómo se hace un diario. ¿Para qué escribir algo que solo tú lo puedes leer? No encuentro el sentido de esto. Tal vez sea eso. El sentido de esto es que no tiene sentido. Escribir todo esto siempre me hace recordar al famoso Diario de Anna Frank. ¿Y si mi diario es leído por alguien más o por toda una nueva generación?  Si es así, debo de disculparme de antemano por lo tonto o vergonzoso que a veces puede llegar a ser mi vida. Y si es que llego a escribir tonterías de adolescente, me vuelvo a disculpar. Sé que cuando crezca y vea esto, me sentiré como una completa tonta. Bueno pasando a otro tema, estos días si pude despertarme a tiempo y no tuve que correr para alcanzar el camión. Todo lo que ha pasado en estos días, hablando sobre la escuela, ha sido lo mismo. Los clásicos idiotas que tuve que encarar pero también los buenos momentos que tuve con mis amigos. Todo fue realmente igual. A excepción de que acabo de llegar del baile de Sadie Hawkings. Raven tuvo la brillante idea de ir con vestido. Yo nunca he sido tan femenina que digamos en comparación de ella o cualquier otra chica de la escuela y un vestido fue tan incómodo de portar. No sé si mi madre se puso de acuerdo con Raven pero hoy al llegar a casa, encontré un vestido yaciendo en mi cama. La verdad era hermoso pero siento que no en mí. Era de color café con unos pequeños toques de blanco con rosa, era un estilo como de los clásicos 60s. Mi mamá sabe perfectamente que la única posible moda que me puede parecer interesante es la de mujeres de los años sesentas.   Unos zapatos color crema o la verdad no sé qué color era eso estaban también en mi cuarto esperándome. Mi peor pesadilla… ¡tacones! Después de horas y horas de persuasión por parte de mi madre (solo le digo madre cuando estoy enojada con ella, aparte que le dan un toque dramático y me siento parte de una telenovela)  me convenció de llevar el vestido al baile. Cuando mi madre quiere algo hace lo imposible para conseguirlo. Pero nada en el mundo o tal vez universo me convenció de usar esos zapatos. Decidí llevar puesto mis amados converse. Entre más sucios y rotos mejor. Llegamos al baile y me dieron la gran sorpresa que Dylan tuvo la brillante idea de ir con su novia. Pensé que estaba bien por él ya que su novia le había dicho que no iba a poder ir y eso hizo que se deprimiera mucho. Por cierto su novia estudia en otra escuela. Después de eso tuve la esperanza de pasarla con mi mejor amiga. Pero a la maldita la invitaron a última hora y no me había dicho nada. Así que estuve sentada viendo como todos los cuerpos sudorosos se restregaban unos con otros. A los pocos que conozco bailaban con sus parejas. Aburrimiento. Esa era la palabra perfecta que describía cómo me sentía. Canción tras canción fortalecían mis deseos de largarme de ese lugar. Alcanzaba a ver cómo Raven bailaba o intentaba bailar, cuando capte unos ojos azules que me miraban desde el otro lado del salón. Estaba decidida a no hacerle caso, así que desvié mi mirada hacia otro lugar. Quería volver a ver lo ridícula que se veía Raven al bailar y al regresa mi vista note que los mismos ojos azules me seguían observando. ¿Quién es él?  Nunca lo había visto antes en la escuela. Quise fijarme en él a ver si se daba cuenta que yo sabía que me observaba. El dueño de esos ojos tenía una piel blanca, muy blanca, una nariz un poco respingada y su cabello lacio color café caía por su frente. La verdad era que no me importaba que me observara. Cuando el extraño por fin capto que yo le devolvía la mirada comenzó a reírse. Pequeños riscos se marcaron alrededor de su boca, me dio risa y a la vez me hizo sentir un poco más incómoda de lo que ya estaba. Sabía que tenía que actuar con calma, siempre lo hago o intento, así que le devolví el gesto. Parece que el esperaba que lo hiciera porque después de nuestro intercambio de miradas y sonrisas, se puso de pie y se largó con su vaso en la mano. Fue algo raro. No es que me haya gustado ese extraño o algo así, solo es que mi única posibilidad de diversión y distracción se había largado. ¿Los hombres serán tan insensibles que no les importa para nada jugar con los sentimientos de las mujeres? No sentí que fuera algo personal, es solo que hay muchos idiotas en el mundo que viven de su apariencia y lo único bueno que saben hacer es ser unos completos estúpidos con las mujeres. Mi cabeza da muchas vueltas y mientras más pienso más llena de confusión estoy. Creo que esto es lo más interesante que me ha pasado en estos días. Esto me hace pensar en lo patética que mi vida puede llegar a ser. Pero aun así prefiero tener esta vida a ser una persona que los demás llegan a llamar ‘’popular’’ aunque estén vacíos por dentro. Vivir una vida material es algo que me causa repudio. Sigo divagando con mis pensamientos. Debo de dejar de hacer eso.  Es mejor que deje de escribir.