Capítulo 1

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- ¿Que tengo que hacer para que te acuestes conmigo? -cuestionó la omega, girando sobre el taburete del bar para enfrentarse a su amigo- Dime Yoongi, ¿Que es lo que quieres?

- Nada, Suran. -respondió empinando su copa de vino tinto- Entiendo que quieras ayudarme pero ésta no es la forma. Eres mi amiga y te aprecio, por eso no podría usarte de esa manera. Entiende... Un polvo no es la solución.

- Pero beber te hará superar todo mágicamente. ¿Cierto? -soltó sarcástica.

- Soy un buen bebedor, y esto me ayuda a distraer mi mente. -respondió con seriedad- Por su puesto, sería más fácil si no estuvieras tú hablándome de sexo y superación.

- Aff -se quejó la chica- Yo solo intento ayudar.

- Lo sé, y te lo agradezco, -tomó su mano- pero con que estés aquí conmigo me es suficiente... -explicó y se puso de pié, dejando el dinero sobre la barra, para retirarse.

- Yoongi... -le llamó antes de que se fuera, y el alfa la miró a los ojos- Sabes que siempre estaré aquí...

Su amigo sonrió agradecido y le hizo un gesto para largarse de allí.

Min Yoongi, a sus 27 años de edad, sentía que ya había vivido todas las experiencias posibles como para considerarse un anciano.

De joven fue un chico rebelde, vivía de fiesta, consumía drogas y incluso llegó a venderla, pero también, se había enamorado, había estudiado, se había graduado, tenía un trabajo estable, y vivía feliz con su pareja.

Pero el cruel destino tenía desafortunados planes para la omega que le había guiado por el buen camino, y ella se había ido de este mundo justo un mes antes de su boda.

Yoongi era conciente de que eso sucedería desde el momento exacto en que la conoció, cuando ella bajaba del taxi y casi inconsciente intentaba llegar al hospital. Yoongi se topó con ella por accidente y no tubo más opción que atraparla antes que se diera de bruces con la acera.

Le había ayudado y acompañado hasta que despertase. En un comienzo, la chica se había asustado al ver al joven de cabello tintado y revuelto, pantalones de rotos y chaleco de jean con parches. La típica imagen de tipo rudo que hace lo que quiere.

Sin embargo, él había quedado embobado con aquella dulce y frágil chica, pues a pesar de su estado, resultó ser alguien alegre y que indudablemente le hacía querer permanecer en su compañía.

Poco después, ella fue dada de alta, pero contra todo pronóstico, le sugirió a Yoongi que no le buscara más, que ella solo era una bomba de tiempo. Pero él no estaba dispuesto a dejarla ir, y a pesar de su dolorosa despedida...

La buscó.

La encontró.

Se declaró.

Pero ella tenía miedo, prefería dañarse a sí misma evitando aquel cálido sentimiento, que dañarle a él.
Intentó alejarlo con desespero, gritándole que tenía lupus, que no se podía curar y que no estaría allí mucho tiempo.

Él la abrazó, y ella lloró, más después de eso fueron inseparables.

Yoongi había estudiado a fondo la enfermedad de su pareja y había aprendido a socorrerla cuando los brotes de la enfermedad aparecían. Pero la cruel realidad era que a pesar de todo, ella empeoraba. Y era algo completamente inevitable.

La culpa que ella sentía por tenerle atado a sí era tanta, que le llevó a explicarle que se sentía como una carga, y que no quería que él la viera morir lentamente.

Tu nueva vida (Omegaverse) [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora