Siempre fuiste tú.

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Chloe.
Estaba decidida a dejarla ir, sabía que esa chica merecía ser feliz y por primera vez sentí como no venía a rogarme que me quedara con ella.
Tenía que aceptarlo, ella ya había dejado de amarme.

—Espero que sepas que no hay nadie más que me atrape como lo haces tú.—hablé luego de un gran silencio permaneciendo abrazadas.

—Chloe.—puse mi dedo índice en sus labios para que guardara silencio.

—Sea lo que sea que venga, sabré que estamos en este viaje de por vida y que si el destino nos quiere juntas lo estaremos en su tiempo.—hablé dándole una sonrisa amarga. —Sí, teníamos algo más profundo de lo que ellos entenderían. —bajé mi mirada dando un largo suspiro, ¿de qué estaba hablando? Ni siquiera yo sabía qué sentido tenían esas palabras. —Tú y yo, mi Sof, perdón, Sofía, es una locura cómo me apoyaste. —puso su mano mi mentón haciéndome voltear a verla. —Es como si en mi cabeza terminaras mis oraciones, eres la única que sabe exactamente quién soy. —ella sonrió esta vez. —Así que llámame, en cualquier momento porque estaré lista cualquier día, cualquier noche. —estaba despidiendome de ella, pero no lo haría para siempre, no estaba dispuesta a perderla.—No importa lo que el futuro tenga a la vuelta de la esquina, sabes que estoy aquí para ayudarte hasta el final —me abrazó dándome un beso, este lleno de amor y tristeza.

—No importa a dónde nos lleve la vida, nada podrá rompernos, cualquier cosa que estés pasando siempre estaré ahí para ti. —habló la pelinegra acariciando mi mejilla. —Pero llegó la hora de salir de mi zona gris. —Dejó un último beso en mis labios y salió del departamento dejándome ahí, sola, sintiendo que mi mundo se desmoronaba poco a poco.

—¡Maldita Lauren! —grité dejando salir mis lágrimas.
Esa chica se había llevado a mi chica. Ella había estado dispuesta a darle todo lo que Sofía merecía, una relación. Me sentía mal al saber que Sofía ya no tenía interés en mí, habia salido del departamento como sino le importase nada. Genial, me quedé sola.

Sofía.

Subí a mi auto después de haber cerrado ciclo con Chloe, me quedé ahí, sin hacer ningún movimiento, quería volver al departamento y abrazar a Chloe fuertemente, pero ya era un decisión tomada, yo estaba con Lauren y por lo tanto tenía que serle fiel.
Conduje hasta mi casa después de haberle enviado un mensaje a mi novia sobre la cena de hoy. Ella aceptó gustosa. Yo también estaba feliz, tenía que aceptarlo, Jauregui me gustaba.
Antes de ir a mi casa Lauren me había citado en el parque cerca de donde yo vivía, llegué sentándome en la primera banca que encontré.
Cuando la encontré me sorprendí y una enorme sonrisa apareció en mi rostro, ¿Lauren Jauregui regalando chocolates?

—Espero te gusten. —habló entregandome la caja.

—No te hubieras molestado, cariño. —sonreí mientras tomaba los chocolates e invitaba a mi ahora novia a sentarse junto a mí.

—No es ninguna molestia, ángel. —sonrió y besó mi mejilla. —Sabes, todos los días era otro día pasado, un golpe de suerte, cometí grandes errores, todos los días tenia otra oportunidad de probar para hacerlo bien, no sabía a quién recurrir, me quemé muchas veces, con tanto que aprender y de repente estabas parada ahí, fue como un soplo de aire, estabas en todas partes, no podía pensar demasiado, ahora sé, siempre puedo apoyarme en ti, cuento contigo, si nunca me fui demasiado tiempo fue porque volvería por ti, todo lo que estaba pidiendo, buscando, en algún lugar, en el fondo siempre lo sabré...—tomó mi mano. —
Siempre has sido tú, cada vez que estoy aquí contigo, son esperanzas y sueños, los cielos son azules cada vez que estás aquí conmigo, sabía que esto está destinado a ser, como el destino, cada vez que llegamos al final, en este caso con Camila, acabo de recogerlo y quiero comenzar uno nuevo contigo.—sonrió y no esperó mi respuesta, acercó su rostro al mío y unió nuestros labios. De algo estaba segura, Lauren se estaba ganando mi cariño o amor.






Supongo que no podemos controlar, lo que no depende de nosotros.

Grey Area. |Dofia|#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora