Capítulo 4

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"Tengo algo muy importante que darte. Durante estos dos años la he guardado porqué así él me lo pidió, pero ya es tiempo de que la tengas"

Tengo su mensaje grabado en mi mente, no pude dormir en la noche, sólo pensaba una y otra vez en porqué ahora. Todo este tiempo solo he pensado en él, en porqué no buscó otra alternativa. Una parte de mi lo odia, por escapar, por no hablarme con la verdad.

Bajo a desayunar junto a Caro, donde nos espera Rafael. Al vernos se iluminan sus ojos, siento qué él quiere mucho más de mi. El desayuno fue traído por su empleada, estuvo delicioso. Luego recibí la llamada que estuve esperando toda la noche, al fin me vería con Carlos para poder saber la verdad, para que me dé eso tan importante.

Bajo las escaleras a toda velocidad pero tropiezo con él.

—Tranquila...—me sujeta antes de que caiga al suelo—¿A dónde vas?

¿Debería decirle? No creo que me deje ir sola si le digo que iré al parque para verme con un Narco.

—Saldré un momento a...—pienso en algo rápido—Comprar cosa de chicas.

Asiente y me acompaña hacia su chofer, me niego de inmediato pero me lo ordena y terminó aceptando. Después de todo debo tener un poco de protección, me están buscando. Al llegar al parque lo veo sentado mirando a los niños que juegan en los columpios, me siento a su lado y puedo escuchar un leve suspiro.

—Llegaste rápido—me mira con una sonrisa en su rostro—Hace mucho que no te veía.

—Desde la última vez...—susurro observando un sobre que sostiene en su mano—¿Qué es?—comento con un leve nudo en mi garganta.

—La última vez que lo vi, me entrego ésta carta, si no te la di antes es porque así él lo quiso—me la extiende—Sea lo que sea, tuvo buenas intenciones Verónica.

Se levanta y me deja sin palabras, sentada observando lo que aclarará mis dudas, o eso esperó.

◇•◇•◇

El chofer me prometió no decirle nada a Rafael, después de todo no había ocurrido nada grave. Me doy una ducha no antes de dejar la carta sobre la cama. Al salir me colocó un traje sencillo y me siento para abrir la carta.

Lucían Smith:
《Lamento todo esto hermosa, sé que era mi última oportunidad, pero cuando se trata de ti, haría todo lo posible por tenerte a salvó》

Respiro profundo sintiendo como el aire comienza a faltarme. Al leer puedo escuchar su voz en mi imaginación y eso duele aún más.

《Si pudiera hacerte la mujer más feliz del mundo lo haría. Te tengo en mi mente cada segundo, cada minuto, cada hora del día lo único que hago es pensarte. Lamentablemente se me fue de las manos, matar a tu padre sólo abrió una puerta de enemigos que será difícil cerrar. Quiero que sepas que le diré a Carlos que te dé ésta carta luego de dos años, por lo que leerás a continuación》

Siento el corazón latir más rápido de lo normal.

《Muera o no, tu tío John irá a buscarte. Quiere que continúes con el negocio de tu padre, y aparte de eso te hará casarte con Carlos. Te preguntarás, ¿Porqué él? Lose, también me lo pregunto. La cuestión es que quiero que sepas que ya han pasado dos años, espero. Y si estoy muerto quiero que continúes con tu vida, y la única manera que consigas tu propio futuro sería casarte con alguien más antes de que sea demasiado tarde》

No puedo creer todo esto, ¿acaso el destino planea que mi vida sea una mierda? Porqué han pasado tantas cosas y no terminan, cuando no es una cosa es otra.

《Siempre te amaré, esté donde esté. Ese día en el bar, me enamoraste con tus hermosos ojos y lo único que quería era tenerte para mi. Fue una estupidez dejarte ir pero necesitaba saber si en verdad te necesitaba tanto. Resulto que sí, eres y serás el verdadero amor que siempre quise》

No puedo contener mis lágrimas y terminó de leer la carta. Me abrazo a mi misma mientras mis ojos se cierran poco a poco y me quedo totalmente dormida.

~Carolina~

Si hay algo que detesto de mi, son las mentiras que le he dicho a mi mejor amiga. Me siento como una basura y no tan sólo decirle solamente que él ha muerto, sino que al no contarle la verdad, de que él está aquí hace par de meses. Lucían me ha prohibido decirle y estoy harta, ella está sufriendo.

Al leer la carta que no tengo ni idea de como llegó aquí, limpió varias lágrimas, lágrimas de culpa. La colocó sobre la mesa y me doy cuenta de un admirador parado en la puerta. Camino hacia Rafael y cerramos la puerta para bajar hacia el comedor.

—¿Ocurre algo?

¿Debería contarle? Se le ve mucho interés en mi amiga y eso es algo muy apreciado. Todo este tiempo he tratado de que se olvide de Lucían y no he logrado nada. Tal vez sea momento de que Rafael haga la diferencia, más ahora que su tío la busca.

—Verónica ha pasado por mucho, la buscan narcotraficantes por muchas razones que no hablaré ahora—suelto un suspiro—Pero si de verdad quieres a mi amiga, haz lo posible porqué se enamore de ti y olvide todo su pasado.

—Haré lo que sea, pero cuéntame todo.

Y lo hago, a pesar de todo no tengo idea del porqué, confíe en él. Le conté desde el principio, desde lo ocurrido con mi hermano Lucas. Sentí un gran alivio al soltar todo, con el único que hablaba de éstas cosas era con Nathan. Rafael escucha atentamente cada detalle hasta que me interrumpe.

—Está en grandes problemas—murmura mirando su celular—Ya me imaginó porque quieren que se case con otro narco...

—Claro...—me pongo a pensar en la razón más obvia que pueda existir. Quieren que los hombres de Carlos y los de ella sean uno solo, al ser las banda más grande, serían indestructibles.

—¡Exacto!—concuerda—Pero sería estúpido, aún así los problemas van a continuar.

—Sólo quedaría hacer lo mismo que él hizo, escaparse—comentó.

Ambos asentimos, si las cosas no funcionan, deberá tomar las medidas necesarias para desaparecer del radar. Por otro lado, deberá casarse con Carlos, y dudo que quiera hacerlo. ¿Acaso hay otra opción? No, lo dudo.

Verónica Carter 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora