Capítulo 10

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~Lucían~

—Gracias por hacer eso por mi—le respondo mientras cortó la llamada.

A decir verdad, no habría sido tan mala idea de que se casará con el. Me ha hecho varios favores y es super leal. Camino hacia mi despacho para poder llamar a Atenea, hace mucho tiempo que no he sabido de ella.

—Necesito que me hagas un favor.

—No cambias Lucían—suelta un suspiro—¿Qué carajos quieres ahora?

—Necesito que te filtres en una boda, y te robes a la novia.

◇•◇•◇

Me despierto al sentir como la luz ilumina mi rostro. Agarro el teléfono y ya es el día. El Padre de la iglesia es un amigo mio de hace mucho, es el encargado de casar a los mafiosos. A decir verdad iba a casarme pero no logré dar ese gran paso. Hable con él para saber información y me dijo que la boda de Verónica iba a ser en dos días. Pensé que no iba ser tan pronto, por lo que tome medidas necesarias y varios amigos mios van ayudarme.

Bajo las escaleras directo a la cocina y me encuentro a mi padre junto a Martha besándose sobre la mesa.

—Buenos días—comento.

Ambos se separan y Martha se avergüenza un poco lo que me hace reír. Estoy feliz por ambos, al menos ellos estan felices.

—Le prepararé su desayuno ahora, joven Smith.

Niego de inmediato.

—Comeré algo en el camino, lindo día a los dos.

Salgo de inmediato con una sonrisa en mi rostro. Sí todo sale tal cual debe ser, tendré a Verónica en mis brazos, espero que no me odie por el resto de mi vida.

—Todo lo que hago...—cierro mis ojos mientras apreto el volante—Es por ti.


~Verónica~

—¡Te vez hermosa!

Me miro al espejo y tiene razón. A pesar de ser algo sencillo debido a que no quise nada exagerado, mi cabello luce algo despeinado pero con una bella trenza llena de flores blancas. Mi cabello ya no esta rojizo, sino un rubio blanco. Muchos cambios surgirán de ahora en adelante.

—Quiero un vestido negro, no blanco Carolina.

—¿Vestido negro?—alza su ceja—Pero si te vez hermosa.

—No todas queremos un vestido blanco...—una lágrima se desliza por mi mejilla—Quiero un hermoso vestido color negro para mi boda.

—Así será entonces.

◇•◇•◇

Bajo las escaleras de la mansión luciendo el hermoso vestido para los presentes. El fotógrafo no para de tomar fotos y ya me está desesperando. Al llegar al fondo levantó la mirada hacia mi madre, no pensé que estaría aquí. Al acercarme a ella me abraza y me susurra al oído.

—Aún es tiempo para tomar otra decisión hija—susurra.

Me separó y la miro atentamente mientras camino hacía los demás. No tengo idea de a que se refiere pero no le presto mucha atención. Camino hacia donde se encuentra mi amiga y junto a Martha caminamos hacia la entrada para irme en la hermosa limusina que me llevará al lugar. Según me contó Carolina todos los invitados están allá, incluyendo Rafael. Mi madre junto a los guardias que quedaban en la mansión se fueron en una camioneta.

Verónica Carter 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora