~LUCÍAN~
Enciendo un cigarro mientras observo la foto que le tome hace dos años atrás cuando hicimos el amor. Toso un poco mientras dejo el cigarro a un lado y agarro la botella de Vodka. Siento como la culpa y la tristeza llega en lo más profundo de mi. Soy un cobarde, soy un idiota. Han pasado dos años de pura agonía y soledad. Sólo pienso en sus besos, su mirada y todo de ella. Maldigo mil veces la mierda de vida que tengo, quería darle todo y no he podido darle nada. Sólo dolor y sufrimiento.
Me doy un baño con agua fría para poder despertar, he estado toda la noche bebiendo y sin poder dormir. No me he contactado con mi padre, ya que puede ser riesgoso, podrían escuchar nuestra conversación. Investigue la empresa donde Verónica está trabajando y me sorprende que Rafael Spellman esté todavía trabajando con los desastres que anteriormente había dejado ahí. Mi padre debió haberlo despedido, pero no lo hizo al parecer.
Todo el mundo se enteró de que no hacia trabajo absoluto ahí, además de estar follándose a su secretaria, que por cierto la mataron días después. Estoy con un gran lío en la cabeza ya que Verónica está trabajando para él y no estoy de acuerdo con eso, ni mucho menos saber que es su secretaria. No quiero imaginarme las sucias ideas que se me han pasado por la cabeza al imbécil ese.
Por otro lado tiene muchos problemas con unas mafias por culpa de su hermana Valeria, era drogadicta y dejo una gran suma de dinero que el ha tenido que pagar poco a poco. Lo lamentable es que ella murió por una sobredosis, era una mujer hermosa.
—Debes ya detenerte Lucían—habla Nathan entrando a la habitación—No sólo te haces daño a ti, es momento de que enfrentes todo. Es momento de que la veas y yo pueda ir al lado de la mujer que amo.
Tiene razón. ¡Pero mierda! ¡¿Cómo voy hacer eso?! Al verla no se como reaccionare. Pero ya es momento, así me duela como los mil demonios, debo hacerlo. Antes de morir, antes de que esos desgraciados me encuentren.
~Verónica~
Camino por el gran ventanal que me da vista del hermoso río. Ayer no pude dormir, espero que Dante me deje ir porqué realmente necesito tomar esa decisión ahora. Por un lado, al casarme las mafias no podrán tomar algunas decisiones solas, lo que me hace poderosa. Mi "tío" supuestamente quiere que me case con Carlos, algo que no haré. No confío tanto en Carlos para dejarlo tener mucho poder contra todos. Por otra parte, volver a la mansión de mi padre no me hace mucha gracia, yo no quería todo esto. Ahora las cosas dependen de mi.
—Mis hombres te llevarán a mi mansión.
—Llévame a la mansión de Rafael Spellman—comento—Si no es con Carlos, será con él.
Rie irónico mientras niega con la cabeza.
—Vas a donde yo te diga Verónica Carter—bufa mientras camina hacia la entrada y lo sigo molesta.
Al entrar al auto lo veo agarrar el teléfono del chofer mientras hace una llamada. Río al darme cuenta que lo deje sin teléfono, pero sé que puede comprarse millones más. En el camino observo los animales del bosque, los pájaros vuelan con libertad. Si existiera otra vida en donde pudiera ser un animal, elegiría ser una hermosa ave, tener libertad, volar y ver todo desde arriba.
La vida ha sido tan injusta conmigo, primero fue saber la verdad sobre Lucas, que estaba con su ex y conmigo. Luego fui secuestrada y presencié el primer asesinato frente a mi en un maldito Strip-Club. Fui vendida a uno de los narcotraficantes más poderosos que resultó ser Lucían Smith quién su padre quería que me casará con su hijo, así que me negué y volví a parar en el bar para bailar frente a un monton de pedófilos. Luego seduci a un chico que resulto ser su hermano, Marcelus, quién también necesitaba una esposa. Siempre diré que encontrarme a Lucían allí fue un maldito milagro. A pesar de todo lo que paso, de todo lo que pasamos, aunque parará en los brazos de Marcel, Lucían fue a rescatarme. Incluso mató a su hermano por mi.
Pero todo eso no funcionó como debió ser. Mi padre que nunca fue un padre para mi, quiso matarlo y eso culminó con él muerto. Fue lo peor que pudo pasar, ya que ambos estamos en peligro. Pero por segunda vez consecutiva ha finjido su muerte para protegerme. Se que él esta en algún lado, pero no estaré toda la vida esperando por alguien que no se digna aparecer.
◇•◇•◇
Me agarro fuerte antes de que me dé un golpe debido al chofer detener el vehículo de repente. Miro la razón y sonrío de inmediato mientras observo a Dante quien está serio mirando a Rafael en medio de la calle y cuatro camionetas más rodeandole.
—Si no me llevas, el vendrá a buscarme—sonrió como una niña pequeña.
Nos bajamos del auto y corro hasta él quién me abraza y suelta un quejido. Se me había olvidado que estaba lesionado.
—¿Estás bien?—de inmediato pregunta.
—Mejor...—le sonrió mientras observo a Dante frente a nosotros—No me llevarás a ningún lugar, me iré con él.
Obviamente no quería dejarme, disque tenía cosas pendientes por hacer, conmigo. Al parecer quería llevarme a su mansión, cosa que no me agrada ya que vagan viejos recuerdos en mi mente. Al irme con Rafael busque en mi mente las palabras para al fin decirle lo que planeaba, decirle que se casará conmigo. ¡Joder! Pensará que estoy loca.
Al llegar a su mansión veo a Carolina esperándome y no dudo abrazarla fuertemente. Saber que está embarazada sólo hace que quiera protegerla ante todo. Y más ahora que Nathan la abandonó, igual como Lucían hizo conmigo. Pero sé que fue por una razón justa, pero no tan justa.
—Estaba preocupada, pensé lo peor...—comenta—Debes entrar, no es seguro aquí afuera.
Asiento y Rafael me observa fijamente. Debo hacerlo, es ahora o nunca.
—Tenemos que hablar Rafael—me dirijo a él.
—Yo también, pero hablemos luego de la cena.
Perfecto, ahora todo se sabrá a pocos minutos. Es tiempo de soltar estas palabras, de saber su respuesta.
En el próximo capítulo... ¡¿Se encontrarán?! ¿Rafael le dirá que si? ¿Cómo creen que reaccionará?
¡Los amo!❤
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Verónica Carter 2
RomanceLuego de una historia donde ambos luchaban por su amor, terribles sucesos ocurrieron. El amor siempre ha prevalecido, pero que ocurrirá cuando se vuelvan a encontrar y ambos tengan nuevas vidas, caminos diferentes. ¿Seguirá existiendo el amor entre...