Once

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SÉ QUE DIJE QUE IBA A SUBIR AYER, PERO NO PUDe porque no me andaba bien el internet y me había sacado las ganas de siquiera seguir corrigiendo.

En fin... se viene el drama. No me maten. No me hago responsable de nada. ah. Y cap dedicado a mi chiquitina que la adoro :3

Disfruten y lean!!

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No sé cómo reaccionar ante la voz que ocupa el espacio en el que me encuentro. Sé que es él, pero me sorprende que haya aparecido más rápido de lo que creo. Me levanto del suelo con rapidez y, de repente, me siento mareada. No sé si es su presencia o porque me he movido demasiado rápido. Respiro hondo y me dirijo a la entrada. Allí está, con la chaqueta en su mano y la tira al sofá para luego sentarse allí.

—Aquí estoy—digo hacia él con la voz tenue. Se da la vuelta hacia a mí y me observa sin expresión alguna. ¿Qué es lo que le pasa?

—Sí, lo sé—responde, prendiendo el televisor. Cambia algunos canales y deja una película.

—No vas a decir nada, ¿verdad?—adivino cruzándome de brazos. Doy unos pasos y me acomodo en el brazo del sillón sin quitar la mirada de él.

No lo entiendo. ¿Por qué mierda tiene que ser tan ciclotímico? En menos de lo que canta un gallo, pasa de ser una de las personas más dulces del mundo, hasta ser tan frío como un iceberg. Aún me pregunto qué es lo que había hecho mal. Las relaciones son de a dos, y si las cosas pasan, no son solo culpa de una persona, sino de ambos. Es un porcentaje parejo de cincuenta por ciento.

—No tengo nada qué decir—es lo único que puedo hacer que suelte. Suelto un suspiro pesado y me siento con las piernas cruzadas en el espacio que ha dejado.

—Sabes que igual tenemos que hablar, ¿verdad?—comento mientras juego con las mangas de la enorme camisa que tengo puesta. Él se gira a verme y aprovecho para comer el último bocado de ensalada. No sé qué lo ha causado, pero una pequeña sonrisa se ha marcado en su rostro— ¿Qué tengo ahora?

—Nada—responde negando con la cabeza, aún sin borrar la sonrisa de su rostro—. Creo que será mejor que me vaya a dormir—anuncia levantándose del sofá. Aún con el control remoto en la mano, apaga el aparato. Me observa con esa sonrisa aún grabada en el rostro y se acerca un poco a acariciarme el cabello. Antes de que pudiera expresar alguna palabra, deja un beso sobre mi sien.

Otra vez esa sensación ambigua y agridulce me confunde. ¿Debíamos caer otra vez en el distanciamiento? No quiero quedarme en la ignorancia, es obvio que hay una razón para el altercado que habíamos tenido. Me duele que no confíe en mí pero, aunque nunca me cuente qué es lo que esconde, lo que más me importa es saber cuándo está bien y cuándo no. De alguna forma, trataré de ayudarlo. Eso es lo único que espero.

Dejo sobre la mesa pequeña el cuenco en el que había devorado la ensalada. El silencio es tan agudo que oigo como Ashton apaga las luces de nuestra habitación. Me acomodo frente a la tele y suelto un suspiro profundo que me remueve uno de los mechones que se había caído sobre mis ojos. Prendo el aparato y, en un volumen bajo, pongo una película que he enganchado en un canal de cable. Comprimo las piernas a mi pecho colocándolas dentro de la enorme camisa que me cubre y miro con atención. Casi al final del filme, los ojos se me ponen pesados; apenas puedo mantenerlos abiertos. Me recuesto en el sillón aún mirando la tele, pero no duro mucho despierta.

El ruido de la puerta de entrada cerrándose me despierta de mi sueño. Agradezco que sea así, porque una muy linda pesadilla se había hecho presente; una tal que prefiero olvidarla. Me duele un poco la cabeza, así que me levanto con lentitud. En cuanto me siento, noto que una fina manta me cubre el cuerpo. Seguro Ashton me encontró aquí cuando se levantó; increíble que tenga tan lindo detalle cuando actuó tan frío ayer por la noche.

undress your heart ➤ {irwin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora