Nueve

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HOLA ACÁ ESTOY DE NUEVO. Bueno me calmo. ah. Antes de decir algo sobre el capítulo de hoy, quiero contarles que YA LLEGÓ A LOS 1000 LEÍDOS. NADA, SHORO TRES MIL SIGLOS PORQUE ESTOY MÁS QUE FELIZ. GRACIAS POR TODO, DE VERDAD <3

Bueno, yendo al capítulo... mmmmmmmmmmmmmmmmm hAY DRAMA. SÍ, YA EMPIEZA LO HEAVY. Sorry :c Es que... es que... dRAMA ah

Lean y disfruten!!

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Acaricio el hombro desnudo de Ashton con la vista concentrada sobre las yemas de mis dedos. Siempre la misma secuencia. Traslado mis caricias a sus marcadas clavículas, donde noto una marca casi difuminada que le había dejado hace una semana. No sé por qué, pero me gusta este silencio. Nos conocemos demasiado, pero hay algo en él que hace que me sienta como la primera vez. Es como si todos los días un botón imaginario de reinicio se activara en mi cerebro y esos primeros sentimientos que tuve hacia él cuando lo conocí volvieran, y todo es como cuando me enamoré de él. Me acomodo junto a él y, cuando levanto la vista, unos mechones de mi largo cabello caen sobre mi rostro. Ash suelta una risita y los remueve con suavidad, colocándolos detrás de la oreja. Sus ojos hoy lucen un tono grisáceo y, en contraste con su perfecta sonrisa, siento que me falta el aire. Ese es el que llamo el efecto Ashton Irwin. Estoy segura que toda la población femenina que se ha topado con él habrá sentido exactamente lo que yo, pero saber que él solo tiene ojos para mí es la sensación más satisfactoria del mundo.

—¿Lara, ocurre algo?—oigo la voz de Ash en lejanía. Me quita de mi mundo y me doy cuenta que lo he estado observando tal cual acosadora.

—Solo… solo…—apenas puedo explicarme entre los titubeos, así que me limito a sonrojarme y reír con nerviosismo.

—Qué linda eres—sonríe de forma amplia y planta un beso en la punta de mi nariz. Le golpeo el hombro con levedad mientras me río y me escondo en el hueco de su cuello hasta que dejo de sentir ese molesto picor en los pómulos. A escasa distancia de su piel dorada, vuelvo a hacer las mismas caricias que en su hombro sobre la línea de su mandíbula. Beso la delicada piel y paso una mano sobre su abdomen.

—Te amo—murmuro con ojos somnolientos.

—Yo también te amo, princesa—responde mientras sus pulgares me acarician la espalda.

—¿Qué hora es?—cuestiono casi en una queja, retorciéndome un poco para dormir un rato más.

—Son las… oh, quince para las diez—lo oigo decir. Aguarden… ¿faltan quince minutos para las diez? ¿Y YO AQUÍ? Joder, lo había olvidado por completo.

—Oh no—me lamento mientras me desprendo de los brazos de mi novio para levantarme de la cama—. No voy a llegar—susurro para mí misma, creyendo que solo yo me he escuchado. Me pongo la ropa interior y lucho para ponerme unos jeans rasgados.

—¿A dónde vas?—pregunta Ash sin moverse de la cama. Me pongo una blusa anaranjada y me doy vuelta a mirarlo. Pienso una mentira, pero el inconsciente me falla y digo otra cosa.

—Voy a… verme con Shane—titubeo mientras me ato el cabello en una coleta.

—¿QUÉ?—exclama furioso. Oigo un ruido mientras me acomodo el bolso y me doy vuelta hacia Ash, pero me encuentro con él frente a mí. La sábana celeste lo cubre de la cintura para abajo— ¿Que no te había tratado mal? ¿Y ahora vas a verlo? No te entiendo.

—Quiero arreglar las cosas—explico tratando de mantener la calma—. Por más que haya sido un cretino, es mi mejor amigo de toda la vida. No me gustaría perderlo por una discusión tonta y sin sentido.

undress your heart ➤ {irwin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora