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Veintidós

cuando aparezca el pendejo del gif en multimedia en el capítulo ponganle play a la canción j3j3 ahr

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Ha pasado una semana de que mudé a lo de Hayden y Spencer. Las cosas allí son muy tranquilas; ambos me tratan como a una hija, cosa que me es un poco graciosa. Ayer me han dado la mejor noticia de todas: voy a aplicar para una beca en Medicina. Para ello, debo ir a hacer voluntariado al exterior y, además, podremos trabajar en un hospital de niños también. Mis dos peculiares amigos se pusieron a festejar como si de verdad fueran mis padres. Es tan loco como hemos afianzado nuestra amistad. Nunca me arrepentiré de haber acudido a ellos en estos tiempos difíciles.

Hoy no estoy en el refugio porque he ido con mi ahora mejor amiga a buscar apartamento en el cual quedarme cuando volviera del voluntariado. No quiero quedarme “en la calle” cuando vuelva. Después de pasar una mañana ajetreada, pero divertida, la acompaño al ensayo que tiene con la banda. Esta vez será en casa de Michael y Calum. Ambos nos esperan en la puerta y vemos como se abalanzan a abrazarnos. Respondemos el afecto con gusto, y ambos nos dirigen dentro de la casa, hasta el sótano donde está la batería de Rosie. Ella está allí, practicando, pero se acerca a saludarnos al vernos allí.

—Miren eso, la pequeña Hood ha llegado puntual—bromea la pelirroja mientras agarra su guitarra blanca y dorada, con una extraña y poligonal forma. En serio no creo que ese sea el término correcto, pero bueno.

—¿Cómo estás, Lara?—pregunta Cal mientras se cuelga el bajo al hombro y afina las cuerdas.

—Bien, un poco cansada—respondo mientras me siento en el suelo, acomodando la falda que amenaza con levantarse.

—Nos enteramos de la beca, felicidades—exclama Mikey, sentado en el amplificador, mientras alborota su cabello ahora morado y azul.

—Gracias—sonrío observándolo con el seño fruncido— Aguarda… ¿No era que te “gustaba mucho” el rojo?—digo entre risas, haciendo la seña de las comillas, al notar el cambio de look de mi amigo.

—Hey, este ya lo había tenido antes—se defiende haciendo puchero. Antes de que pudieran empezar, oigo pasos en las escalinatas del sótano. Todos nos enfocamos en la puerta y nos encontramos con una no muy agradable sorpresa.

—Chicos, ¿dónde dejaron la comida…?—la voz de Luke se apaga al ver que ya estamos todos aquí. Me llevo la mano a la boca al ahogar un grito cuando veo el estado de mi amigo. Tiene el ojo morado, cortes en la ceja y el labio, donde solía estar su perforación; y tiene la mano enyesada.

—Luke, te dijimos que te quedaras en la habitación—grita Calum con desesperación—. Ahora vas a preocuparlas.

—¿Quién te hizo esto, Luke Robert Hemmings?—pregunta Hayden con dureza hacia su primo, mientras deja a un lado su guitarra y le sostiene las mejillas, inspeccionando su rostro demacrado— ¿El tío Rob te hizo esto?

¿Por qué el padre de Luke lastimaría a su propio hijo así? No puedo comprender nada de esto.

—Hayd… No… No quiero hablar de eso…

—Ah no—exclama exasperada—. Luke, me dices o juro que ya mismo voy con tía Liz y tío Rob a que me digan qué carajo te hicieron.

Nunca he visto a mi amiga tan enojada.  O tal vez solo es preocupación; Luke es su primo menor, y es obvio que ella va a cuidarlo. Me levanto de inmediato y voy con mi amigo. Pongo una mano sobre su pecho y le dedico una mirada tranquila a mi amiga.

—Hayd, sigan con el ensayo. Quiero hablar con Luke—hablo finalmente—. Creo que puedo ayudarle.

Después de una pequeña discusión, Dark Anarchy accede a seguir con el ensayo, tal y como estaba estipulado. Mientras, Luke y yo subimos de nuevo a la casa. Voy a la cocina para servirnos un humeante y aromático café negro. Tengo muchas preguntas qué hacerle, espero no abrumarlo. Sirvo la bebida en dos tazas de color naranja y me dirijo a la sala, donde mi amigo está esperando acomodado en el sillón. Le entrego una de las tazas y me siento junto a él para empezar la charla. La música que proviene desde abajo nos distrae un poco, pero trato de concentrarme.