Uno

449 19 10
                                    

HOLA HOLA HOLA. ESTOY MUY EMOCIONADA PORQUE ESTOY SUBIENDO EL PRIMER CAPÍTULO  Y Y Y Y Y Y Y ME ENCANTA PORQUE QUIERO QUE LEAN Y Y Y Y ESTÉN TAN EMOCIONADOS COMO YO. ah. Aviso que ya empieza lo hot. JEJE. Sí, porque desubicada siempre. Y bueno chicos... yo avisé. EN FIN. 

Lean y disfruten!!

.................................................................................................

—¡Vete al diablo, Irwin!—grito mientras arrojo una vasija hacia él, pero la esquiva y se hace añicos contra la pared.

—¿No ves que estás loca?—se acerca a mí y estrella la palma de su mano contra mi mejilla.

—¡No vuelvas a tocarme!—exclamo tomándolo de las manos. Empezamos a forcejear y no dejamos de gritar y bramar insultos hacia nosotros. Todo con él es así; un día estamos bien, y al otro nos estamos matando. Detrás de toda la violencia, hay amor. No soy ninguna pobrecita sometida que no puede salir de la relación; es nuestra retorcida forma de decir que nos amamos. El verdadero problema es la desconfianza. Además, yo no me quedaba atrás en las peleas, así que también es mi culpa que esto se haya vuelto costumbre.

Entre la pelea, veo como los grandes ojos pardos de mi novio me observan con pena. Me suelta y trata de abrazarme, pero lo golpeo en el pecho repetidas veces para apartarlo de mí. Me sostiene de los hombros y me estampa contra la pared. De repente, la mirada dulce se transforma en una llena de lujuria. Nuestras palmas están unidas contra el hormigón y me siento hipnotizada por su mirar incesante. Él es la serpiente, hambrienta y deseosa de devorar, y yo soy la presa que se deja caer sobre su desafortunado destino.

Con lentitud, empieza a cortar la distancia entre nosotros. Sus rojos y perforados labios se abren a milímetros de los míos. Ante el movimiento, hago lo mismo y, sin más, nos conectamos en un beso en el que descargamos la furia de la anterior pelea. Sus fuertes brazos hacen que rodee mis piernas a su cintura. Unos pasos y me suelta sobre la cama. Con desesperación, empieza a arrancarme la ropa. La camisa de gasa púrpura pierde algunos botones. Cuando me quita los shorts, me araña las piernas con fuerza. Me quita las botas y las arroja al suelo. Mis manos delinean su espalda y me deshago de su camiseta. Empiezo a desabotonar sus jeans, pero me golpea las manos y termina de hacer esa tarea. Sus labios atacan mi cuello e hinca los dientes casi como un vampiro. Lanzo un gemido con cada acción. Desparrama besos húmedos a lo largo de esa zona, y apuesto a que ha dejado marcas en cada rincón. Mis manos lo toman del rostro y hago lo mismo que él. Besos y mordidas recorren desde el cuello, su nuez de Adán hasta las clavículas. Lanza un gruñido lastimero, pero sé que lo disfruta. Ese bastardo.

Nos deshacemos de las últimas gotas de ropa en nuestros cuerpos y, sin aviso, Ashton embiste su miembro dentro de mí. Se mueve con rapidez y violencia. Duele un poco al principio, pero la fricción crea un placer incomparable que se equiparaba. Me aprieta el cuello con suavidad y sus movimientos son cada vez más fuertes. Su mano libre se sostiene de la cabecera de la cama.

—¡Grita! ¡Vamos, sé que te gusta!—exclama con la voz quebrada.

—¡Ashton!—grito al tope de mi garganta— ¡Joder, no pares!

—¡Di que eres mía y de nadie más!

—Soy tuya, Ash, soy tuya—repito— ¡Ah, voy a correrme!

Unas embestidas más hacen que llegue al límite. Una ola de placer me invade cuando Ashton se libera dentro de mí y el silencio se rompe con nuestros gritos. Respiramos de forma audible, y él colapsa a mi lado. Deja un beso en mis labios y me acaricia la mejilla.

—Perdón por golpearte—se disculpa entre risas mientras vuelve a besarme—, pero a veces eres una loca de mierda.

—En eso somos iguales, Ash—continúo soltando una risa—. Te amo.

undress your heart ➤ {irwin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora