- ¿Eh? – (Frann). Me mira extrañado. Parece que no entendió lo que quise decir. ¿O es que piensa que oyó mal?
- Lo quiero a él. Dijo que lo iban a desechar porque nadie lo quería, ¿no es cierto? Entonces, démelo a mí. (Meri)
- ¿Realmente quiere a este perro? ...Le seré sincero, está enfermo, desnutrido, deshidratado, a recibo muchas golpizas así que su cuerpo está lleno de heridas, quemaduras y cicatrices, no tiene fuerzas para realizar trabajos pesados ni aunque use un látigo, no tiene educación, y la verdad es que ni siquiera está entrenado para satisfacerla, aunque si lo quiere virgen y sin experiencia entonces es perfecto, pero aún así no se lo puedo recomendar. (Frann) – Explica mientras intenta contener una mirada de disgusto. Parece que ni los años de experiencia haciendo una sonrisa falsa para las ventas pueden detener sus verdaderos pensamientos. ¿Tanto odia a este pobre chico?
- No lo quiero como un esclavo sexual y él es exactamente lo que quiero. Se lo dije, ¿no recuerda? Que no tengo mucho dinero por lo que no me importaba si estaba enfermo, si no tenía educación; y que estaba bien con uno que nadie quisiera o que fueran a desechar. (Meri) Empiezo a enojarme. No puedo creer que piense de esta manera y ni si quiera le importe.
- Bueno. Si es lo que desea entonces le será dado. Sin embargo... (Frann)
- No se preocupe. No les haré responsable por nada que me suceda. (Meri) Le contesté sabiendo lo que pensaba.
- Entendido, entonces procedamos a inscribirlo como su esclavo. (Frann) – Responde de buen humor.
- Oye, levántate. Serás de su propiedad desde hoy así que tienes que irte con ella. (Frann)- Le dice al joven.
Poco a poco este intenta ponerse de pie, pero el peso de las cadenas que lo atan no se lo permiten, aun así, lo intenta de nuevo una y otra vez. El intentarlo le agota demasiado, no pasa mucho antes de que grandes gotas de sudor empiecen a recorrer su cuerpo. Frann se empieza a impacientar, una expresión de enojo llena su rostro.
- Quítele las cadenas, así no puede levantarse. (Meri) – Le exijo al comerciante.
- Cliente, esta bestia es peligrosa, antes de pasarle el contrato de propiedad no puedo hacer eso. (Frann) – Me responde aún más extrañado que antes, parece que le extrañó tanto mi petición que se olvidó de su enojo.
- Entonces haga el contrato aquí mismo. Si lo fuerza en las condiciones en las que está, ¿no es lo mismo que simplemente matarlo? ¿O es que acaso se retracta y no me lo dará? (Meri)- Empiezo a responderle enojada.
- Claro que no cliente, en cualquier caso, me hará un favor al llevárselo, no necesito dinero por él, si es su deseo entonces le haremos la marca aquí mismo. (Frann) – Parece que le emociona la idea de que me lo lleve y teme que cambie de opinión.
Frann se acerca al joven y activa su magia. Un aura negra y violeta rodea al joven y aparece una marca como un tatuaje en la parte de atrás del cuello del joven, un círculo de espinas con una espada.
- Deje caer una gota de su sangre en la marca, cliente. (Frann) – Dice mientras me ofrece una daga. ¿Por qué todo en este mundo necesita sangre para funcionar? Jaaaaaaaaaaaaaa.
Tomo la daga y hago un pequeño corte en la punta de mi dedo índice derecho, dejo que la gota de sangre toque la marca. Ding! Resuena la notificación en mi mente. Mientras la marca toma un color negro-rojizo hasta que deja de brillar.
- Compruebe en su estado que ahora posee a este esclavo. (Frann)
Hago lo que me dice y reviso mi estado.
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Seré feliz
FantasyUna chica normal, cansada de su estilo de vida, un día es enviada a otro mundo lleno de magia. Magia, monstruos, esperanzas, dolor. ¿Podrá en un nuevo entorno, llegar a ser feliz?