-¡Propongo un brindis!- el rey alzaba su copa de vino en el aire -Un brindis por la unidad del reino, la prosperidad de nuestras gentes y por mi hija, ¡La futura reina!
-¡Larga vida a Kara Dan-Vers!- corearon el resto de comensales alzando también sus copas.
Aquel no era el primer brindis de la noche, y esa tampoco era ni la primera ni la segunda copa de la mayoría de los presentes.
Lena observaba curiosa la escena de hombres borrachos bailando igual de desinhibidos que si estuvieran a solas y las mujeres a las que se les había subido el rubor y reían sin parar. Observó también a Kara, que apenas había dado un sorbo a su copa, y a ella misma, que había pedido que en vez de vino la sirvieran agua, se preguntó si la tolerancia de Kara al alcohol sería tan lamentable como la suya propia, siendo ese otro rasgo feérico que hubiera heredado de su padre.
Kara se dio cuenta de la mirada de la morena sobre ella y la sonrió.
-En que piensas.- la inquirió, a lo que Lena le devolvió la sonrisa.
-En que para ser una celebración no parecéis estar divirtiéndoos alteza.
Kara se acercó a ella para susurrarle al oído.
-Si supiera que nadie se daría cuenta, me hubiera ido hacía ya un buen rato... Pero me temo que las negociaciones con los marqueses no han acabado- dijo con un suspiro -Lo único positivo es que con un par de copas se vuelven considerablemente más fáciles de convencer.
-Desde luego son volubles pero si tu padre hace otro brindis temo que no sean capaces de sostenerse en pié.
-Tienes razón, debería ir a hablar con ellos mientras aún son capaces de articular palabras, cuanto antes acabe con esto antes podremos irnos.
Kara se separó de Lena y volvió a adoptar una postura erguida y autoritaria. Cogió aire y puso rumbo al área de la estancia donde el marqués se reía a más no poder de las acrobacias de un bufón.
Mientras Kara acababa sus labores diplomáticas Lena dio una vuelta por el inmenso salón deteniéndose al ver a Alex, la guardia de apenas una horas, escabullirse a escondidas por una de las puertas del servicio, Lena decidió seguirla y al llegar frente a la puerta se aseguró de que nadie la observaba antes de abrirla lentamente, y aunque no tenía claro que iba a encontrar allí de seguro no se esperaba encontrar a Alex besando a una joven de tez morena y pelo oscuro que por el uniforme dedujo era otra guardia de la corte.
Estas se separaron al oír la puerta y Lena no pudo evitar proferir una leve risa ante la situación.
-Os dejo a solas, lamento la interrupción- dijo con una sonrisa saliendo del cuarto y cerrando la puerta tras de sí.
Lena estaba sorprendida, no del todo segura de lo que acababa de suceder. Su comportamiento había sido sospechoso y de ahí que la hubiera seguido, pero eso... No pudo evitar reírse de nuevo, la guardia de hierro al parecer tenía emociones. Aunque no sabía hasta qué punto el resto de miembros de la guardia estaban al corriente de la relación o si las dejarían estar juntas de enterarse...las normas humanas eran confusas, pero decidió que esa no era su batalla para lucharla. No diría nada sobre lo que había visto.
Kara por fin había llegado a un acuerdo con el marqués lo que significaba que se mantendrían los lazos con su territorio, la pesaba el hecho de que mantendrían su sistema de "reinserción criminal", más parecido a la venta de esclavos que a una cárcel convencional, pero trató de recordarse que el pacto también simbolizaba paz.
Se había dado cuenta a pesar de los intentos de los de su entorno por ocultárselo, a pesar de que ella tenía al pueblo de su parte, la nobleza no parecía entusiasmada de su ascenso a la corona. La tensión entre las diferentes familias nobles acrecentaba y miraban expectantes, a la espera de que la reina flaqueara para lanzarse como buitres. Kara sabía que padre se había dado cuenta también del riesgo, había aumentado el número de guardias, había vuelto más rígidas las leyes, contraído pactos con familias menores para garantizar su lealtad en caso de guerra civil... no es que esperaran que llegara a esos extremos pero era mejor prevenir.
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Ella quien ha de reinar (Supercorp AU)
FantastikErase una vez... En un reino que aunque lejano similar al nuestro... Una joven, de rubios cabellos y ojos color del cielo, que adorada por su pueblo se dispone a heredar la corona... A su vez, otra, no tan humana como la anterior, de piel de porcel...