II - Rencor

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—Muy bien, este es Omega. Queda muy claro en la forma que todos parecen estarlo viendo solo a él. Ahora... examinar al grandulón...

Jin dio un prolongado suspiro. Le resultaba imposible de saber cómo mantener quieto a un dragón de un tamaño tan colosal sin contar que la especie de por sí es muy complicada de llevar. Muchas alas, muchas garras, mucha masa corporal y que como bien sabe no son ningunos estúpidos.

Una mínima brecha y se irán volando con suerte. En el peor de los casos lo matan en el camino.

Jungkook hizo un par de e sonidos extraños al tiempo que daba suaves botes. Asintió vagamente. Sabían cómo comunicarse entre sí sin que Jungkook tuviera que cambiar de forma. Obviamente nadie puede enterarse y es muy complicado eso de tener que estar en privado para entenderse.

—asumiré que es un Alpha... No tiene mucha pinta de ser beta ¿eh? —acarició la cabeza de Jungkook, Namjoon ni siquiera lo mira, observando fija y descarnadamente a Jin con la advertencia de no acercarse o atreverse a abrir la celda con otra intención que no fuese liberarlo—. A juzgar por cómo cuida al pequeño, es su Omega.

—No creo que sea el caso...—opina quién acompaña a Jin. Este lo miró con la ceja alzada.

— ¿po...?

Yoongi rugió de tal manera y con tal fuerza que Jin hubiera caído de culo al suelo de no ser porque Jungkook lo ayudó. El pobre se quedó temblando con las manos alzadas hasta llevarlas a su cara, totalmente espantado. Yoongi iba a continuar de no ser porque Namjoon se lo impidió.

—No vale la pena. —le murmura en voz baja.

— ¡Alpha, ya entendí, es un Alpha! —lloriquea con voz apresurada—. Va-vale... mañana vendrán algunos compradores. Deberías hablarles un poco de cómo es todo por aquí y... más tarde que vayan al corral. Yo me haré cargo de lo que van a necesitar. —Jungkook quedó boquiabierto, con los ojos de par en par y las aletas de la cabeza caídas.

¡NO ME DEJES A MI SOLO!

Una vez el par de vikingos se alejaron Jungkook se sentó frente a la jaula de Namjoon y Yoongi. Taehyung había sido verificado mientras estuvo inconsciente, así evitando el veneno que segregaría su piel de verse examinado por humanos. Este observa atento a cualquier movimiento o posible palabra del oscuro.

—escuchen, esto...—habló muy lento, entre perezoso y temeroso.

—Nos mentiste. —cortó Namjoon de cuajo y con resentimiento marcado en sus palabras.

—No lo hice-

— ¡PUEDES VOLAR! —su voz fue tan fuerte que parecía haber gritado.

Lo que más llamaba la atención de Jungkook en todo el maldito viaje que hicieron fue su incapacidad para volar, todo el drama que tuvo montado al respecto y ahora llegó tan feliz y campante. No planeaba, volaba; Jungkook prácticamente les estuvo escupiendo en la cara desde el maldito principio y ahora tiene le descaro de decir que no puede volar.

—Eres un hijo de puta, maldito trozo de mierda. —gruñe Yoongi, de nuevo contenido por Namjoon. Es malo enojarlo tenido tanta energía acumulada por tanto dormir.

Yoongi es una bombita de tiempo.

— ¡No puedo volar! —insiste con la suficiente firmeza como para poder simular que creen sus palabras—. Estás son prótesis. Mi cola y mi ala se desprendieron hace unos años cuando me cayó una roca y tuve que jalar hasta salir—explica apresurado—. Jin me hizo esto y por ello puedo-

—Dragón derribado, dragón que se muere. Debiste tener el suficiente orgullo de no aceptar nada de un humano que te usa como su mascota. Parece más un perro que un dragón. —replica Yoongi con gran ofensa.

Él no es el más indicado para habla considerando que se autoexcluyó en una isla al norte, pero venga... al menos no estuvo obedeciendo ordenes ni necesitando de nadie para sobrevivir o sentir que está completo. Por su cuenta sobrevivió y Jungkook aun si no pudiera volar, bien pudo hallar la manera de sobrevivir sin doblegarse.

Esto lo molesta demasiado.

—Es mi amigo. Un gran amigo, es mi familia, nunca he tenido una-

—Pudiste haberla tenido, yo quería que fuéramos una familia, pero prefieres a alguien que ni siquiera es de tu especie. —reclama Jimin desde donde está, no hacía falta que hablara muy fuerte para hacerse oír.

— ¡Seremos una familia aquí! —afirma sentándose como un humano, asumen que aprendido de Jin—. Escuchen... Esto es como una... ¡Guardería! Tenemos muchos dragones, de todas las especies que se les ocurran. A salvo, con comida y que pueden salir a hacer lo que quieran-

—Cállate...

—Incluso ayudar a otros dragones venir a que los curen ¡Como Hoseok! Hay muchos dragones enfermos últimamente y aquí ya hay una cura a su enfermedad. Podemos estar juntos y bien aquí en conjunto con los humanos. Ellos.

Cállate—Jungkook tembló, encogiéndose por la voz de Namjoon—. Un lugar donde para hacernos estar deben engañarnos es de todo menos un hogar. Que te prestes para algo así lo hace peor. Convencernos de que esto será una buena vida no te servirá de nada, apenas podamos nos iremos de aquí, contigo o sin ti.

Jungkook quiso responder a eso, pero no pudo. Intimidado. Namjoon se sentía un poco mal por él. Claro, está resentido y con el sentimiento de traición a flor de piel, pero Jungkook es un niño que no está comprendiendo las dimensiones de lo que ocurre aquí. Tampoco que los demás no son capaces de ver esa bondad en curar heridas cuando posiblemente sea quién cura el que las hace.

Le gustaría hacerlo entender, no obstante, no tiene el tiempo para hacerlo. Las ganas también faltan para ser sincero.

— ¿Hoseok está bien? —pregunta Taehyung en voz baja, totalmente quieto.

—Si, está siendo tratado aparte. Fui a verlo y está dormido. Estará sano en un par de semanas más o menos si no hay alguna tormenta que le empeore la enfermedad. —responde al instante, pues es más sencillo eso que el dilema moral que Namjoon y Yoongi le plantean.

— ¿A qué se refiere ese hombre con compradores? ¿Nos van a vender?

—No exactamente. Es una cuota por determinado trabajo o parte—empieza a decir en dirección a Jimin—. Si quieren escamas para pintar paredes y que no se quemen, colmillos de leche para collares... Un dragón que montar para hacer una misión... Todos regresan y si están lastimados hay un conflicto. Jin hace esto para mantenernos seguros.

La cara de espanto de Jimin lo puso nervioso.

—A-a ti no te harán nada, ni siquiera te van a ver. Jin sabe que eres mi omega-

—No soy tu Omega.

—Por tanto nadie puede solicitarte para nada... En ningún aspecto.

— ¿Aspecto?

—Hay algunos que quieren... crías de dragones y... bueno...

Jimin se enroscó en sí mismo, desapareciendo. Jungkook dio un rugido suave que no tuvo respuesta. El rechazo de su Omega le dolió.

Vår Verden || Book 4#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora