Vår Verden || Book 4#

X - Charla de Armonía Tóxica

En su humilde opinión, las conversaciones con Hoseok y Taehyung fueron más amenas que informativas. Se enteró de mucho de sus vidas, pues resultaban bastante habladores y hasta cierto puno, muy confiados.

Atribuía acertadamente la confianza de Hoseok a que ellos lo habían curado y no fue capaz de apreciar en toda su plenitud el momento en que los capturaron; por parte de Taehyung, tenía que ver con la gratitud de haber salvado la vida de su compañero.

Son indudablemente un par muy dulce. Taehyung particularmente lo hace pensar en un niño... Le recuerda mucho a Jungkook.

Taehyung – Threadtail

—entonces... ¿Solo tú sobrevivías? ¿sabes cómo lo hacías? Los dragones jóvenes necesitan una manada para saber a dónde ir a por comida. Sobre todo por la posibilidad de no encontrar tierra en mucho tiempo y en tú caso específico, no tener suficiente capacidad pulmonar. —Taehyung se mostró confundido ante la extensión de la pregunta. A decir verdad, se perdió más o menos a la mitad.

—Algo me llevaba a las islas, me refugiaba y alguna manada me acogía. —responde sacudiendo las alas de vez en cuando.

— ¿Solo así?

—Si. Es como si algo en mi cabeza pudiera guiarme fácilmente. Eso me ayudó a saber a donde ir con Hobi cuando estaba enfermo. De otro modo, pudimos habernos ahogado.

—Lo quieres mucho ¡eh?

—Es mi compañero, lo amo más que a nadie. —afirma con una sonrisa de lo más bella para Jin. De forma cuadrada y destacando por el gesto inocente y cariñoso.

Todo por la sola mención al cariño que tiene por Hoseok.

— ¿Por qué no quedarte aquí entonces? Esa enfermedad que tenía aunque no suele regresar, es posible que lo afecte nuevamente y ustedes son incapaces de curarla naturalmente—Taehyung cambió de cara a una pensativa y hasta cierto punto, incomoda.

—aunque agradezco mucho lo que hicieron y sé que no podrían ser todos malos... Muchos si, de aquí salieron los dragones que tuve que matar por protegernos. No... No me siento capaz de estar en un mismo espacio a quienes me podrían usar como un arma contra otros que son más indefensos que yo.

—Mi objetivo es armonía entre dragones y humanos. Con esta aldea que los acepta. Las demás-

—sabes, Hobi y yo hacemos algo espectacular estando juntos. Mientras el hizo a Vikingos relajase, dragones dormir y todo llegar a la calma... Yo los envenenaba, yo asesinaba a todos, destruía sus naves y no hubo resistencia.

—No entiendo a dónde puede llegar esto.

—A que... Aunque podríamos lograr calma, sería bastante toxica ¿no? Podríamos acabar matándonos al más mínimo movimiento. No creo que sea buena idea vivir juntos.

La postura de Taehyung era más que vacilante, por ello no la podría tomar casi en cuenta tomando en comparativa la que Jimin, Namjoon y Yoongi exhiben: Fuertes, firmes, muy precisas y que creen con total vehemencia. Taehyung parece guardar una duda razonable al proyecto por decirlo de alguna manera.

Jin sabe perfectamente a qué viene esto: Quiere mantener a Hoseok vivo y si la enfermedad por mala suerte lo vuelve a atacar... con los humanos estaría sano, cosa que no sabe si puede confiar del mundo secreto aun cuando Jimin diga lo contrario.

Hoseok – Death Song

Hoseok era igual a un enorme y bonito rayo de sol por u actitud y presencia. Taehyung pudo lucir perdido y un tanto confundido todo el tiempo; Hoseok luce animado y contento como no se lo vio en tanto tiempo infectado. Claro, el recelo sigue existiendo como cosa natural, pero es al único que soltó totalmente de ataduras con la certeza de que no lo atacaría ni la idea pasaría por su mente.

—Conseguí a Tae después de vagar algunos días cuestionando si tras la muerte de mi compañera era realmente buena idea seguir con su deseo.

—El mundo secreto. Asumo que aun quieres ir ahí.

—Le prometí a Tae que iríamos ahí.

— ¿Por qué?

—Honestamente no teníamos una razón muy específica. Marion solo quería ir ahí como los demás porque era un mundo solo nuestro dónde la incertidumbre de un ataque no sería cosa de cada día.

—Tu compañera supongo.

—Era una omega adoraaaaaable—colocó sus manos en sus mejillas, alzándolas un poco y dando una imagen muy tierna—. A veces era más Alpha que Omega... Murió por la enfermedad así que...

—Entiendo. No sé en términos de pareja, pero mi madre murió por una enfermedad cuando yo era muy joven... Era un poco loca en términos vikingos. Le gustaban los dragones vivos en lugar de muertos. Fanática a morir de los Whispering Death. —negó con la cabeza. Aun no entendía que le gustaba de esos específicamente. En su opinión, son horribles.

—Somos más raros. No escupimos fuego. Somos como una deshonra a los dragones y en lugar de eso cantamos como si fuéramos pajaritos—ni siquiera él encontraba lógica—. De cualquier manera, que te parezcas a tu madre es algo muy dulce y bueno. Parecerte a ella quiere decir que tienes más de ella y por tanto, heredaste esa buena voluntad.

—Dudo que estuviera feliz de saber de los dragones que maté.

—Marion no debe estar feliz de que estoy con un Alpha, que para más inri, me monta ahora que me supera de tamaño y fuerza. Lo que importa es no cambiar la esencia que nos distingue.

Había hecho un corazón con las dos manos y Jin sintió pena por mantener el grillete ajustado en su cuello para evitar que cantara. Hoseok posiblemente sea incapaz de dañar a nadie. Tiene la sospecha de que esto tiene algún sentido oculto, pero no le interesaba demasiado de momento.

Tras releer varias veces sus notas, rememorar como se comportaron -él incluso con su torpeza frente a Namjoon-, tuvo algo en mente. Lo pensó, le dio mil vueltas y con calma tras avisarle a Jungkook que saldría fue directo a la casa del jefe de la aldea. Este lo dejó pasar de inmediato. A final de cuentas, cualquier eventual de quien heredaría su lugar valía un par de minutos menos de sueños.

—Dejaremos de comerciar dragones.

— ¿Qué? —puede ser que partiera al Valhalla más pronto por esta noticia. Jin luce muy determinado y eso no es precisamente bueno en un tema tan delicado como este.

—Sé que es un poco extremo, pero tengo muchas y muy buenas razones para decirte. Es más yo-

—Está bien.

— ¿Qué? —fue su momento de lucir perdido ¿tan... fácil?

—Si tú crees que hay una mejor manera, hazla. Confío en ti y en que no nos llevarías a la perdición.

—Oh... pues... ¡Bien! ¡Mañana te lo cuento mejor, duerme bien!

La emoción de la simpleza lo hizo prácticamente salir corriendo en lo que el anciano hombre niega con la cabeza y una débil sonrisa.

Su muchacho a veces es tan predecible.