Hide and Freak ▲ JunHao [Omegaverse]

Capítulo 20: Por un poco de tranquilidad

Jihoon no alzó la mirada en ningún momento en lo que tardaron en salir de la oficina, coger el coche y llegar a casa. Sentado en el borde de la cama, pareció perderse en algún punto del parqué. Las feromonas de odio y violencia, aun si ya no las producía, todavía envolvían al alfa con una apestosa nube que cohibía al menor desde lo más profundo. Tampoco se dirigieron palabra alguna, no hasta que el silencio se hizo pesado y la rabia, tan solo disipada parcialmente en las venas del más alto, volvió a florecer.

— ¿Te ha comido la lengua el gato o qué? — masculló deshaciéndose el nudo de la corbata, al otro lado del dormitorio. Jihoon se encogió de hombros con desagrado y lo observó por encima del hombro, juzgándolo con la mirada. Seungcheol suspiró y se dejó caer sobre el colchón, sentándose de espaldas a él. Se pasó la mano por el cabello y chasqueó la lengua.

— ¿Si nuestro cachorro termina siendo omega también lo llamarás asqueroso? — pronunció de pronto con voz suave, desabotonándose con calmada lentitud la camisa. Observando únicamente sus gestos, parecía que aquella fuera una velada como cualquier otra. A pesar de la elegancia de sus gestos y la precaución en su voz, a Seungcheol no le cupo duda de lo delicada que era la situación. Respiró hondo y trató de pensar en cualquier cosa que evitara que volviera a enfadarse. En sus ojos, por ejemplo. O la sonrisa que le dedicaba por las mañanas al despertar, todavía con los párpados pegados. Sí, eso serviría. Traer a una cría de su sangre al mundo lo aterrorizaba, pero todavía temía más perderlos a ambos.

— No, claro que no. — negó echando el peso hacia atrás, su torso parcialmente girado hacia el menor. Jihoon soltó el aire despacio y se puso la camisa del pijama.

— ¿Entonces por qué has llamado así a Minghao? — dejó el reloj de pulsera sobre la mesilla de noche y siguió desvistiéndose; los zapatos seguidos de los calcetines, y pareció querer detenerse ahí. No permitió que los nervios en flor por el silencio del alfa rompieran su perfecta apariencia. — ¿Si yo algún día te levanto la voz así reaccionarás igual?

— No, claro que no, yo -- — se cortó a sí mismo pasándose la mano por sus cansadas facciones, buscando una manera ordenada de expresar lo que sentía cuando no tenía claro qué sentía. Se había sentido expuesto. Retado. Infravalorado. No era que considerara a Minghao inferior, pero no podía permitirse que cuestionaran su autoridad, aunque claramente le había salido el tiro por la culata. Suspiró sonoramente. Tal vez ese era un buen punto en el que comenzar. — Ya sabes que en su momento... Bueno, me sentí interesado por Minghao. No debería haberlo llamado asqueroso, pero... Ha sido como... — dibujó un gesto vago con la mano, como si fuera a ayudarlo a comunicarse — No pensaba usar su secreto en su contra. No tengo nada contra él. Es un buen trabajador, y que sea omega o no a mí me da igual. Lo que me importan son los resultados, y si es el que más dinero consigue que produzcamos, bienvenido sea. — apretó la mandíbula, si mirada perdiéndose en algún punto de la penumbra — Es un buen trabajador, pero no le correspondía a él decidir nada. Y menos hablándome de aquella manera.

Jihoon giró la cabeza para mirarlo por la periferia de sus cautelosos ojos. No podía permitirse poner en riesgo a su cachorro, y debía saber en qué se estaba metiendo. Su mirada reflejaba un miedo que trataba desesperadamente de esconder, a pesar de que delante del alfa su primer instinto fuera mostrarse tal cual se sentía. Era una sensación incómoda, se volvía honesto involuntariamente y le revolvía el estómago. Pero se dio cuenta de que Seungcheol estaba esforzándose por expresar lo que lograba entender de su corazón, y el gesto lo relajó un poco.

— ¿Sigues interesado en él? ¿Te ha dolido que te hablara así? — se le rompió un poco la voz al final. Seungcheol quiso abrazarlo, pero sabía que eso solo empeoraría la situación. Debía volverse a ganar la confianza de Jihoon, sin apresurarse. Se relamió los labios.