Capítulo 5.- Familias 1ra parte

8 3 1
                                    

Nil

Caminaba a casa al lado de Daria, pero ninguno de los dos nos mirábamos, ni nos dirigíamos la palabra.

Nuestras hermanas no dijeron nada, solo nos veían con curiosidad.

Pero al llegar a casa nuestras madres lo notaron y no se quedaron calladas, aunque permitieron que hubiera paz durante el almuerzo, pues algunas de ellas tenían que ir a trabajar, en cuánto eso paso nuestras madres Lena y Dina, ambas Dheltas, nos sujetaron para sentarnos en dos sillas.

Estábamos sentados frente a frente, nos mirábamos a los ojos obligados, pues sabíamos el castigo que venía si no cooperábamos.

—Y bien, ¿Cuál es el problema ahora? —preguntó nuestra madre Dina.

—Ella es el problema —respondí tras unos segundos.

—No es verdad, tu eres el que busco pelear.

—Fuiste tú, la que me levantó la falda en medio del patio de la escuela —le respondí molesto.

—Tenía que hacerlo, era una apuesta, pero claro, que va a saber un Neós de lo que vale la palabra —me respondió ¿molesta? ¿En serio? Yo fui el que fue humillado.

Nos miramos con odio, retándonos a atacar primero, ambos queríamos acabar esto con golpes.

—¿No fue lo único que pasó verdad? —preguntó nuestra madre Dina.

—No.

Respondimos cortantes ambos.

—¿Qué pasó después?, ya que es obvio que algo evitó que entraran a los golpes —preguntó nuestra madre Lena.

—Pasó que al parecer su niño se metió con una solterona y ella se atrevió a amenazarme, mientras mis chicas me detenían de acabar con ellos... —añadió rápidamente, cerré mis ojos con más deseos de golpearla.

—¡Te dije que no le dijeras así! —le grité molesto—. Tenle más respeto a Lila o voy a acabar contigo.

—¿Tanto respeto como cuándo dijiste que te gustaba una de mis chicas, con todo el colegio viéndonos?... —me respondió retándome.

—Deberías tomarlo como un alago, saber que aunque sea con una tuviste buen gusto... —le respondí cruzando mis brazos.

—Se acabó, parecen dos niñas pequeñas que no son capaces de resolver sus problemas de manera madura —interrumpió nuestra madre Dina molesta, caminando para estar en medio de nosotros.

—Ambas, estarán castigadas, por un mes, sin ninguna salida, y control estricto hasta que aprendan a comportarse como jóvenes de la edad que tienen —dijo nuestra madre Lena.

—Pe... —intenté decir pero no me dejó hablar.

—Y espero que traigas a tu chica a comer aquí pronto Nil —solté un suspiro.

—Prometí ir a presentarme con sus madres mañana, antes de traerla acá —expliqué nervioso y con voz suave.

Me miraron ambas y suspiraron.

—Tendrás que volver tras el almuerzo —me respondió, quise sonreír pues aunque sea mi primer día de castigo sería tranquilo.

—No es justo —se quejó Daria.

—¿No eras tú la que hablaba de cumplir su palabra? —le respondieron, ella no dijo nada—. Pueden retirarse a sus habitaciones.

Ambos nos levantamos y caminamos hacia nuestras habitaciones respectivas, estaba molesto, pero no tenía nada que hacer.

Los Secretos de Miriastir.- Celos entre HermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora