Capitulo 10. No hay vuelta atrás

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—¿Te piensas que yo puedo tolerar algo así? ¿Que tu rostro tenga algo como eso? ¿Saber que esa basura te puso un dedo encima? Estoy a solo unos segundos de enloquecer  —dice con dureza—. Si no me dices la dirección voy a mover cielo y tierra hasta encontrarlo.

—Por está razón no quería decírtelo. —exclamo exaltada—. Te pido que no hagas nada y no te involucres, si te pasa algo... No podría tolerarlo. Este golpe... No importa si tú estás bien, Masón.

Entre lágrimas su mirada se suaviza. Me envuelve en sus brazos y se acerca a mi rostro. —Lo siento, Rach. —dice—. Lamento no haber estado contigo y que hayas tenido que pasar algo así sola pero no puedo hacer lo que dices. —continúa sin apartar la mirada—. Tú... Eres mi persona más importante.

—Masón. —digo llorando.

—Dame la dirección u olvídate de mi. —finaliza en seco las últimas palabras.

Me congelo. —No puedes estar hablando en serio.

—Jamás había sido tan serio en algo. —responde con una línea dura—. Dame la dirección.

—Me estás chantajeando, Masón... Chantajeas nuestra relación.

Ninguno de los dos quita la mirada. —Quizás no soy tan bueno como crees.

Mis lágrimas no se detienen. Mason sabía lo mucho que me molesta y me dolía profundamente el chantaje, sobretodo porque lo he vivido cada día con mi mamá. Lo único que yo quiero es que el no termine perjudicado, que sus acciones impulsivas no le pasen factura en ningún momento.

Bajo la cabeza. Termino diciéndole la dirección.

¿Así será mi necesidad de no perder su amistad? O ¿su confianza era mucho que sabía que aceptaría decirle la dirección para no perderlo? ¿Yo era una caridad?

-

Mason estaciona el carro frente a la casa de mi mamá. En el camino no me hablo, ni yo tampoco le dirigí la palabra. Su rostro sin necesidad de hablar lo decía todo.

—Quédate en el carro. —dice bajándose.

Lo veo dar zancadas hasta la casa. Toca la puerta frenéticamente. Mi madre abre la puerta pero se echa para atrás por inercia. Mason irrumpe dentro de la casa. Sin contar hasta 1 minutos estoy bajándome y caminando a la casa.

—¿Donde estás? —pregunta—. ¿Donde coño estás? —grita tan fuerte, haciendo retumbar todo el lugar.

—¿Quien eres? —pregunta alarmada mi mamá.

Cuando logró llegar, la figura de john el novio de mi mamá, aparece. —¿Que coño son esos gritos?

—Voy a hacerte gritar de verdad. —Mason pasa rápidamente a estar frente a el. Conecta su puño en medio de su cara. Me echo para atrás por la impresión.

John cae de culo agarrándose la barbilla, su boca está rota. —¿Quien eres tú?

Mason se agacha y lo agarra por el cuello hasta golpearlo con el suelo. —Vamos a educarte. —le responde—. Unas pequeñas clases para que jamás
en tu vida vuelvas a hacerlo. —lo alza hasta hacerlo mirarme. Su nariz y boca cubiertas en sangre—. ¿Ves a esa chica de allí? ¿Ves el hematoma que tiene su rostro? Tú se lo has ocasionado. ¿Debería golpearte hasta que me ruegues que no lo haga?

PRESIDENTA (Historia corta) ¡TERMINADA! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora