—¿Que significa eso? —pregunta en duda. Preocupación. Rabia.
—No quiero ser más tu amiga. —respondo—. Déjame en paz.
Me giro dándole la espalda.
No hay vuelta atrás.
—¿Estas bromeando? —pregunta—. ¿Esta es alguna forma de pagarme por no haberte hecho caso cuando debía? Lo entiendo, tienes razón. Fui un imbecil al poner nuestra amistad y chantajearte con eso, me confié. Confié en que terminarías aceptando porque era más difícil perderme. Soy un imbecil pero... Te necesito. Se que tú también me necesitas.
—Ese es el problema Mason, no deberíamos necesitarnos. Estoy cansada, cansada de intentarlo con todas mis fuerzas para que las cosas salgan mal. Llevo años escapando, intentando ser diferente, convencerme de que soy una buena persona, de que merezco otra oportunidad pero... No lo soy. —me giró nuevamente para hacerle frente —. Después de estar días acostada en esta cama me di cuenta que ser tu amiga es difícil, sabes por que? Porque lo que tú dices, te necesito, más de lo que debería. Y esa necesidad cansa porque me da miedo pensar que un día no puedas estar. No es tu caso. No es tu caso porque tienes familia y buenos amigos que te aman, harían lo que sea por ti.
—Por favor, Rach. No me hagas esto a mi. Tengo todo lo que dices pero sin ti...
—Sin mi. —le interrumpo—. Volverás a ser la misma persona que eras antes de que yo llegara. El proyecto de caridad llegó hasta aquí. Quiero dejar de compadecerme, de recordarme cada día lo miserable que me han hecho mis padres, las cosas que he hecho mal y que he perdido. —digo mirándolo a los ojos. Esos ojos confundidos—. No necesito que me lo digas para saber que venías a confesarte, lamento haber arruinado tú confesión pero como dije ahórratelo porque no sientes eso por mi. No me debes nada, deja de pensar que te gusto, no puedes sentir eso en unos minutos y más cuando lo confundes con el hecho de haberme puesto en medio de ti y una bala.
—Todo este jodido tiempo has estado hablando tú y no me das la oportunidad de decidir lo que yo quiero. —dice alzando la voz.
Tocó muchas veces un botón para llamar a las enfermeras. —Pues lo que yo quiero es estar sola, no quiero saber de ti, Masón.
—Per...
La puerta se abre. —Por favor quiero estar sola, díganle que se vaya. Esta estresado.
—Rachel, no puedes hacerme esto. —alza más la voz cuando las enfermeras lo echan para atrás.
Los chicos se acercan a donde esta. —Perdón, pero tiene que salir ya. Ella necesita descansar.
—Rachel, déjate de bromas, joder. —grita mientras lo sacan de la habitación—. Rachel. Deja de ser tan egoísta y elegir siempre por los demás. No estás hablando en serio, dime ya que no.
Escucho que se lo llevan mientras sigue gritando.
Vuelvo a girarme.
Ahora si, sin mirar atrás.-
Dos semanas. Tal vez no necesitaba estar aquí tanto tiempo pero la última semana me había dado una fiebre que según el doctor era peligrosa, mi mama se había quedado todos los días y Monica también vino cada día. Mason vino todo ese tiempo pero hoy después de discutir con medio hospital, seguridad ya no lo dejara venir, para mi suerte.
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PRESIDENTA (Historia corta) ¡TERMINADA!
RomansaLa presidenta de la facultad universitaria de derecho Rachel Stewart sabe que Mason Hatheway no es el tipo de chico que necesita... Pero parece ser el único que consigue ablandarla. Mason Hatheway es el chico de oro. Deportista, inteligente y cubier...