KYUHYUN
Mis ojos destellaron fuego y pensé que iba a explotar en mi padre alfa.
—¿Qué quieres decir con que ya no soy bienvenido en la compañía?
La cara de mi padre era cruel e implacable, y su voz resonó en mí a través de la mesa de la sala de juntas. —Claramente tienes algunos problemas serios con el juicio. Fuiste en contra de todo lo que te enseñé y descaradamente descartaste mis órdenes con respecto a tu matrimonio. Es inexcusable e imperdonable, y no tenemos lugar para tal falta de lealtad en esta compañía, o en la manada para el caso—, gruñó.
Mi cara se puso blanca. ¿Lo escuché bien? ¿Me estaba amenazando no solo con despojarme de mis acciones en la compañía y mi sustento, sino también mi lugar en nuestra manada? Este fue el peor castigo posible para un miembro de la manada, y solo se elimina si el ofensor comete una ofensa grave. Aparentemente, mi padre consideró que seguir a mi corazón era una ofensa. Tragué saliva.
—¿Qué quieres decir? No puedes hablar en serio, ¿la manada? ¡Soy el siguiente en la fila después de ti! ¿Cómo pudiste hacerle esto a tu propia carne y sangre?
Pude sentir que mi mandíbula se tensaba y que el vaso sanguíneo en mi sien palpitaba. La adrenalina estaba en pleno apogeo. La ira, el shock, la incredulidad, fue demasiado.
Miré alrededor de la habitación a mi hermano, mis tíos y algunos primos. Mi hermana no estaba allí. Tal vez ella sabía lo que estaba a punto de pasar y quería mantenerse alejada. Nadie se atrevió a defenderme y arriesgarse a ofender a mi padre. Él era su líder, y podía hacer mucho daño a sus vidas profesionales y personales.
—Esta es mi decisión final, Kyuhyun. Te daré un día para que retires tus cosas de la oficina, y obtendrás una compensación total por tus acciones. Haré que los abogados redacten los documentos necesarios para efectuar la transferencia. Y entonces serás libre de vivir tu vida como mejor te parezca—, se burló.
Mi sangre hirvió, y todo se volvió borroso. Sabía que tenía que salir de allí antes de perder completamente la calma, así que me levanté de la mesa y empujé mi silla hacia atrás.
—Bien, si esa es la forma en que ves las cosas, respetaré tu decisión. Pero piensa en qué tipo de ramificaciones tendrá esto para la manada. Estoy seguro de que no estoy solo al pensar que eres injusto y egoísta. Los tiempos han cambiado, y será difícil encontrar un lobo en estos días que esté de acuerdo con un matrimonio arreglado o forzado. Nunca voy a perdonarlo, y no me importa cuáles son las ramificaciones para mí. Yo defiendo el amor y defiendo la integridad.
Mientras miraba a todos los rostros familiares, noté que el rostro de mi primo Yesung era de un rojo brillante. Hicimos contacto visual, pero luego miró sus manos. Me preguntaba de qué se trataba eso, pero no podía quedarme para descubrirlo. Me tengo que ir.
—Adiós.— Me giré sobre mis talones y salí furioso. Esto fue una mierda completa. Apreté los dientes.
A la mierda el ascensor. Bajé corriendo las escaleras a una velocidad récord y salí por la puerta principal. Me apoyé contra la pared del edificio. El edificio en el que trabajé durante toda mi vida. La compañía a la que había ayudado a convertirse en lo que es hoy. Todo eso, desapareció en un instante, y solo porque defendí el amor, y por lo que es correcto. Joder eso. Yo era mi propio hombre, y nadie me iba a decir cómo vivir mi vida, ni con quién gastarla.
Cerré los ojos y traté de no pensar en lo que tendría que hacer para mantenerme en pie. Estar fuera del negocio familiar no sería fácil. Me preguntaba si debería continuar en el mismo negocio o comenzar algo nuevo. Dejé escapar un profundo suspiro. Tendría tiempo de sobra para pensar en eso, ahora que no me necesitaban o no me requerían en la oficina.
