🌹Sixteen🌹

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Cuándo Yoongi arrancó la camioneta junto a  Namjoon y dos guardias en la parte trasera de la misma, dos camionetas lo siguieron atrás. En una de ellas, estaban Jimin y Hoseok de piloto y co-piloto, quiénes insistieron en ir con él. Aunque les había ordenado que no, a los mismos les acompañaban cinco guardias fuertemente armados en la parte trasera. 

Cuando pasaron cuarenta minutos de estar andando, el camino se volvió boscoso, se podía apreciar en ciertos kilómetros, algunas casas abandonadas con mucha vegetación a su alrededor.

—Yoongi. —dijo, Hoseok.

—¿Qué pasa?

—Estamos por llegar. Estacionaremos cerca de ustedes.

—Muy bien. Cuídense la espalda. Estén listos cuando regresemos.

—Lo estaremos, no te preocupes.

—Perfecto. —se despidió. Miró a Namjoon— Es hora...

Se dieron un apretado abrazo. Las palabras estaban de más para ellos.

***

Habían conseguido entrar, con un pequeño inconveniente, algo que no esperaban, pero estaba resuelto.
Lo importante es que ya estaban en marcha. Cada objeto o persona, que se encontraba en su camino, lo quitaban. Así de jodido y así de fácil.

No podían correr riesgos. Ninguno. Algún paso en falso y todo se vendría abajo.

Se deslizaron por unos pasillos casi obscuros. Su sentido se agudizó y colocó su mano izquierda en el pecho de NamJoon, deteniendolo. NamJoon lo miró con el ceño fruncido. Colocó su dedo índice en sus labios y le advirtió con la mirada. Avanzó con lentitud, en un cerrar y abrir de ojos, un ajuste en la pistola, y la conversación que se escuchaba, terminó, acabando con la vida de los dos guardias. Yoongi agitó la mano para que se acercara y continuaran.

—Qué talento. Estoy impresionado. —le susurró.

Namjoon lo observó gesticular un: "¿Qué esperabas? Soy el mejor"


—Humilde. —le susurró, con una pequeña sonrisa en los labios.

Yoongi elevó levemente una esquina de su boca, afirmando el agarre en su arma.

Siguieron avanzando.

Lento. Atentos. Tratando de no perder más tiempo del debido. Y por su puesto, eliminando cualquier cosa que se movía y hablaba.

Se toparon con una puerta negra, gruesa. Estaba entreabierta.

Se miraron desconfiando hasta de sus propias sombras. Yoongi miró hacia atrás, y a los lados. No hacía falta las palabras. Cada uno tomó sus posiciones. Y abrieron la puerta.

Nada.

Solo había una silla vieja. Destartalada.

En ningún momento bajaron la guardia, se aseguraron que no halla nadie en la habitación y por más extraño que les pareció, no había nadie.

Joder, el sólo hecho de que una puerta estuviera entreabierta ya era para sospechar y desconfiar de todo.

Y las alarmas en ellos se activaron.

Salieron de la habitación y con mucha más atención de la que habían tenido siguieron avanzando. De pronto. Unos sollozos se escucharon. Débiles. Pero se escuchaban si ponías la debida atención. Su corazón latía frenético, su pulso se aceleró.

Hermosamente HermosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora