—Hey —llamó moviendo despacio el cuerpo que se encontraba atado en la silla, tirado en el piso de costado— Chico —llamó de nuevo con preocupación al no obtener respuesta, moviendo un poco más el cuerpo
Intranquilo, desató las cuerdas que ataban el cuerpo, ahora, más delgado del chico castaño, supuso que sería mejor si lo desataba y dejaba moverse libremente. Lo recostó contra la pared con cuidado, agarró su muñeca y con los dedos índices ejerciendo la presión necesaria, verificó si tenía pulso. Negó con su cabeza al darse cuenta que tenía, pero era algo lento.
—Dios, este chico tendría que estar en el hospital —murmuró para si mismo, observando como despertaba mediante leves balbuceos
De la bandeja que traía consigo, agarró la botella de agua, la destapó, con su izquierda sostuvo su nuca y la otra sostenía la botella de agua
—Abre la boca —le ordenó, suave— te daré de beber agua
Cuándo los labios resecos y partidos del castaño se abrieron con lentitud teniendo todavía los ojos casi cerrados, llevó el pico de la botella a sus labios y el castaño con cuidado fue bebiendo el agua
— ¿Puedes hablarme? —alejó la botella de sus labios al verlo negando con la cabeza lentamente señal de que ya era suficiente agua
Asintió.
—¿Cómo te sientes? —preguntó, tocando su frente
¿Como se sentía?
En dos semanas, solo le dieron dos veces por semana comida y aunque sabía mal no tenía otra opción, si tenía suerte tomada agua.
Las costillas se empezaban a notar a travez de su ropa sucia y desgastada.
Se sentía sucio pero no podía bañarse, su ropa malolienta y desgasta ya le estaba asqueando.
Estaba muy preocupado por sus padres. Ya sus fuerzas y sus esperanzas se las estaba arrebatando el no encontrar una posibilidad de escape de ese lugar.
Le dolía la cabeza, los olores del lugar le hacían vomitar, su estómago dolía, sus piernas estaban entumecidas por no poder caminar al estar siempre atado, al igual que sus brazos, su corazón y hasta sus entrañas le estaban doliendo. Solo quería huir.Al menos, tenía a Angel. El único guardia que venía a entregarle comida, agua, y cuando podía algo para el frío y en ese corto tiempo que le traía las cosas para él, lo entretenía con sus chistes y anécdotas de pequeño, distrayendolo y por un momento le hacía olvidar que estaba atrapado sin salida. Si el no estuviera, tal vez ya hace varios días no tendría el lujo de estar respirando, bueno, no muy bien, pero al fin y al cabo respirando. Ya no quería hacerlo.
Extrañaba su casa, el calor hogareño, las comidas caseras de su madre.
Extrañaba tanto su habitación, su padre, sus conversaciones antes de ir a la cama...—Oye... No llores —las yemas de sus dedos limpiaron las lágrimas que comenzaron a caer en gran cantidad por sus mejillas muriendo en su ropa
—Solo... S-solo quiero ir a casa —su voz era frágil, tanto como su cuerpo
El pelinegro hizo una mueca y sintió compasión por él.
—Lo sé —suspiró con pesar— te lo aseguro que yo también quiero hacerlo...
Y era verdad.
Ya estaba aborreciendo estar en ese maldito lugar. Estaba realmente considerando la idea de mandarlos al infierno y largarse sin importarle las consecuencias. No soportaría ser participe de otra vil azaña como esa.
——Pensé q-que te sentías bien... D-digo estando a-aquí —tomó una profunda respiración, había puesto mucho esfuerzo en eso
—Solo soy un simple guardia. Uno de sus títeres más. ¿Feliz, contento, bien? Creo que nadie esta feliz o bien haciendo esto, acá nadie tiene más valor que solo cuidar y vigilar y acatar las órdenes que nos dan. —miró a sus ojos— Hace no más de diez meses que estoy en esto. Nunca presencié ni ví, como hacían algo así con una persona, antes solo cuidaba el perímetro y nada más. Ahora, sin duda, estoy aborreciendo esto, mucho. —quitó su mirada del contrario y suspiró — yo me quiero disculpar... Cómo te traté la primera vez, yo... No quise hacerlo, yo no sabía que hacer y estaba asustado...
El castaño le dió una sonrisa débil. Su llanto había cesado.
—No importa ya... Entiendo, y si esto te hace sentir mejor, e-estás disculpado.
El pelinegro sonrió
—Gracias. Y bueno, en fin, te e traído comida, y algo de medicina. —acercó a su lado la bandeja
Al castaño se le iluminaron los ojos al ver comida, su estómago gruñó con fuerza y se sonrojó furiosamente, al escuchar una pequeña risita del guardia
—Lamento decirte que no podrás devorarte todo en un segundo, no has comido en dos días, llegas a comerte todo esto rápido, y te tendría que llevar corriendo al hospital.
Inconscientemente el castaño hizo un puchero triste
—Que... i-injusticia.
El pelinegro se rió y asintió, le tendió la bandeja poniéndola en su regazo.
—Tambien traje medicina, para el dolor de cabeza y para... Ya sabes.
Pareciera como que la realidad de la noche anterior le hubiese pegado una cachetada fuerte volviendo a la realidad. Y se sintió tan mal, que después de recordar todas esas escenas que se reproducían como una película en su mente, no pudo comer, aunque su estómago doliese como el infierno.
(...)
—Es hora. —anunció, volteando su cabeza a la derecha. Su voz era firme.
El moreno a su lado asintió con el rostro serio.
—¿Estas consiente de que esto es una locura verdad? —preguntó Namjoon, Yoongi asintió— También sabes que no conoces a ese chico y no sabremos lo que pueda desencadenar esto. Y no sabemos si todavía ese chico sigue con vida.
Yoongi tensó su mandíbula y asintió decidido
—Se que no lo conozco y mierda. —observo las camionetas negras enfrente suyo listas para emprender el plan— Algo me dice que tengo que ir por él, y sacarlo de allí, no se que es, pero se que le pueden hacer mucho daño.
Namjoon suspiró revolviendo sus cabellos, su amigo le había contado eso hacía algunos días atrás más a profundidad, el le había preguntado ya que se le hacía extraño el comportamiento que tenía; su enojo impulsivo, la constante insistencia en buscar información de aquél chico, Jungkook. Ya habían tenido la suficiente información con la gran ayuda de Jin, como para saber por quién arriesgarían su vida y en dónde se ubicaba el lugar dónde tenían prisionero a aquél chico. Al saberlo él no dudo ni un segundo en apoyar a Yoongi. Pero también sabía que había algo detrás de eso, y le preocupaba su amigo, sin embargo, prefirió callar y dejar eso para otro día, cuando el mar estuviera en calma.
—Esta bien hermano. Ahora, vamos, no podemos perder tiempo —el moreno le apretó el hombre en un gesto amistoso y se dirigió a la camioneta que iba al frente de las demás
Yoongi asintió decidido y se subió a la misma camioneta después de Namjoon, quién iría de piloto y él de co-piloto, con su querida Victoria en su cintura por si algún imprevisto sucedía.
Cuándo la camioneta arrancó, su mente se enfrió y solo pudo imaginarse la placentera imagen de aquél tipo con un balazo en el medio de la frente. Iba a ir por todo y a cobrarse bastantes cosas.
—Esta vez no te escaparas de mí, hijo de perra.
Bueno, se viene el drama chicos, nunca e escrito estas escenas de persecución y armas. Así que bueno, no lo haré muy detallado.
ESTÁS LEYENDO
Hermosamente Hermoso
FanficMin YoonGi tiene 31 años, por ciertas circunstancias de la vida su escape fue ser frío, aparenta no tener corazón, pero esa ternura y amor que se resguarda en lo profundo de su ser, no cualquiera tiene el privilegio de presenciar y sentir. Es un gra...