El Empezar Del Fin

Capítulo 16 Solitario

El clima no nos ayudaba eso era más que notable, lamentablemente no teníamos control sobre ese problema.

Llegando de nuevo al infierno de la zona central de donde estábamos, ya algunas cosas habían cambiado, las calles estaban más sucias, los últimos lugares que estaban sin ser saqueados ya no tenían nada, el último periódico fue de hace años, ni siquiera lograron publicar lo que sucedió, no hay radio, no hay energía, no había nada.

Mencionando que no había nada, me detuve en seco mi caminar. Es verdad, no hay nada, ni muertos, ni vivos en toda la calle y muchas cuadras más adelante.

No puedo decir que me sentía alegre, es verdad, era un peso menos de encima en ese momento, no me encontraba con las fuerzas ni los ánimos de querer ver a un zombie delante de mi. Miré para todas direcciones tratando de percibir un movimiento o escuchar un ruido, extrañamente no había nada, ni movimiento ni ruido. Seguí mi caminar en dirección a una farmacia que estuviera cerca, teniendo en mente que era muy probable que no hubiera nada en ella, pero era mejor asegurarme, no podía perder demasiado tiempo, mi padre no se encontraba del todo bien.

Pasé de lado varios vehículos con las ventanas rotas y otros intactos, nunca me tomé el tiempo de revisarlos a ver qué tenían, posiblemente encontrase lo que buscaba, pero no me pasaba por la mente algo como eso. Llegando a la que antes era una farmacia, tal como lo había pensado, no había nada, la mayoría de cosas ya habían sido saqueadas y otras desperdiciadas en el suelo. Por muy urgente que fuese la enfermedad, no podía llevarle a mi padre un medicamento que llevaba mucho tiempo tirado en el suelo.

Comienzo a buscar minuciosamente entre los estantes, esquinas, gavetas, en posibles lugares donde escondieran o guardasen medicamento desde antes de todo esto, pero no había nada o eso parecía. Me subo en el mostrador y miro por encima de los estantes y lo que logré mirar era casi poco creíble, habían varias cajas con medicamentos, al parecer nadie había logrado alcanzar a verlos en todo este tiempo. El gran detalle era que para llegar a ellos solo tenía tres opciones, una buscar una escalera o algo en que subirme, dos subir por cada estante y utilizarlos como escalera, algo que realmente era peligroso ya que no se encontraba nada estable y tres, tirar con fuerza hasta hacerlos caer, pero con eso ocasionaría demasiado ruido y podría echar a perder la medicina.

Estaba en una gran encrucijada, podía hacer cualquiera de las tres cosas, pero solo una era segura, las otras dos tenían muchos puntos negativos. No había nada para lograr subirme, solo una recámara de refrescos, pero no la podía mover de su lugar, me quedaban solo dos opciones, o subir o tirar con fuerza.

Decidí intentar subir, tratando de pararme en las partes que parecían más firmes, era todo o nada, a cada escalón que subía corría el riesgo de caer torpemente y lesionarme, el estante se movía como gelatina, era demasiado difícil lograr mantenerme estable. Decido bajarme, no me sentía capaz de llegar hasta arriba.

¡Maldición! ¿Y ahora cómo hago?, la única opción que me quedaba no era para nada una buena idea. Decido salir de la farmacia a otros locales a buscar una escalera o algo en que subirme.

Pasaba de lado los vehículos, era imposible que hubiera una escalera en alguno de ellos. Logro entrar en un local de ropa, comúnmente tenían una escalera al fondo para cambiar la ropa de las paredes, pero al parecer hasta eso se habían llevado ya. Saliendo de la tienda me quedé mirando una silueta extraña sobresaliendo de la paila de una camioneta. Me acerco para corroborar que era una escalera plegable, al sacarla de la paila me doy cuenta que estaba terriblemente oxidada, al parecer llevaba bastante tiempo puesta ahí, pero era mi única salvación y de mi padre y posibles enfermos.

Regreso de nuevo a la farmacia con la escalera en mano, la extiendo y la apoyo en el estante, parecía que lograría sostener mi peso sin que se quebrase en dos. Subiendo escalón por escalón siempre pensando a dónde caería si algo salía mal (Podrían decir, tanto miedo para subir un estante, pero después de varios días sin comer bien, ni dormir bien, mi cuerpo se encontraba en pésimas condiciones como para no preocuparme) logro llegar hasta la parte más alta del estante, afortunadamente habían cuatro cajas con medicamentos, no podía ver qué tipo de medicamento era ya que estaban selladas, pero ya era un gran logro.

Logré bajar las cuatro cajas hasta el suelo, las puse en el mostrador para abrirlas, cuando escuché a lo lejos unas voces, logré distinguir 4 personas que venían hablando, no me encontraba en condiciones de querer hacer una amistad con desconocidos que al igual que yo, posiblemente andaban buscando recursos, si me miraban ahí con los medicamentos me los robarían.

Me oculto entre los estantes del fondo de la farmacia junto con las cajas de medicamento, no había forma salir de ahí sin que me miraran, tenía que esperar a que pasaran y calcular que caminaran bastante tiempo. Y parecía que sería, pero se detuvieron justamente enfrente de la farmacia.

1ro. —¿Qué dicen si entramos a ver si encontramos algo que nos sirva?
2do. —Dudo que logremos encontrar algo, ya ha pasado bastante tiempo, posiblemente solo encontremos basura ahí adentro.
3ro. —Carlos tiene razón, es imposible que encontremos algo entre todo ese desastre.
4to. —Es mejor que sigamos nuestro camino, más adelante nos estarán esperando para reunirnos con los demás, posiblemente encontraron algo.

Eran cuatro hombres, estos siguieron caminando sin darse cuenta de mi presencia, al parecer andaban buscando algo en específico y medicamento no lo era. No pude ver quiénes eran, pero al menos sabía el nombre de uno de ellos y podría reconocer su voz más adelante.

Pero ya no debía de preocuparme solo por los zombies, ahora debía de preocuparme por no toparme con desconocidos, que según ya no habían personas con vida en estos lugares.

/Después de un muy largo período he vuelto a escribir un poco, algo es algo/