veinticuatro.

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No sabía cuánto tiempo había estado inconsciente, pero ya había amanecido cuando despertó en medio de la nada

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No sabía cuánto tiempo había estado inconsciente, pero ya había amanecido cuando despertó en medio de la nada. Su cuerpo estaba a dolorido, su cara y sus extremos entumecidas no solo por los golpes sino también por el frío de permanecer afuera.

Comenzó a quejarse y trató de ubicarse, pero sus recuerdos no daban para más, miró sus brazos, su ropa estaba rasgada, manchada de sangre que salió por sus heridas. Tenía cortes en los brazos, y piernas, incluso en su abdomen era por eso que su blanca camisa ahora estaba teñida de rojo.

Su tío.

Con la mirada lo busco, se levantó con rapidez sin importar que tanto le doliera el cuerpo.

—¡Tío!— Comenzó a gritar esperando escucharlo, nada. Siguió gritando, esperando por él, pero nada de nuevo. Volvió a sentarse en la tierra mientras soltaba un alarido de dolor, sus heridas había vuelto a abrirse y de nuevo estaba chorreando sangre.— Voy a morir desangrado, joder.

Grito a todo pulmón el nombre de su tío, pero de nuevo no había respuesta. Con los ojos llorosos e imaginándose lo peor, se levantó con las pocas fuerzas que tenía y comenzó a caminar al pie de la carretera esperanzado de que alguien pasara por ahí. Pasaron tres autos, pero ninguno se detuvo. Estaba claro el por que, ¿quien en su sano juicio subiría a un chico que tenía sangre por doquier?

Siguió caminando hasta que topó con una gasolinera, fue como la gloria para él ver un teléfono ahí. Busco en sus bolsillos algo de monedas, pero era obvio que no tenía nada de dinero. Soltó un suspiro mientras le soltaba un golpe al teléfono, estaba frustrado.

¿Por que no solo lo mataron? No estaría en esta situación si estuviera muerto, el lugar estaba tan desierto que incluso con mucha suerte podrían encontrar su cadaver.

—¿Necesitas ayuda?

Una chica con una paleta en su boca y un uniforme de mesera lo miro con las cejas arqueadas.

Hyunjin le quiso contestar con sarcasmo, pero sabía qué tal vez la chica seria la única que se atrevería a ayudarlo, así que solo asintió. La chica le hizo una seña con la cabeza incitándolo a que la siguiera. Hyunjin le hizo caso. Entraron a un restaurante, solo había dos personas ahí, una mujer con un cigarrillo entre sus dedos y con sus uñas postizas teñidas de un rojo chillón, luego estaba un hombre quien al verlo entrar rodó sus ojos y se giró de nuevo.

—Oh cariño, ¿A quien mataste?— Pregunto la mujer con burla mientras reía entre dientes y relamía sus rojos labios . Hyunjin entrecerró sus ojos, las personas ahí lucían tan tranquilas mientras él seguía con la ropa manchada de sangre, ¿acaso no había sido el primero en pisar el lugar en este estado?

Ignoro la pregunta de la mujer, lo menos que quería era tener que contar su situación a alguien más, solo quería un teléfono, era lo único que pedía. La chica que anteriormente le ofreció ayuda llegó con un botiquín y unas prendas limpias.

—Tenemos regaderas, puedes darte una ducha y después vestirte con eso... solo avísame si necesitas ayuda, y con gusto te ayudaré.— Comentó la chica coquetamente, Hyunjin se abstuvo de rodar sus ojos y comentar algo de mal gusto, solo tomó las cosas que la chica le tendía y entró a las regaderas.

—No seas tan zorra, Heeyoung.— Escuchó decir al hombre antes de cerrar la puerta con pestillo. Primero su seguridad. Soltó un suspiro de alivio y se dirigió al espejo que estaba pegado a la opaca pared del baño. No solo tenía cortes en el cuerpo sino también en la cara, su labio inferior tenía un corte el cual estaba apunto de cicatrizar, el puente de su nariz también estaba herido al igual que sus cejas. Sus pómulos tenían moretones y el lado izquierdo de su rostro; desde su párpado hasta la barbilla estaba hinchado.

—Maldita sea.— Masculló con mal humor mientras abría el botiquín, sin embargo primero debía ducharse, se veía que las heridas estaban llenas de tierra y no sería buena idea curarlas sin desinfectarlas primero. Se metió bajo el agua, sin importarle que tan fría estuviera, solo sintió sus músculos tensarse. Quiso llorar por un momento, pero se contuvo, no era momento de ponerse a llorar.
Se ducho, desinfectó y cubrió sus heridas con algunas gasas, finalmente se vistió.

Se preparó mentalmente para salir, al hacerlo el lugar estaba solo, y todo estaba tan silencioso que daba la ilusión que todo había sido obra de su imaginación. Ahora el lugar se veía tan sombrío y lleno de suciedad.

—¡Por aquí, nene!— El chillido de una mujer lo hizo darse la vuelta, la misma mujer que anteriormente estaba sujetando un cigarrillo estaba dentro de un auto mientras le hacia señas al chico para que se acercara a ellos. Hyunjin entrecerró un poco sus ojos, dudando si debía acercarse o huir. Finalmente camino hasta ella, no había nadie más que pudiera ayudarlo.— ¿Quieres que te llevemos? ¿A donde vas?

—No estoy seguro de donde es aquí, pero tengo que ir a Seúl.

—Vaya, Seúl está bastante lejos de aquí. ¿Como es que llegaste aquí, nene?— Pregunto con el ceño fruncido la mujer. Hyunjin dudó en contestar.

—Matones.— Fue lo único que dijo.

—Eso explica el estado en que estabas.— Se entrometió la más joven. La mujer y el hombre la mandaron a callar.

—Nosotros te llevamos. Puedes confiar en nosotros.

El chico una vez más estaba inseguro, pero se repitió qué tal vez no habría otra manera de regresar. Era mejor que caminar bajo el sol.

Entonces subió al auto con esos tres extraños que le prometían llevarlo a casa.

Entonces subió al auto con esos tres extraños que le prometían llevarlo a casa

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Esta historia dio un gran giro, pero bueno, a mi parecer está bien. Tal vez cuando Hyunjin aparezca (o tal vez no) podré volver a centrarme en la trama de la historia.

Y lamentó tanto haberme ausentado tanto tiempo, pero me dio un bloqueo y por un momento dudé en seguir. Pero volví aunque no les aseguro actualizaciones rápidas, perdónenme.
Les doy las gracias a quienes siguen aquí, no se que sería sin ustedes.

¡Muchas gracias!

¡Muchas gracias!

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pathetic | hwang hyunjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora