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—Te gusta Felix...— Una voz la sobresaltó, miro a la persona encontrándose a Hyunjin con los brazos cruzados mientras la miraba fijamente.
—¿Que?— No estaba segura si había escuchado bien, ya que había estado un poco -muy- embobada con la presencia del rubio.
—Te gusta Felix.— Eso sonó más una afirmación que una pregunta, Areum negó inmediatamente, pero era imposible negarlo ya que sus mejillas todas coloradas y sus acciones decían lo contrario. No le quedó de otra que confirmarlo.— Eso es estúpido, tiene novia, tú eres estúpida.
—Se que tiene novia, pero yo no decido quien me gusta y quien no.— Se excusó con una expresión ofendida. Hyunjin soltó una amarga carcajada.
—Seguro.
Se incorporó y se fue. ¿Y a este que le pasa? Se preguntó.
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La clase en sí había sido muy aburrida, debía admitir que álgebra no era su materia favorita, tantas ecuaciones le causaban mareos.
Con un suspiro cerró su cuaderno y se preparó para salir, se alegraba de que ya fuera la última clase, quería tirarse en su cama por el resto del día; pero conociendo a su madre, lo más seguro es que la ponga a hacer algo, como regar las flores y plantar unas nuevas. A lo lejos vio ya una muy conocida cabellera rubia, y aunque ya se estaba comenzado a acostumbrar que no esté rodeado por tantas chicas, no era raro, ya que Hyunjin al parecer se había ganado el puesto que anteriormente Felix tenía, pero al rubio no parecía importarle. Era lo que le gustaba de él, todo le gustaba de él.
Hyunjin pasó por su lado, ni siquiera la miro, una gran manada de chicas iba detrás de él, riendo tontamente, pero él parecía querer ignorarlas olímpicamente. Areum acomodó su mochila ya que esta se resbaló cuando una de esas chicas chocó "accidentalmente" con ella. Ah si, también últimamente se habían estado difundiendo rumores sobre que ellos dos estaban saliendo, lo que era prácticamente ridículo, sin embargo, Hyunjin le prometió que haría que ese rumor desaparecía prontamente.
—¿Quieres que te acompañe a casa?— La ronca voz de Felix hizo que su pulso se acelerara, dio un paso hacia atrás aturdida cuando el chico se puso frente a ella con una gran sonrisa. Ah, tan lindo.
—O-oh no, puedo ir sola.— Contesto con una risa nerviosa al final de la oración, el rubio borró su sonrisa y ladeó su cabeza.
—¿Segura?— Pregunto, la chica asintió tímida y se despidió al momento que vio a una Haeri caminar hasta ellos.
A unas cuantas calles de llegar a su casa, se encontró a un peculiar chico, sentado en la acera mientras veía a las personas pasar, en sus dedos sujetaba un cigarrillo, y creo que ya deben saber a quien se refiere. Decidió pasar de él, pero algo más le llamó la atención.
Su uniforme estaba sucio, partes de su rostro estaban hinchadas y una rastro de sangre seca en su labio y ceja. Se alteró un poco, por que eso había sido reciente. Hyunjin alzó su mirada, atrapándola incluso si ella apartó la suya. El chico sonrió y apagó el cigarrillo dirigiéndose hacia ella.
—¿Que te paso?— Pregunto la chica sin mirarlo, Hyunjin se encogió de hombros.
—Algunos asuntitos de mi padre.— Contesto como si nada. Areum lo miro desconfiada y sin querer sus manos estaban sobre el rostro del chico.
—Deberías ir a curar las heri...— Paro de hablar cuando se dio cuenta que las yemas de sus dedos rozaban con delicadeza la herida de la mejilla del chico, además de la mirada de Hyunjin sobre ella. Las bajó rápidamente carraspeando su garganta.— Ve a que te curen las heridas.
—¿No puedes hacerlo tú?— Pregunto al instante sorprendiendo a la chica.— Por mi.— Comenzó a hacer ojitos.
