3. Frío como el hielo

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CAPÍTULO TRES

Frío como el hielo.

Terminé de poner el delineador en los ojos de Alaska y ella sonrió, mirándose al espejo.

—Me encanta — ella me hizo ojitos.

Le sonreí en respuesta y escuché mi teléfono sonar, así que murmuré un "dame un segundo" y fuí a atender.

—¿Si? —dije al contestar.

—Hola, Lena. — escuché la voz de Peter haciéndome sonreír.

—¡Peter! — exclamé.

—Lena, yo... — comenzó —. Yo...

—¿Tú?

—Lena, yo ya no quiero estar contigo. Quería ser sincero y no seguir ilusionandote. — se hizo un silencio en las dos líneas.

No sabía que decir. Estaba enojada porque se creyó tanta cosa que dijo la frase "seguir ilusionándote", pero al mismo tiempo estaba triste. No supe qué hacer, así que colgué y me senté en la cama.

—¿Pasa algo? — me dijo Aska.

Negué con la cabeza y la miré poniendo mi mejor sonrisa falsa.

—Estoy bien, no es nada —suspiré y se me escapó un sollozo.

Se levantó de dónde estaba y corrió a abrazarme. Dejó que llorará un corto rato y luego hizo que la mirara. Quitó un par de lágrimas de mi rostro y no dejó que volviera a llorar.

—¿Quién era?

—Peter...

—Ese hijo de... —empuñó su mano y respiro. Estaba roja de la ira. — ¿Que fué lo que te dijo?

—Terminó conmigo —mustié. Estuve a punto de sollozar de nuevo, pero ella me abrazó, calmándome.

—No te merece, y no mereces llorar el día de tu cumpleaños ¿De acuerdo? —murmuró en mi oído. La desición en su voz me dio seguridad — Así que hoy vas a ir a esa fiesta, vas a ponerte sexy, y vas a disfrutar al máximo ¿De acuerdo?

Asentí con la cabeza, no tan segura. Quitó los restos de lágrimas de debajo de mis ojos y me sonrió.

—Vamos, tienes suerte de que el maquillaje sea a prueba de agua. —ríe un poco haciéndome sonreír.

Ambas terminamos de arreglarnos y salimos de la habitación. Matt nos estaba esperando en la sala, había una chica sentada en sus piernas y él estaba hablando con Rocket, el chico que prestó su casa junto a su gemelo para que hicieran la fiesta. Por el rabillo del ojo vi una silueta el el patio, frente a la piscina. No le di mucha importancia y miré a mi mejor amiga. Aska estaba mirando fijamente las extensiones que se veían realmente falsas de la morena en las piernas de mi hermano, tenía las manos cerradas en puños y se notaba como si quisiera atravesar a la chica con la mirada. Vaya que se veía celosa. Rocket escuchó nuestros pasos y volteó a vernos. Sonrió de oreja a oreja y soltó un silbido de alago.

—Señoritas. — hizo una boba reverencia haciendo que mi hermano volteara a vernos. Sonrió de oreja a oreja al ver lo roja que estaba mi amiga.

—Chicas, se ven muy lindas. —dijo Matt con la voz que usaba para ligar. Rodé los ojos y me reí, pero vi que a Aska no le hacía gracia la escena que tenía en frente.

—Gracias, Matt —le sonreí y recordé la silueta de afuera —. Voy por un poco de aire fresco y ya vuelvo para irnos.

Matt asintió en aprobación y yo salí al patio, pero no había nadie en frente de la piscina. Me quedé unos segundos ahí, pensando en lo que había pasado con Peter, y cuando estaba decidida a regresar, escuché su voz.

La reina de la nieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora