Home | Meanie

20

—Desaste de la ropa dentro de la ducha mientras se llena la bañera. —le ordenó Wonwoo al moreno.

Se inclinó para abrir la llave y dejar que corriera el agua caliente. Se volvió al estante y dejó caer unas sales dentro.

Salió del cuarto de baño dejando a Mingyu desvestirse, el embarazado hombre tenía los nervios de punta al no haber recibido respuesta alguna por parte del menor. Del armario sacó la bata de Mingyu y regresó al baño.

Mingyu estaba gloriosamente desnudo y mojado saliendo de la ducha, alguna vez escuchó que las personas embarazadas les daban antojos en el periodo de gestación. Bueno él tenía antojo del hombre saliendo de la ducha, lo pediría en el platillo principal... y en el postre si era posible.

—...puedo? —preguntó Mingyu.

Wonwoo sacudió la cabeza, alejando sus sucios pensamientos al rincón oscuro de sus fantasías.

—Lo siento. Estaba pensando... en la cena.

Mingyu esbozó lo que parecía ser una sonrisa que rápidamente desapareció.

—Te preguntaba si podría meterme dentro de la bañera.

Asintió y cortó rápidamente el agua, se acercó y jaló el tapón del desagüe para disminuir el volumen. Si Mingyu se metía probablemente se derramaría el agua. Esperó que estuviera un poco por encima de la mitad y volvió a colocar el tapón en su lugar.

—Listo. —tomó la pequeña toalla junto al lavamanos para secarse.

Escuchó cómo Mingyu se metía dentro de la caliente agua de la bañera, y le miró por el espejo del lavabo, de verdad que había olvidado lo hermoso que el hombre era.

Observó cómo ese conjunto de definidos músculos se movían juntos bajo esa suave piel morena, la guinda del pastel definitivamente fue el gemido de placer que soltó el hombre apenas estuvo cómodamente sentado dentro de la bañera. Wonwoo cerró los ojos, contó hasta siete, pues el diez precia muy lejano, y salió hacia su habitación.

Buscó en el armario ropa que le pudiera dar a Mingyu, frunció el ceño al ver que había muy poca ropa en los cajones y estantes. Siguió buscando pero no encontró más. Se golpeó en la frente al recordar el por qué.

Mejor se dirigió hacía el nido hecho con ropa de su ex marido y rebuscó, en contra de su voluntad, por algo que darle al hombre. Encontró un pantalón de pijama negro con verduras estampadas, y una camiseta desgastada camiseta. Frunció el ceño y agarró de nuevo el pantalón, no podía creerlo. ¡Había guisantes y frijoles en la condenada pijama!

El destino era una perra algunas veces. Indagó en el bulto de ropa por bóxers y encontró unos blancos. Mmm... recordó aquella vez en su luna de miel lo bien que los bóxers trasparentaron aquella zona de su hombre después de un rápido chapuzón en la piscina, y ni pensar en la jodida que hubo después.

—Wonwoo. —le llamó Mingyu desde el cuarto de baño. Negó con la cabeza, debía dejar de pensar en esas cosas. Definitivamente el embarazo y la frustración sexual no se debían de mezclar. Apenas entrar, el moreno palmeó la porcelana indicándole que se sentará y lo hizo, en el otro extremo. Metió sus cansados pies en la relajante agua.

—¿Podrías meterte conmigo? —preguntó Mingyu en voz muy baja. Wonwoo lentamente subió la mirada hasta conectar con la del otro hombre.

—¿Alguna vez vamos hablar del tema o solo vas a buscar evadirlo cada vez que puedas, hacer como que no pasa nada?

Mingyu pasó una mano por su húmedo cabello.

—Quiero abrazarte, quiero sentir a mis hijos mientras lo hago. Posiblemente creas que tomaré una actitud de alfa de las cavernas, exigiéndote que te arrodilles y me pidas perdón. No lo haré, porque ambos tuvimos culpa en lo que sucedió. No puedo culparte cuando yo participé en ello. —Mingyu tragó, miró directamente a los ojos de Wonwoo, sus ojos cristalinos y la voz quebrada. —Solo quiero abrazarlos, sentirlos. Son mis hijos.