CP. 6 - EMOCIONES.

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Yo: Hola...

Hazel: Hola

Yo: ¿Estás bien?

Hazel: No lo sé

Yo: ¿Necesitas de mi?

Hazel: Bueno si, ¿pero tu no estás en clases ahora?

Yo: Si debería, pero me echaron afuera.

Hazel: ¿Quién, porque?, maldito

Yo: Tu hermano me echo fuera... :(

Hazel: ¿¡Que! en serio pero porque?

Yo: Llegue tarde :(

Hazel: Pero que exagerado, ves que es mal genio, hablare con él.

Yo: no, no, no le digas nada, mejor así

Hazel: Pero Danielle

Yo: No importa, igual no tenía ganas de entrar jajajaja.

Hazel: Danielle mentira.

Yo: No de verdad, dormí muy mal y me quede dormida así que no, no quería entrar.

Hazel: Pero igual Gabriel es un ogro.

Yo: Jajaja ¿y tu no estás en clases?.

Hazel: Entro en un rato más.

Yo: Amm

Escucho mi nombre llamar cortando de inmediato la comunicación con Hazel.

— ¿Danielle?

— Hola, ¿Que paso?

— Danielle, el profe está super enojado por que cuando salió a llamarte no estabas ahí.

— Pero Jess es que si me quedaba ahí y alguien me veía...

— Ya no importa, vamos rápido.

Antes de llegar a la sala siento el nerviosismo en cada poro de mi piel y cuando ya estoy en la puerta sale él profesor con el rostro de indignación.

— Entra Jess.

— Ok.

— Vamos. — Él profesor apunta un poco más lejos de la sala mientras lo sigo.

— Pero Profesor, yo... no fue mi intensión...

— ¿Sabes?, no puedes llegar y entrar a un lugar sobre todo si llegas tarde, no puedes hacerlo, que acaso nadie te enseño en tu casa. — Él profesor se gira realmente irritado y yo no puedo hacer más que abrir mis ojos como platos y guardar silencio por unos segundos.

— Estas acostumbrada a llegar tarde y hacer lo que se te plazca, encima de todo salgo a mirarte y no estás ahí, donde se supone que deberías esperar.

— Pero es que si me quedaba ahí y algún inspector me ve...

— Para todo tienes respuesta, eres increíble. — Él profesor agita sus manos hacia mi haciendo que yo retroceda un paso.

Por interminables segundos siento inmensos deseos de llorar pero me contengo por la rabia que inunda mi cuerpo.

— Imbécil. — Susurro bajo desviando mi vista hacia el horizonte.

— ¿Que dijiste?.

— Nada.

— Te escuche, repítelo.

— No he dicho nada. — Continuo sin mirarlo ya que siento que si lo hago las lagrimas que contengo saldrán de golpe.

— Mentirosa. — Al escuchar sus palabras mi rostro gira para encontrarse con el suyo inundado de rabia.

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