CP. 39 - VESTIDO.

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— Largate. — Denisse me empuja hacia un lado para desaparecer.

Suspiro dejando mi frustración a un lado para volver al gran sofá donde Denisse espera sentada en medio de Alva y mi madre.

— Ven Danielle, ya traen los vestidos. — Dice mi madre al momento que tomo posición junto a Alva.

Al principio entran cuatro mujeres con diferente vestidos y colores, miro atentamente cada uno.

— La verdad solo escogí los colores que pueden elegir, el modelo es libre. — Menciona Denisse mientras cierro mis ojos intentando apagar los sentimientos que me genera solo escuchar su voz.

— ¿Cual te gusta Alva?

— Mmm... creo que el verde quedaría bien en mi.

Miro atentamente el vestido que Alva acaba de escoger, un verde perlado en tono pálido. De corte largo, tela lisa que cae sin muchos adornos pero precioso al fin.

— ¿Danielle?

— No sé, me da igual. — La mirada de las tres mujeres cae sobre mi al momento que me pongo de pie.

— Necesito ir afuera un momento.

Tomo mi celular y subo la escalera en dirección a la salida de la tienda.

— ¿Porque tengo que hacerlo?, no quiero...

Abro la puerta de salida abandonando las instalaciones para sentarme afuera sobre una banca.

— No me gusta, no quiero. — Sintiendo el pecho oprimido cae sorpresivamente una lagrima.

Pasados algunos minutos siento a alguien sentarse a mi lado.

— Danielle si no puedes ocultarlo, tienes que contarle a mamá

— ¿Y como?

— Así, sin más

— Pero Alva como voy a decirles eso...

— ¿Y porque no?, ellos no van a matarte ni nada parecido.

— Danielle... — Oigo por entre mis lagrimas la voz de Gabriel que me hace levantar la cabeza.

Mientras este se posiciona de rodillas tomando mi rostro entre sus manos, Alva pone su mano sobre su brazo.

— Suéltala — Siento como el agarre de Gabriel se afloja de mis mejillas.

Alva toma mi mano comenzando a ponerse de pie cuando Gabriel la detiene.

— Me llevare a Denisse, ¿pueden esperar un poco?

— Mejor así. — Dice Alva mientras no puedo apartar mis ojos de Gabriel que se pierde dentro de la tienda.

— No sigas llorando... — Alva apretá mi mano entre las suyas.

Pasados unos minutos vemos a Gabriel salir de la tienda junto a Denisse que nos sonríe de oreja a oreja seguido de mamá que cuando nos ve, se acerca.

— ¿Que paso? — Pregunta nuestra madre.

— No sé ¿porque?

— Él profesor apareció de la nada y se la llevo diciendo que había un problema grave que solucionar, ¿ustedes lo vieron llegar?

— No, no lo vimos.

— Danielle, ¿que te paso?

— Nada.

— ¿Porque tus ojos están rojos?

— Ah, es que se me metió una basura en el ojo, recién me la pude sacar.

PROFESORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora