— Gabriel.
Susurro antes de sentir como todo mi interior se revuelve, las mariposas inundan mi ser, los nervios me hacen prisionera de unos temblores que no dejan de azotar mi cuerpo impidiéndome caminar con normalidad.
Intento pasar por entre las personas pero varias me chocan, pero al mismo tiempo no me importa y solo quiero llegar a los brazos que he extrañado durante todos estos días, él comienza a dar pasos apresurados igual que los mios hasta que a solo un paso, me detengo en seco sintiendo la presión de que alguien podría estarnos viendo, pero no, realmente todos están en sus mundos y al sentir su agarre sobre mi brazo y mi pecho que termina chocando con el suyo todo se detiene.
Mi respiración se vuelve errática, mi estomago da infinitas vueltas y sentir su olor y su cuerpo no ayudan a mis mareos, siento que estoy casi por desmayarme, pero sus labios me despiertan, su toque es desesperado, ansioso y sin importarle que haya público presente, mis manos desesperadas recorren su cuello hasta crear un candado que no quiero soltar jamás, las lagrimas ruedan por mis mejillas y siento la falta de oxigeno pero no quiero sentir nuevamente la separación así que solo me aparto un segundo antes de volver a sentir sus labios contra los mios.
— Te amo, te amo. — Pronuncia Gabriel entre cada beso, hasta que se escucha como las personas comienzan a aplaudir y vitorear.
Conmocionada por todo y presa de unos suspiros que no me permiten hablar con claridad, intento calmar mis sentimientos pero entre tantas emociones comienzo a lagrimear. Escucho a las personas aplaudir nuevamente al tiempo que Gabriel posa sus labios sobre los mios una vez más antes de saludar a la gente y llevarme a un lado.
— No llores mi amor, no llores. — Él desliza su mano por mi cabello.
— ¿Que – que ha-ces aq-uí? — Pregunto hipando.
— Esperándote.
— Pero ¿como sabias que...
Mis amigos llegan a mi cabeza y no puedo evitar comenzar a llorar nuevamente.
— Ellos me ayudaron y Alva.
Gabriel intenta borrar mis lagrimas, pero de donde salen esas, salen muchísimas más.
— Te amo Danielle y nadie va a separarnos. — Menciona él antes de poner su frente sobre la mia.
— Yo también te amo.
Gabriel toma mi mano entrelazando nuestros dedos y así nos encaminamos hacia el ascensor, donde apenas entrar veo mi celular, donde tengo un mensaje de Jess.
Jess: ¡¡Sorpresa!!... nos vemos abajo.
— ¿A donde vamos? — Pregunto al terminar de leer.
— Primero abajo, para encontrarnos con algunas personas.
Las puertas del ascensor se abren y veo a la distancia como Jess, Felipe, Alex, Hazel, Robin, Cleo, Alva y Kyle están esperándonos.
— Jess... — Pronuncio al estar a su lado, pero mi voz tiembla, y ella al notarlo me envuelve en sus brazos.
Sin dar tiempo a una separación todo se unen a ese abrazo y por ese instante siento que todo es perfecto, que los amo a todos y a cada uno de ellos que llegaron en el momento en el que más los necesitaba. Al finalizar el abrazo me siento más feliz que nunca.
— Los extrañaba. — Admito secando mis lagrimas.
— Awww Danielle. — Cleo me hace a un lado apegándome a ella.
— Ya tenemos que irnos. — Comienza Alva.
— Oh, si la cosas ya están listas. — Continua Cleo.

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PROFESOR
RomanceDanielle es una estudiante de 17 años como cualquier otra y Gabriel es un profesor dedicado y muy diestro en su materia. Ambos se enfrentarán a los peligros de su situación, donde tanto amigos como familiares tendrán algo que decir con respecto a el...