PROFESOR

CP. 41 - BORRACHOS.

Después de comer los bocadillos que pusieron sobre la mesa y de que todo se tergiversara por el alcohol y los juegos que tenían a todos alegres, ya mareada por participar y beber pequeños sorbos de muchos alcoholes diferentes, que por más que me negaba a jugar la alegría de los demás me contagiaba invitándome a hacer lo contrario.

— ¡Basta! — Dijo Gabriel golpeando la mesa y llamando la atención de todos.

— Ma-ña-na hay es-cu-e-la — Estiro mis labios en un puchero mientras todos estallan en risas.

— ¡MI MAMÁ! — Digo asustada.

Gabriel pone una mano sobre su boca mientras el hipo se apodera de su cuerpo y provoca más risas en todos.

En un segundo mi celular comienza a sonar y mis nerviosismo crece.

— Mi mamá. — Digo acumulando lagrimas.

— Oh, por dios ¿que hacemos?

— Me van a matar. — Me quejo botando algunas lagrimas mientras Gabriel me envuelve entre sus brazos.

— Es tu culpa. — Digo soltándome de su agarre para caer de trasero en el sofá.

— Yo con-tes-to — Gabriel toma mi celular mientras cubro mi cabeza.

— Hola Señora Alice, ¿como está? Si, si Danielle está aquí con Hazel, emm no, no eemmm ¿ella podría quedarse a dormir?, no sé preocupe, yo mismo la llevare a clases, si, no se preocupe estará sana y salva... oh si claro. — Gabriel extiende el celular hacia mi.

— ¿Si?

— Danielle, ¿él profesor está bien?

— Si, es que está medio enfermo.

— Suena como ebrio, ¿segura esta bien?

— No, mami como crees, no.

— ¿Y Hazel? — Miro a Hazel que esta como perdida mirando hacia la nada con una mano sobre su boca.

— Esta en el baño.

— Ah ok, entonces nos vemos mañana mi amor, descansa.

— Tu igual mamá.

Corto la llamada y veo como Hazel cae hacia atrás con los ojos cerrados y su mano aún en su boca.

— Menos mal que tenia la almohada atrás. — Digo al notar que Hazel respira.

Cleo se levanta de su lugar y tropieza con Hazel cayendo de lleno al suelo mientras todos estallamos en risas.

— Maldición Cleo. — Gabriel la ayuda a ponerse de pie para encaminarse hasta su cuarto, volviendo con mantas y colchones inflables.

— Hay que acostarla. — Robin ayuda a armar dos camas inflables.

Pasado el rato y mientras Cleo se queda dormida sobre el sofá, me recuesto un momento junto a Hazel sin notar cuando me quedo dormida.

Apego mi cuerpo hacia el calor y siento como unos brazos me envuelven, abro lentamente mis ojos viendo como la casa esta ligeramente iluminada por la luz que se cuela de la ventana, al levantar mi vista el mentón de Gabriel descansa sobre mi cabeza así como mi pierna está sobre las suyas.

— Por la mier... — Pongo una mano sobre mi boca callando mi casi grito al momento que este me aprieta más contra su pecho.

Con cada segundo que intento alejar mi cuerpo mi temperatura se eleva, al igual que los golpeteos de mi corazón. Logrando zafarme de entre sus brazos, me levanto de la cama viendo mi celular, 06:40 am.