Día 8 ❣ Cempasúchil

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Fingon, aún cuando ya se creía un adulto hecho y derecho como su tío Fëanor, esperó ansioso todo el año por una sola fecha

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Fingon, aún cuando ya se creía un adulto hecho y derecho como su tío Fëanor, esperó ansioso todo el año por una sola fecha. Era su favorita y había preparado todo con antelación, incluso las ropas de Maedhros ya las tenía más que listas, y por supuesto, los dos iban a juego, como una linda e inexperta pareja de cinco meses.

Llegó la mañana del uno de noviembre en casa de Fingolfin y toda la familia tenía que soportar al hijo mayor con su emoción por el día de muertos. Aquel día se recordó a los santos infantes y se les visitó llevándoles ofrendas a sus lugares de descanso, eso era lo primordial, pero había algo más. Algo que Fingon esperaba.

Ni bien Anairë los llamó a almorzar, Fingon apareció con su peinado ya listo para la noche. Nadie, ni siquiera Turgon, tuvo el corazón tan amargado como para trozarle las esperanzas.

—Y... —dijo Aredhel llamando la atención de todo. Ya tenía unos quince años y ya había perdido el gusto de la costumbre que dictaba ese día—. ¿Irán a pedir dulces?

Fingolfin bufó, porque sus hijos ya no eran unos niños pero Anairë le golpeó por el costado pues todavía había uno que sí pedía dulces.

—No —dijo Turgon—. Quedé con nuestro primo Finrod en jugar The last of us. ¿Puede venir a casa, mamá?

—¡Claro! —aprobó la mayor.

—¿Jugar encerrados en casa? —y apareció la voz que todos esperaban, la de Fingon terminando con su desayuno—. Yo sí voy a pedir dulces y también Maitimo, dijo que me iba a acompañar.

Fue cuestión de segundos para que Turgon comenzara una discusión afirmando que tal vez Maedhros ni siquiera tenía ganas de salir, pero Anairë sintió las intenciones de su hijo y con una simple mirada lo mandó a callar. Quien realmente daba miedo en esa casa no era Fingolfin, estaba lejos de serlo, sino Anairë, la verdadera tirana del hogar.

El día huyó de la noche y los niños de unos ocho años ya se escuchaban en la calle pidiendo de casa en casa dulces. Fingolfin usaba la misma táctica que Fëanor, apagaba las luces de su casa y así los niños entendían que no daban dulces en ella. Ambos eran igual de tacaños.

Fingon salió de casa y cruzó la calle para encontrarse con Maedhros. Le pasó la ropa que iba a usar como disfraz y el mayor no tardó en volver a aparecer en el umbral de su casa vestido con ropas rojas. Esta vez el morocho decidió que se vestirían de elfos y cada cual usó el color que mejor le iba; a Fingon le tocó el azul y a Maedhros el rojo. Parecían una hermosa pareja y más cuando siempre iban de la mano.

Ahora bien, cuando llegó el final de la noche y ya nadie regalaba dulces. Maedhros le invitó a una pequeña fiesta que daban sus compañeros de instituto. No habían conseguido más que tres o cuatro dulces pero lo importante para ellos fue que estuvieron juntos toda la noche.

Fueron bien recibidos y pronto encontraron un sitio donde sentar y descansar. Fingon tomó asiento en las piernas de Maedhros y le acercó una cerveza.

—¿Entonces todavía creen que sólo pides dulces? —le preguntó Maedhros y Fingon rió.

—Lamentablemente sí, pero no me molesta.

—Ya lo creo, tienen un ángel disfrazado de demonio todo el año —burló el mayor quien alargó su brazo y tomó una flor amarilla. Entonces se la ofreció a Fingon—. Ten, tómala.

—¿A qué debo esto? Mi novio es un tacaño y ahora se toma la molestia de moverse y agarrar una flor —burló Fingon con flor en mano.

—¡No es cualquier flor! Es una cempasúchil —le explicó cada vez acercándose más a su oído. Fingon se estremeció pero aún jugaba con la flor—.  Es conocida como la flor de veinte pétalos. Y, estaba pensando ¿Por qué no me cambias cada pétalo por un beso?

Todo encajó para Fingon, su novio no le regalaba cosas así como así. Asintió tímido, un rojo se subió a sus mejillas y atrapó el mentón de Maedhros en sus manos, obligándolo a soportar miradas. En medio de toda la multitud, algunos borrachos y otros riendo, Fingon le cambió cada pétalo por un beso.

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Un mes de Russingon ━ Fictober 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora