Día 13 ❣ Luna

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Las travesuras pasaron a segundo plano cuando la autoridad se presentó bajo la figura de un noble elfo de ebras oscura

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Las travesuras pasaron a segundo plano cuando la autoridad se presentó bajo la figura de un noble elfo de ebras oscura. Dejó de lado su preciada y ya gastada arpa. Con un sólo brazo cargó a un niño y con el otro al restante lo llevó de los hombros.

—Ya jugaron mucho —les dijo afable mientras los conducía a su habitación—. Maedhros quedó muy cansado. Vayamos a dormir que mañana hay mucho por hacer.

Los gemelos, Elros y Elrond, quienes ya habían pasado por varias etapas hasta la aceptación después de lo acontecido hacía tiempo, se sonrieron y quietos le siguieron los pasos. Habían logrado una buena relación con sus captores; con Maedhros era difícil pero lo entendían porque en su rostro siempre estaba dibujada la desgracia y el miedo. En cuanto a Maglor, todo era más fácil, era el favorito de los dos y el más flexible aunque siempre tuviera la tristeza y cansancio sobre sus hombros.

—¡Yo no quiero dormir! —espetó Elros en los brazos de Maglor. Era quien comúnmente se escapaba y por eso lo llevaban cargando.

—Yo estoy un poco cansado, hermano —dijo Elrond bostezando—. Vamos a dormir y mañana seguimos con el plan.

A la sazón Maglor levantó una ceja dubitativo. Conocía las capacidades de ambos niños pero de lo que estaba seguro, no arriesgarían su vida en un tonto escape.

—¿Y puedo saber cuál es ese plan? —preguntó observando a Elrond—. Espero que no sea nada que tenga a Maedhros por el medio, ya saben lo amargado que es.

Elros le lanzó a Elrond una mirada acusadora. Habían acordado desde el inicio no contar nada a los mayores, no porque sea malo, sino porque representaba una iniciativa demasiado vergonzosa.

—Eh... Bueno... —murmuró Elrond con la mirada baja, sometido a dos presiones. Internamente le pidió disculpas a su hermano—. Es que Elros y yo nos preguntábamos si era cierto que besando un sapo encontraríamos al amor de nuestra vida.

El mayor abrió los ojos en el extremo de la sorpresa, mientras Elros se sonrojó como jamás lo había hecho. De poco sirvió el moverse entre los brazos de Maglor, porque aunque estaba delgado, era lo suficientemente fuerte como para mantenerlo como su prisionero.

—Ahora entiendo porqué estaban besando ranas en el río por la mañana —burló Maglor—. Bien, vamos a que se recuesten y les contaré una historia.

Los ojos de los dos niños brillaron y a diferencia de otros días, sólo llegaron a su habitación ambos saltaron a la cama que compartían. Elros no tiró más de lo necesario de la cobija y Elrond no se enojó por el contacto físico por esa noche.

—¿Y bien? —dijo Elrond pero terminó Elros:— ¿Cuál es esa historia? Espero que nos ayude... No quiero pasar mas días besando sapos.

Viéndolos ya acomodados, Maglor lanzó una risa pensando que a Maedhros le gustaría verlos así de obedientes. Se acercó una silla para niños y logró tomar asiento.

—Oh, ten por seguro, Elros, vas a dejar de besar animales —burló acomodándose su cabello —. Esta es la historia de un hombre que su imagen intimidaba a todos, a todo menos a alguien. Cuentan que el sol le contó esta historia a las nubes y ellas se encargaron de llevarla a las estrellas, quienes, totalmente cautivadas por el relato, se lo contaron a la Luna. Ella no creyendo en nada, juró acompañar a los amantes honestos hasta haber sido testigo de un amor como aquel.

"Nuestro protagonista era un hombre alto, fuerte y de cabello escarlata. El rumor de que era una bestia se esparció por todo el lugar, y a donde sea que fuese, los hombres y mujeres gritaban y escapaban de su campo de vista."Ya viene la bestia" gritaban y en segundos, el hombre se encontraba solo. Nadie podía comprenderlo o escucharlo porque salían corriendo. Era pues el sol quien lo escuchó por primera vez; "¿Será que debo pasar mis días solo a causa y culpa de una apariencia que jamás se me cuestionó si la deseaba? Yo también quiero reír, tener amigos y... Una pareja con la cual gozar el regalo de la vida".

" El astro no podía hacer mucho más que escuchar. Aún así decidió seguir los pasos de joven hasta que un día, en un hermoso claro, fue testigo de la primera interacción entre el hombre de cabellos rojos y el de listones dorados. El chico más bajo no gritó, no lloró o corrió. Lo único que hizo fue ofrecerle comida y hospedaje en su posada. El sol les dio sus bendiciones viendo en ellos el verdadero significado del amor.

" Y pasado un tiempo, cuando la luna hizo esa promesa, se topó cara a cara con los enamorados. Estaba camino en el mar, deslumbrando las aguas con su color plata cuando el hombre peli rojo, en completa desnudez, entró al mar de la mano con su amado. Los ojos de la luna lloraron cautivados y sus lágrimas se volvieron nuevas estrellas.

"¿Qué hice yo para merecerte? Todas las horas del día corres en mi mente y aún así, te veo tan tranquilo frente a mi. Alguien tuvo piedad de mí" le escuchó decir al más alto. El de cabellos morochos no respondió pero la luna estaba segura del amor que ambos se profesaban. "Por favor, ámame como yo te amo. No te alejes". Y ambos se bañaron en presencia de la luna, obligándola a cumplir con su promesa y darle a casa buen hombre de corazón honesto, su verdadero amor. Aunque para ello es importante la paciencia y el coraje para enfrentar los males venideros y no pasarse el tiempo besando sapos. ¡Fin de la historia!

Los sentimientos explotaron en los pechos de los niños, quienes en lugar de quedar adormecidos, sentían una gran necesidad de hablar con la luna, con el sol y conocer su futuro. Pero Maglor se aseguró de que no se levantaran.

—Si salen de la habitación no les aseguro defenderlos de Maedhros —les dijo antes de cerrar la puerta.

—Tengo una pregunta —le dijo Elrond ante de cerrar sus ojos—. Maitimo alguna vez nos habló de un tal Fingon, quien curiosamente tenía esos listones dorados. Me pareció que cuando habló de él un tinte de tristeza y luto se apoderaba de su voz. ¿Son ellos los de la historia?

Maglor ensanchó la mirada. Ciertamente Elrond era el más perspicaz de los dos. Formó una débil sonrisa y desapareció por el umbral de la habitación asegurándose de cerrar la puerta y apagar la vela.

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Un mes de Russingon ━ Fictober 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora