Su padre dijo: “Nelyafinwë, no eres un niño, así que debes empezar a tener responsabilidades”, hasta este momento no sabía a lo que le estaba a punto de atener; lo enviaron donde mi tío Nolofinwë, ahí le dirían qué debía hacer.
Al entrar a la agradable morada, notó cómo tres pequeños diablillos iban a su encuentro. Tras ellos veía su madre, quien tenía un avanzado estado de embarazo, le ayudó a sentarse en una mecedora. Fingon fue el primero que le dio un abrazo, casi lo hizo caer; es un elfo con bastante fuerza, y eso que ni siquiera llega a las veinte primaveras. Seguido del mayor Turgon e Irissë, se pusieron a ambos lados del mayor, y comenzaron contarle todo lo que habían hecho en la semana.
La amabilidad de su familia paterna era algo que siempre solía comparar con la suya, pues en esta no había ese cariño, claro está que se querían, pero no lo demostraban tanto como lo hacían los demás.
Mientras trascurría el medio día. Bajo la atenta mirada de Anairë y Fingolfin, jugaba con sus primos en el agua; la elfa de repente se sintió más mareada de lo normal:
—Amor, ¿quieres que te pase el calmante que receto el sanador? —preguntó Fingolfin preocupado. Los embarazaros anteriores no habían sido con tantas náuseas, vómitos u mareos, parecía que todo se había juntado en este último.
—No, vida mía, pero al parecer Arakano esta algo inquieto, quizá es por eso que me tiene así —respondió para tranquilizarle.
—¿Estaría bien si me ausento por lo menos unas horas?, debo hablar con Fëanor; hace poco me pidió ayuda para redactar algunos papeles de índole diplomático.
—Claro que no hay problema, ve —aprobó ella.
—Volveré apenas termine —le beso, y se fue raudamente al castillo. Por lo menos pasó una hora cuando, el pelirrojo irrumpió en el despacho:
—Maedhros, ¿Qué ocurre?
—Tío, siento mucho interrumpir, pero debe venir inmediatamente conmigo... mi tía Anairë rompió aguas, él bebe va a nacer —cuando acabó de hablar, Nolofinwë salió corriendo del despacho, por otro lado, Fëanor felicitó a su hijo por el aviso oportuno.
En el hogar Fingon se mantuvo en el porte de la situación, cuidando a sus hermanos pequeños y a la vez intentado calmar a su madre, que cada vez le venía contracciones más fuertes:
—Vamos, respira, respira, padre llegara pronto, Russandol me lo prometió.
—Tu primo no te ha mentido... escucha, viene cerca... —respondió. Nolo entro rápidamente con un grupo de parteras, tras ellas, Nerdadel, y la Doncella Cisne. El mayor de los siete se quedó en el umbral de la entrada tomando aire.
Las horas pasaron, el parto fue largo y duro, y cuando apenas cayó la noche, nació el cuarto hijo, el grupo más joven seguía al cuidado de Maedhros y Findekano:
—Giciste muy bien en mi ausencia primo —habló orgulloso.
—Entonces merezco un premio —dijo expectante; así era, el chico fue realmente calmado en la situación. Fue entonces que sacó desde un bolso una caja mediana, parecía estar pesada, el detalle era bello, labrada en un metal noble, cuyos acabados lucían dorados a la luz, pero lo que estaba dentro hizo que los ojos del muchacho brillaran cuan luz de Telperion...era una mezcla entre chocolates y caramelos de todo tipo, sellados en diferentes y finas envolturas. Ustedes creerán que es algo común, pero, lo que no se imaginan es que aquellos caramelos y demases, son hechos todos a manos por un pastelero muy, pero muy exclusivo, y que solo le ha hecho tales manjares al Rey Ingwë.
—Esto debe haberte salido muy caro, Russandol —dijo el más bajo tomando la caja, a lo que el joven Elda respondió con toda sinceridad.
—es lo menos que podría hacer por ti...
Escrito por
Nighfall_of_Noldor
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Un mes de Russingon ━ Fictober 2018
FantasyYa va siendo tiempo en que quede el registro de las aventuras de la pareja más tierna y ejemplar de la Tierra Media. Datos. ➤Portada hecha por Balban. ➤ Contenido yaoi. ➤Banner hecho por Sophiefire. ➤ Fictober tomado de MotinFanficker. ➤Prohibi...